Población
se encuentra desprovista de protección ante insoportable situación
servicios hospitalarios públicos siendo su única perspectiva la de un
mayor deterioro con la aplicación y vigencia de la llamada Ley de
Seguridad Social La
llamada Secretaría de Salud Pública, que podría llamarse de toda forma
menos de ésta con la que pretende ser identificada, ha llegado al punto
de su total nulidad y se espera que dentro de poco tenga que ser
clausurada de un todo por ineficiente. Pero
en tanto el gobierno le entrega el sector salud y los hospitales a los
bancos y a sus aseguradoras, medio pueblo se muere y sufre por la
desatención y abandono criminal en que se mantienen los hospitales públicos
sin materiales para ofrecer los servicios de urgencia, sin recibir ni
serle entregadas las asignaciones mínimas para su funcionamiento y, por
último, los mismos médicos todavía no han cobrado ni siquiera la
primera quincena del mes de
agosto que ya termina. Se
conoce de la penuria y sufrimientos de los pacientes del Luis C. Aybar,
por ejemplo, o del Darío Contreras. Pero poca gente puede llegar a
imaginarse el infierno que tiene que padecer un infeliz que tenga que ser
internado, o más bien sepultado vivo, en el hospital público Dr. Musa de
San Pedro de Macorís, los predios de la flamante incumbente y
multimillonaria salida de La Arena de esa misma localidad y que hoy es la
Presidente de la Cámara de Diputados, y de Josesito Hazim el flamante y
omnipotente senador por esa misma desgraciada provincia Allí,
en el citado hospital, usted puede encontrar un paciente con fractura que
espera por más de tres semanas una urgente intervención quirúrgica. En
tales condiciones y a la espera están con fractura del fémur, de la clavícula,
de los brazos, etc. Por donde
quiera que uno observa y presta atención, se palpa y se percibe, sin
necesidad de mayores esfuerzos, que la población se encuentra total y
absolutamente desprovista de protección en áreas tan importantes y
decisivas como la de los servicios hospitalarios públicos. Y esta
insoportable situación sólo tiene en perspectiva su aún mayor deterioro
con la aplicación y vigencia de la llamada Ley de Seguridad Social.
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