Esta es República Dominicana en el 2002 bajo las
bendiciones de la Iglesia Católica y de los EE.UU. Informe OMT refiere medios prensa implementan conspiración silencio para evitar trasciendan a la opinión pública reclamos trabajadores e infernales condiciones de que son víctima
Las
condiciones de explotación, opresión, miseria y pobreza se hacen cada día
más intensas y crueles bajo las actuales condiciones del régimen
capitalista y de dominio imperialista.
Si bajo la condiciones del “proteccionismo” estatal para el
desarrollo y creación de una burguesía que nunca ha llegado a ser
nacional y bajo los requerimientos de la contrainsurgencia, las
condiciones de vida y trabajo para las masas trabajadoras en general y
obreras en particular, eran duras y más bien podían asumir la
subsistencia como forma de vida, las que imperan hoy día son 10 ó 100
veces más duras y adversas para las masas trabajadoras, tanto del campo
como de la ciudad. Las
llamadas zonas francas, que serían su sector productivo principal, no sólo
están en quiebra y bancarrota, sino que son un verdadero infierno donde
impera la superexplotación y donde los abusos tienen todos los matices y
alcanzan todas las magnitudes. Del turismo se puede decir que ha devenido
en una medicina peor que la enfermedad. Son
tan monstruosas las condiciones imperantes, que en el momento actual los
organismos internacionales manejados por los círculos sindicales lacayos
y los mismos explotadores han tenido que terminar dando a la publicidad un
terrible y patético informe a nombre de la Organización Mundial del
Trabajo (OMT), equivalente al reconocimiento de que República Dominicana
es en realidad el mismo infierno de explotación y opresión, circunscrito
a 48,442 kilómetros cuadrados, pero que está aquí mismo, en la tierra. Sobresale
dentro del montón de denuncias contenido en el informe de la OMT la que
se refiere a que los monopolios y capitalistas de Zona Franca, como en el
país son 4 los grupos bancarios que se reparten la casi totalidad de los
medios de prensa en sus manos, se les hace posible implementar una
conspiración para silenciar tanto las infernales condiciones de que son víctima
los trabajadores, así como para silenciar sus reclamos y evitar que éstos
trasciendan a la opinión pública. Los
agentes del sistema desde la prensa amarilla como es el perverso cristiano
Samuel Santana, agente de Pepín Corripio, se las ingenian para tratar de
enturbiar y crear confusión ocultando aspectos y trastocando
informaciones. Como evangélico ecumenista esa y no otra es su perversa
funsión. En
aquel informe, se recogen datos y situaciones que confirman el siguiente
panorama: no se respeta derecho alguno para los trabajadores; las leyes
son letra muerta; no se les reconoce derecho a la sindicalización ni a la
negociación de pactos colectivos. Los capitalistas usan a su gusto los
recursos represivos tanto privados como de los organismos policíaco-militares
que están a su plena disposición; no hay derecho a reunión ni a
reclamos, todos los trabajadores que lo intentan van a parar al ejército
interminable de los desempleados. De 200,000 empleados en la Zona Franca,
sólo el 3% o menos están dizque sindicalizados. Sobresale
en la densa información el aspecto de que, valiéndose de la concentración
de los medios de prensa radiales, escritos y de televisión, así como de
plumíferos pagados que actúan como mercenarios, aplican una política
de silencio y ocultamiento informativo a la población. En
dicho informe se reconocen y corroboran todas las artimañas que durante
los últimos años hemos denunciado tanto por “¡Despertar!” escrito
como por sus ediciones radiales. En
el informe se pone de relieve los abusos, el discrimen y el atropello a su
dignidad personal a que son sometidos en forma especial las trabajadoras.
Las condiciones de los trabajadores, haitianos y dominicanos, en las zonas
rurales son sencillamente indescriptibles por el recargo de miseria,
explotación y abuso. Esta
es República Dominicana en el 2002 bajo las bendiciones de la Iglesia Católica
y de los EE.UU.
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