Las zahorias inmundas del feminismo del patio

Agitan fenómeno asesinatos mujeres para estimular su depravada concepción al servicio de las clases explotadoras y el imperialismo norteamericano

 

Se están haciendo muchos aspavientos en torno a que cada tres días y medio, en lo que va de este año, ha sido muerta una mujer en forma violenta por parte del hombre que había sido su pareja sexual o familiar, con la muy acentuada característica de que casi siempre, tal vez en más del 90% de los casos, el hombre homicida se ha suicidado tras cometer el asesinato. Entre los que han apelado a dar muerte a su mujer y luego suicidarse los hay tanto dominicanos, haitianos como europeos. De igual modo hay que señalar que pertenecen a distintos estratos sociales, desde la pequeña burguesía, obreros de Zona Franca o industriales, comerciantes, campesinos, estudiantes, etc.

También hay casos, que son efectivamente la minoría, en que los muertos son hombres a manos de su mujer, sin que ésta apele al suicidio, como acostumbran a hacer los hombres-homicidas.

Decimos y subrayamos “se están haciendo muchos aspavientos” para llamar la atención de que la bulla propagandística que se lleva a cabo sobre el problema éste se está efectuando por círculos que, más que interesados en esclarecer a fondo las causas reales, tanto materiales como espirituales, que dan pie al deplorable cuadro que comentamos, lo que buscan en realidad es pescar en río revuelto.

Se tiene, por ejemplo, que esas zahorias inmundas del feminismo del patio, compuestas por un auténtico aquelarre de lesbianas y degeneradas de toda índole, que se autodenominan colectivos del género o feministas, entre los que sobresalen esos seres despreciables y repulsivos que responden a los nombres de Magalys Pineda de Fafa Taveras y Lourdes Contreras de Narciso Isa Conde, agitan y agitan los hechos para estimular su depravada concepción al servicio de las clases explotadoras y el imperialismo norteamericano de que la lucha y la contradicción social es entre el género femenino y el género masculino, esto es, de hombres versus mujeres, y todas las aberraciones que en ese infecundo y estéril terreno se pueden desarrollar.

Imagínese el radioyente o lector de “¡Despertar!” la confusión que de esa sucia y peligrosa orientación se desprende y el incalculable daño que puede llegar a ocasionar esa perversa orientación que todo el mundo sabe es financiada y propugnada por los reales enemigos del pueblo trabajador y el país, por aquello de divide y vencerás.

Las raíces y fuentes de esa violencia que da el deplorable panorama de la muerte por asesinato de mujeres a manos de sus parejas masculinas y los subsiguientes suicidios de los homicidas son las que, serenamente, hay efectivamente que establecer, mediante el estudio y la investigación sociológica, económica, social, cultural y hasta política, del fenómeno de esos asesinatos y de esos suicidios.

 

Volver a la Página Principal