Rafael Hipólito Mejía Acabará miseria y pobreza con exterminio masas
Ahora son los que padecen la crónica, es decir,
incurable, enfermedad de la hemofilia, los que quedan fuera de la Ley de
Seguridad Social, según informaciones ofrecidas por los organismos
competentes. La
hemofilia, igual que otras enfermedades como diversos tipos de cáncer, la
alta presión arterial, el asma, que son de carácter crónico, y la
tuberculosis, que en países como el nuestro tiene carácter endémico, o
sea que en cualquier momento cualquiera puede resultar castigado con dicha
enfermedad contagiosa, no serán cubiertos con la Ley de Seguridad Social,
lo que significa que el que la padezca quedará a expensas de la buena
suerte, si o de los recursos monetarios con que individualmente cuente. Lo
peor de todo esto es que el flamante Presidente de la República
Dominicana, don Rafael Hipólito Mejía, habiendo proclamado que el futuro
de la estabilidad en América Latina depende de que se resuelvan los
problemas de trabajo, salud y educación, toma derroteros tan equivocados
que desde ya se sabe que los problemas de estos tres renglones sólo
terminarán agravándose. La
educación, en lo que respecta al país, no puede estar peor atendida, a
menos que Rafael Hipólito Mejía no esté absolutamente convencido de que
la única solución posible es la entrega total de la educación a la
oscurantista y retrógrada Iglesia Católica. En
cuanto a las fuentes de trabajo, es evidente que entiende que la solución
depende de la entrega cada vez mayor a los monopolios extranjeros,
conforme a su línea de conducta. Y
en cuanto a la salud, logrando que desaparezcan los enfermos, pero esto no
por programas que le devuelvan la salud a la población enferma, sino por
el exterminio total de la misma. No
cabe la menor duda de que se trata de una solución final conforme el más
acabado e integral programa neomalthusiano, el que Rafael Hipólito Mejía
está aplicando para, junto con los monopolios y la Iglesia Católica,
lograr que mediante el exterminio de las masas pobres desaparezcan tanto
la miseria como la pobreza, en base a la fórmula tan propia al fascismo
de sus mentores de “muerto el perro se acabó la rabia”. ¡Dominicano trabajador! ¡hombres y mujeres del pueblo! ¡incorpórate a la lucha por tus derechos! ¡Únete a nosotros! ¡Rechaza a los agentes del sistema! ¡En la lucha está tu futuro! Volver a la Página Principal
|