Rechazamos
campaña del agente de monopolios
e Iglesia Católica Secretario de Trabajo Ray Guevara y del CIPAF Prostitución
y explotación de la niñez es
una cosa y otra bien distinta es el trabajo del que no se puede ni se debe
desvincular a los niños para su correcta educación como ciudadanos
serios, honestos e inteligentes
Resulta
insoportable el bombardeo sistemático de ciertos círculos que responden
a oscuros y bastardos intereses vinculados a las prácticas más
aberrantes y denigrantes en pretender la educación del niño o de la niñez
sea sustentada en una animadversión visceral hacia el trabajo de toda índole
y cualesquiera que sea la naturaleza de esa actividad. En
esa labor no nos ha resultado sorprendente ni extraño encontrar al agente
de los monopolios y de la Iglesia Católica, Secretario de Trabajo, Ray
Guevara, repetir una y otra vez la generalización de la monserga de que
los niños no ejerzan ningún tipo de trabajo. ¿Y cómo será cuando esos
niños crezcan con la idea de que no se debe trabajar ni tener habilidad
para hacerlo por ser ello una violación a su derecho? ¿Y para qué función
en la sociedad es que pretenden destinar a esos futuros ciudadanos cuando
crezcan, se desarrollen y maduren? La
copa de esa repugnante campaña de fines inconfesos la rebosan las
reconocidas feministas tenidas por muchos como nidal de lesbianismo y
otras actividades antisociales, cuando el 27 de septiembre dan a la
publicidad un pretendido trabajo de investigación con el que buscan
justificar que los niños no aprendan ni se les enseñe gradualmente a
valerse por sí mismos, como sería aprender a preparar sus alimentos, a
dar los pasos correspondientes para por sí mismos saber asearse,
garantizar la higiene de sus vestidos y ropa, así como de los utensilios
con que se alimentan. Para
nuestras sospechosas del CIPAF, de donde salió la Margarita Cordero, que
representa en Indotel tanto a la ciudadanía como a Pepín Corripio, la
Sagrada Bujosa y otras y que encabeza la persona de muchas cuentas
pendientes llamada Magaly Pineda, casada por lo menos con Fafa Taveras, a
los niños hay que mantenerlos fuera de todo quehacer en la casa, puesto
que suponen que eso es un abuso y atropello bestiales para los niños. A
los padres y madres de familia les resultan no sólo extrañas esas
posturas sistemáticas tanto de círculos como los del CIPAF, como del
siniestro Secretario de Trabajo, al que se le reconoce también por el
nombre de el hombre de la sonrisa de hiena por el símil de su actitud
ante las desgracias que causa y la de aquel animal, nada agradable por
cierto. Y,
sin embargo, guardan ese silencio sepulcral cómplice ante las actividades
de corrupción y libertinaje sexual que se practica masivamente en
desmedro de la niñez en áreas como la de turismo. ¡Ah!,
se nos olvida que CIPAF justifica y defiende el derecho a la prostitución
tanto femenina como masculina, pues se trata, según su aberrada
mentalidad, de trabajadoras sexuales. Hay que
exigirles que diferencien que una cosa es la prostitución de la niñez, y
otra bien distinta es el trabajo, del que no se puede ni se debe
desvincular al niño, para su correcta educación, como ciudadanos serios,
honestos, inteligentes y de trabajo que no requieran de otro para hacer
sus propias cosas.
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