El renegado Narciso Isa Conde es la imagen exacta del rufián revisionista

 

Lo del carácter y naturaleza traidora de renegado y revisionista-oportunista de derecha de Narciso Isa Conde y su grupejo, que es un cubil de desertores y rufianes de la peor ralea, queda claramente expuesto y comprobado al hacer el contraste, esto es, al poner frente a frente con los principios y postulados de los maestros del socialismo y de la revolución, todo lo que ese granuja redomado y traidor de tomo y lomo, que es el renegado revisionista Narciso Isa Conde, hace hoy y ha hecho siempre, ya sea mientras fuera del grupo revisionista jruschovista, partido de los social-traidores al pueblo (PSP), o bien cuando constituía con una trulla de jóvenes oportunistas revisionistas medio jruschovistas, ya que sus amos del PCUS habían tenido que salir de Jruschov pues como traidor se había pasado de la raya y se había entregado a los yanquis por evidente cobardía; eran medio oportunistas a lo Brezhnev con su fórmula social-imperialista de dictadura internacional y soberanía limitada, ya que estando en un país subyugado por el imperialismo consideraban, como taimados renegados revisionistas que habían constituido ya su cueva oportunista, que era el partido “capitulacionista” dominicano, que había que, en esos trajines de revisionistas, “saber nadar y guardar la ropa”; eran medio oportunistas al estilo castro-guevarista-debraísta; se decían hasta medio revolucionarios que tenían predilección por la buena vida, la comodidad, los puestos dentro del tren burocrático de la dictadura y de sus medios de prensa con todas sus variedades o variopinto, que iban desde la taimada socialreformista pero real pro-yanqui y provocadoramente balaguerista como la letrina “El Nacional”, o bien recalcitrantemente reaccionaria como “El Caribe” y la taimada y perversamente reaccionaria trujillista como el “Listín Diario” y su representante por excelencia, el consumado trujillista que como tal llegara más allá de la infamia, Rafael Herrera Cabral, un Don de la perfidia, como aún siguen llamándole, Don Rafael Herrera.

Estar con dios y con el diablo, con la revolución y la contra-revolución al mismo tiempo y a la vez, un vivo ejemplo de prostitución ideológica y política. Tal fue siempre la pandilla de los renegados revisionistas de Narciso Isa Conde y del Gordo Cuello.

Su revisionismo, teniendo por núcleo teórico e ideológico y político el oportunismo, no tenía nada que ver con el marxismo, a menos que no fuera su recalcitrante animadversión enfermiza al marxismo. Ese revisionismo suyo ha sido una teoría y una práctica, no en pro del desarrollo y de coadyuvar a que las masas de los explotados y oprimidos se unan, se organicen y galvanicen una inquebrantable voluntad de lucha contra sus verdugos y explotadores, sino buscando y propugnando, como lo preconizan los ideólogos burgueses y los curas reaccionarios, que se unan los elementos -sin carácter de clase- en base a la llamada solidaridad en lugar de la lucha de clases, que es el alma de los explotados. Reclamando de esos llamados elementos, no la conciencia de clases ni una disposición intransigente de alcanzar la revolución, sino una adocenada concepción que gira sólo en la aceptación de que lo imperante es imperfecto o que tal o cual institución no es todo lo perfecto que se desea que fuera.

Como se ve, los puntos de vista de estos revisionistas y curtidos traidores no son por ningún lado materialistas y revolucionarios, sino idealistas y reformistas. El revisionismo de estos renegados no hace otra cosa que buscar suministrarle fundamento a la táctica de traiciones al pueblo de la burguesía. Mientras que el marxismo-leninismo nos enseña a propugnar por desenmascarar a estos grupos, entidades y partidos burgueses, para que las masas oprimidas sigan un camino propio e independiente.

Pero en el renegado revisionista y traidor Narciso Isa Conde hay una particularidad en su oportunismo, que consiste en que sustenta que dentro de sus elementos, que busca unificar en su teoría de la conciliación y el consenso, la solidaridad entre estos elementos no permite que ninguno de ellos actúe por propia cuenta. Sólo el renegado Narciso Isa Conde y su pandilla, por ejemplo del fui, pueden incorporarse a las Fuerzas Armadas reaccionarias, como es el caso del mismo renegado Narciso Isa Conde y del terrorista aventurero Fernando Peña, sin ser declarados ni caer en ser reaccionarios, pues ellos tienen el don de la pureza y la libertad para traicionar cuando sea, cómo y donde sea.

Todo esto le es común a la concepción del mesías y nuevo redentor Flores Estrella. Así, él y los renegados revisionistas y terroristas de Narciso Isa Conde y Fernando Peña pactan con Pepín Corripio, además con Luis García,  el del canal 45 UHF,  que es norteamericano y de la CIA -agente de la fusión de República Dominicana con Haití-, con Rafael Perelló, del capital negrero-mafioso español-pepegato-del BBVA y del grupo Fenosa, y no cometen traición ni caen en inmoralidades.

Pero basta y sobra que Tomas Castro Monegro haga, como abogado, un pacto de defensa en los tribunales de un coronel Policía Nacional acusado de ser parte de la red del Don Quirino y es satanizado, excluido y poco ha faltado para ser condenado a la hoguera.

Bien se lo dijimos a Tomas Castro: “Tú, como partidario burgués liberal, puedes perfectamente ir a dar charlas y hasta ser profesor de las Fuerzas Armadas reaccionarias. Pero no es lo mismo que lo haga el renegado Narciso Isa Conde, que se dice comunista. ¿Y cómo diablos justifica lo de ser amanuense de esas mismas Fuerzas Armadas reaccionarias?”.

Ahora dicen que Tomas Castro ofende a san Orlando Martínez, que fue muerto por andar entre generales reaccionarios balagueristas en conflicto, o bien sirviendo a Balaguer más de lo que éste le había pedido, o creyéndose que el engaño del tirano alimaña era algo más que un engaño, como si lo que hace Tomas Castro, que es abogado, no lo vivió haciendo su san renegado revisionista Orlando, y aún siguen haciéndolo el mesías redentor Rafael Flores Estrella, el renegado revisionista Narciso Isa Conde, el aventurero revisionista Fernando Peña, el trujillista Ramón Emilio Saviñón, o el agente del Departamento de Estado, el acomplejado trujillista Leopoldo Espaillat Nanita.

 

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