Violencia y asesinatos habituales emanan del mismo régimen imperante y sus órganos estatales

Evidente en asesinato alevoso de joven dirigente grupo Falpo

 

El asesinato alevoso de un joven dirigente del grupo Falpo en la ciudad de Navarrete por parte de una patrulla policial nacional, que previamente le ordenó levantar las manos y al momento de hacerlo le disparó a quemarropa por las espaldas matándolo, da una muestra más de que tanto la violencia y el asesinato habitual emanan del mismo régimen imperante y sus órganos estatales, como que el gobierno de Rafael Hipólito Mejía se ha caracterizado, desde el momento de su instauración y en todo el trayecto de su ejercicio, por la promoción y protección de los abusos de poder, en particular de los atropellos y crímenes policíaco-militares, que adquirieron su mayor dimensión cuando en vez de quitar de inmediato a Candelier, que venía ejecutando ciudadanos desde el gobierno de Leonel Fernández-PLD, Rafael Hipólito Mejía le dió un impulso escandaloso a la inconstitucionalidad e ilegal práctica de la ejecuciones que, para revertirlas de mayor crueldad se llevan a cabo en la vía pública y a plena luz del día.

Hasta que los gobernantes no tengan la suficiente responsabilidad personal como para exigir en forma pública y directa a la oficialidad policial y militar que obliguen a sus alistados a entender que deben evitar la muerte de ciudadanos a manos suyas, que deben respetar los derechos y sobre todo el derecho a la vida de la gente, aquí no desaparecerá la práctica del asesinato cotidiano de ciudadanos por parte de la Policía y sus bandas de la muerte.

 

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