La Iglesia Católica y sus altas jerarquíasCada día más corruptas y siempre como el mono bailando por la plata
Apenas
el sábado 9 de noviembre las altas jerarquías católicas en el país
empezaron a crear todo un barullo de sucia opinión pública a favor de la
destartalada imagen de Rafael Hipólito Mejía, quien luce como el gran
protagonista detrás de bastidores en el escándalo de los tarjetazos de
crédito en dólares de Pepe Goico-Baninter. Aunque
hace mucho se sabía del asunto, fue apenas el viernes cuando Soto
Jiménez, el hijo de Miriam Jiménez, ex residente en el suelo natal del
perínclito de San Cristóbal, dio a conocer algunos detalles del lío de
los tarjetazos de crédito en dólares. Y
como dijéramos, ya el sábado 9 de noviembre, Príamo Tejeda, de Utesa,
lo investía de doctor Honoris Causa, y a su alrededor concurrieron el
empresario de cristo de la Iglesia Católica y ministro de sus cosas
sucias, Agripino Núñez Collado, el renunciante obispo Flores, monseñor
Benito Angeles, etc., etc. Y lo mejor de todo es que Rafael Hipólito
Mejía proclamó que la educación era el área prioritaria de su gran
gobierno. ¿Y de cuándo a dónde dejó atrás lo de servir lacayunamente
a los monopolios y a los banqueros? ¿Es
que es tan grande el susto? Bueno,
no es para menos. Como
en este caso se puede comprobar, la Iglesia Católica y sus altas
jerarquías son cada día más corruptas y bailan siempre como el mono,
por la plata. Rafael
Hipólito Mejía le regaló, hace apenas 12 días, a esa universidad el
edificio de Convenciones, de un costo sobre los 100 millones de pesos, y
al Arzobispado de San Juan de la Maguana, que ostenta su cuñado José
Dolores Grullón, le dio la mansión de Trujillo en la frontera. Mientras
la Iglesia Católica y sus perversos parásitos ensotanados tengan el
puesto que se le obsequia en los destinos del Estado, este país jamás
dará pie con bola.
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