Deformado y falso criterio sobre sociedad civil del ecumenismo católico-protestante Equivalente a programas corporaciones falangistas y fascistas de Pío XI el Papa de Mussolini y Pío XII el Papa de Hitler
Juan
Bolívar Díaz Santana, agente católico ecumenista, y Bienvenido Alvarez
Vega, agente evangélico pagado por las ententes norteamericanas
protestantes cuyos hilos se manejan desde la misma Embajada yanqui en el
país, son los agentes propagandistas en el patio del ecumenismo
cristiano, que en su proyección político-social no hacen más que
reciclar y renovar, para darle carta de buenas y válidas, las tristemente
célebres recetas del fascismo italiano-francés y del falangismo español,
bajo la dirección de la orden de los jesuitas en el país, cuyos
incumbentes más notorios son el obispo Arnaiz, secretario del cardenal
Nicolás Hildebrando Borgia López Rodríguez, y el tal padre Cela, cabeza
de las llamadas ONGs católicas y ambivalentes, es decir, de una parte las
que están con los EE.UU. y de otra las que están con el neoliberalismo
europeo. Como
en el lenguaje jesuítico, clerical vaticanista, que es compartido por los
evangélicos ecumenistas, nada es verdad ni mentira, todo depende del
cristal con que se le mira, además de su máxima común de que el fin
justifica los medios, esos dos mercenarios plumíferos son dos de los que
más agitan el tergiversado concepto a lo falangista-fascista clerical de
lo que sería sociedad civil. Para
Juan Bolívar Díaz Santana y Bienvenido Alvarez Vega, conforme los
intereses que les pagan y a los que ellos, como buenos lacayos enfermizos
le sirven, sociedad civil es un conjunto de gremios profesionales de carácter
liberal, asociaciones “cívicas” o de laicos ecumenistas (conjunto de
católicos y cristianos unificados), las religiones, iglesias, curas,
pastores; organizaciones de marginales de servicios, o viceversa, de
servicios marginales, llamadas ONGs, en fin, según estos dos plumíferos,
que no esconden su condición de mercenarios ante su común capitalista
que, por demás señas, sus capitales están vinculados al tristemente célebre
Opus Dei. Así,
para esas gentes, la sociedad civil la representan Participación
Ciudadana y Finjus, más sus ONGs, que hacen de base de operaciones suyas.
En realidad, se trata, ni más ni menos, de la misma concepción, de la
misma práctica y del mismo programa de las corporaciones falangistas y
fascistas que encontramos en la extensa actividad del papa Pío XI, el
Papa de Mussolini, que luego fuera respaldada por su sucesor, Pío XII, el
Papa de Hitler desde 1938, así como por Juan XXIII, sucesor del Papa de
Hitler. Las encíclicas y conferencias de estos papas, como la
Quadragesimo anno (1931) de Pío XI, Evangelis praecones (1950), Fidei
dominum (1957) de Pío XII, Mater et magistra (1961) de Juan XXIII, etc.,
o bien en la plataforma programática de los falangistas españoles, que
en el curso de estas emisiones radiales iremos explicando y elucidando
poco a poco. Bienvenido
Alvarez Vega, como todo un hipócrita redomado producto de su pase (con
todo y lo que esto, a la luz de los últimos acontecimientos, significa)
por el seminario para cura católico, dice que el concepto de sociedad
civil “es un viejo concepto que nos llega con Gramsci (1891-1937)...que
interesara a Tocqueville (1805-1859)”, sin explicar y más bien
deliberadamente ocultando, lo que desde el siglo XVII-XVIII se entendía
por tal concepto, como siguió siéndolo durante la época de Hegel
(1770-1831), y para colmar la copa hemos de decir que hasta los genios críticos
Carlos Marx y Federico Engels aceptaron la denominación de sociedad civil
de aquellos en contraposición al Estado civil secular, siempre y cuando
dicha denominación de sociedad civil se refiriera a las fuerzas
productivas y a las relaciones de producción de un régimen económico-social.
Pudiéramos citar la extensa bibliografía al respecto, empezando por sus
“Notas sobre Feuerbach, contraposición de materialismo e idealismo”
de 1846. Y
es aquí donde se pone de manifiesto la acción tergiversadora y perversa
de un Bienvenido Alvarez Vega como ecumenista evangélico venal y
mercenario, puesto que, según tal sujeto, la sociedad civil se refiere a
“los gremios profesionales, de abogados, médicos, ingenieros,
economistas, pequeños comerciantes, sindicatos, agricultores
organizados.... iglesias, sacerdotes, pastores, etc.” y en verdad ese
deformado y falso criterio sobre la sociedad civil sólo es equivalente al
uso que de él hacen los fascistas mussolinistas en su coalición con el
Vaticano desde 1929. Compárese
la interpretación de Bienvenido Alvarez Vega con la que encontramos en la
encíclica Quadragesimo anno del Papa de Mussolini, Pío XI, a cuya
defensa concurre el Papa de Hitler diciendo: “La actividad corporativa
(de los fascistas de Mussolini, Nota de Redacción) y la Acción Católica
no dejarán de coincidir... y esta coincidencia no podrá tener sino
felices resultados”. Más
aún, la inclusión de las Iglesias católica y protestante, así como de
los curas y pastores dentro de la sociedad civil, es una aberrante postura
que choca y desdice hasta los criterios de los padres de la economía política
burguesa cuando ésta tenía carácter de ciencia y no de apologética
económica del capitalismo. Por
ejemplo, Adam Smith, en su obra “La riqueza de las naciones”, define a
las iglesias, a los curas y a los pastores como parte de los grupos
improductivos y parasitarios de la sociedad. Sin embargo, Bienvenido
Alvarez Vega los incluye como parte sustancial de la sociedad civil, esto
es, como si fuesen grupos productivos, cosa que todo el mundo sabe que es
falso de pies a cabeza, pues se trata de grupos estricta e intrínsecamente
parasitarios, lo que percibe hasta un ciego, aunque los lacayos
mercenarios y ecuménicos pretendan lo contrario.
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