Eso de la inamovilidad de los jueces encubre el germen de
la tiranía y la enajenación del derecho a la justicia del pueblo y para
el pueblo
En
el país, se está debatiendo sobre la reelección presidencial y en torno
a si se mantiene o se cambia lo de que los jueces de la Suprema tengan carácter
de vitalicio, bajo el membrete de su inamovilidad. Somos
opuestos a la reelección por la misma razón que reclamamos que sea
eliminada la inamovilidad de los jueces, tomándose ésta como vitalicia. Así,
nos oponemos a la reelección, puesto que para los comunistas, como
representantes conscientes de los intereses de la clase obrera y los
trabajadores frente a los explotadores, todos los cargos y puestos del
Estado de alguna importancia deben ser electivos, y ninguno con carácter
permanente o vitalicio, de tal modo que mientras menos tiempo dure un
funcionario electo para un cargo, mucho mejor para la democracia y para el
pueblo. Y
precisamente por eso estamos contra la reelección, ya que ésta conlleva
a que un Presidente se pueda prolongar por más de un período en el
Poder. En
cuanto a la inamovilidad de los jueces de la Suprema o de cualquier otro
tribunal con carácter vitalicio, estamos por principio opuestos en forma
tajante y categórica. Eso
de que la inamovilidad o que por el carácter vitalicio de los jueces la
justicia se torna mejor es un falaz engaño que persigue la perpetuación
de espurios intereses burocráticos y económicos, así como sembrar la
desmoralización en la soberana voluntad de la ciudadanía. Eso
de la inamovilidad perenne de los jueces, que es equivalente a su carácter
vitalicio, conlleva de hecho el germen de la tiranía y la enajenación
del derecho a la justicia del pueblo y para el pueblo. Los jueces de la Suprema no deben ser vitalicios, igual que no deben serlo de ningún Tribunal ni los funcionarios de ningún área o esfera estatal.
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