LA EFICACIA FATAL
DE GENERAL P.N. La expresión que recogió el diario amarillo Opus Dei y del clan Popular-El Caribe, cuyo Presidente, Alejandro Grullón, es a la vez Presidente de los Banqueros Altagracianos, o devoto del negocio de la llamada Virgen de la Altagracia, formulada, lleno de auto-satisfacción, por el general De La Cruz Martínez, P.N. y Director de Prisiones, de que: “Y no logró escapar ni un preso”, es lo suficientemente contundente para forjarse el convencimiento de que se trató de un genocidio previamente diseñado lo del incendio llevado a cabo en la Cárcel Pública de Higüey y en donde murieron casi 200 reclusos. Lo de que los policías no podían abrir el candado puesto que los presos lo habían dañado es un pretexto vulgar, puesto que lograron sacar a los supuestos cabecillas del motín; los bomberos llegaron después de una hora, aún cuando están en el mismo frente de la Cárcel Pública donde se escenificó el genocidio. Y en el fondo, majestuosa, demostrando su capacidad criminal ilimitada, la cruz de la infame Catedral de Higüey, que sólo puede representar la majestuosidad sanguinaria y despiadada del cristianismo y el Vaticano, S. A.
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