Mediante Concordato y Vicariato Castrense

Iglesia Católica y curas coartan y pisotean los derechos democráticos, los preceptos constitucionales y propician las actividades represivas de las autoridades contra el pueblo

 

   Los dominicanos deben saber que el Concordato y el Vicariato Castrense prácticamente hacen nulos muchos artículos consignados en la actual Constitución, y con los que se pretende consagrar derechos democráticos hasta configurar en base a ellos un Estado de Derecho.

En el artículo 8 de la Constitución actual se consagra la libertad de conciencia y de culto.

Sin embargo, resulta que en la República Dominicana no se permite, de hecho en forma arbitraria e ilegal, la instalación de hornos de cremación de cadáveres humanos, por disposición del Concordato y otros acuerdos entre el Estado dominicano y la Iglesia Católica.

Eso de la prohibición de la cremación de los cadáveres hasta reducirlos a una pequeña cantidad de polvo, es una de las supersticiones y dogmas de la creencia cristiana que, siendo una verdadera estupidez, se convierte en un instrumento de coacción y represión no sólo contra la libertad de creencia, sino hasta contra las religiones como las hinduista y budista, que propician la cremación de los cadáveres, es decir, de los muertos.

Que a nadie le quepa duda, el Concordato y el Vicariato Castrense son especie de una cárcel espiritual que le es impuesta al pueblo, pero que a la vez le sirve a la Iglesia Católica y a los curas para vivir de parásitos de la sociedad y la nación, al tiempo que Iglesia Católica y curas coartan y pisotean tanto los derechos democráticos como los preceptos constitucionales, a la vez que propician las actividades represivas de las autoridades contra el pueblo.

 

Volver a la Página Principal