Sicópata asesino Macorís, "El Carnicero de Lyon" criatura del tirano alimaña Joaquín Balaguer

 

Ahora que rebrota el tema de la naturaleza criminal y terrorista del tirano alimaña Joaquín Balaguer, que en forma despótica y criminal le dió, durante doce años, desde el 1966 al 1978, un baño de sangre al país mandando a matar y amparando que fueran asesinados, torturados, encarcelados, perseguidos y deportados miles y miles de dominicanos desafectos a sus gobiernos títeres, corruptos y violadores de los derechos democráticos y la soberanía nacional, Ramón Pérez Martínez alias “Macorís” o el “Carnicero de Lyon”, una de las criaturas monstruosas de los más negros y apestosos acontecimientos de esa oscura pesadilla que viviera el pueblo dominicano y la sociedad, bajo la dictadura de Balaguer, pretende justificarse con coartadas ridículas propias de sus aberraciones sicóticas esquizofrénicas de un sujeto amoral, carente de todo escrúpulo así como protagonista no sólo de actos vandálicos en general, sino de asesinatos comprobados, de torturas conocidas, muertes evidentes, de delaciones palpables, violaciones sexuales testimoniadas, secuestros develados y todo tipo de monstruosidades cumpliendo programas represivos llevados a cabo por esa vergüenza del ser humano que fuera el repulsivo degenerado, tirano-alimaña Joaquín Balaguer y Ricardo.

El secuestro y muerte de los cinco jóvenes clubistas de Héctor J. Díaz en el dogout del play de La Normal Juan Pablo Duarte, las torturas, secuestros, asesinato y desaparición del militante comunista Oliver Méndez, mientras se encontraba preso en La Victoria luego de ser secuestrado por el mismo “Macorís” o “Carnicero de Lyon” junto al vesánico asesino oficial de la Policía Nacional Oscar Núñez, bajo el mandato directo de ese criminal y hiena de dos patas que es el ex general asesino Enrique Pérez y Pérez, así como los casi cien jóvenes lanzados a los tiburones por Ramón Pérez Martínez “Macorís”, “Carnicero de Lyon”, en compañía de esos criminales de profesión por los frentes de Metaldom, del Banco Agrícola y en el rompe olas de la George Washington, no son cosas de diez ni de quince días, como ese maníaco-depresivo y psicópata arteroesclerótico que responde al odioso apelativo de “Macorís” o el “Carnicero de Lyon” pretende pasar de contrabando.

Lo que sí ha quedado en claro es que corresponde a la dirección de nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) y en particular a Luis Montás, haber encabezado la labor de echar del seno del movimiento revolucionario y popular a ese cobarde asesino corrupto, aberrado y perverso degenerado llamado “Macorís” o el “Carnicero de Lyon”, y que por ello es evidente que éste guardó y mantiene el más profundo odio hacia nuestra organización y a nuestra dirección.

Pero además, que ese criminal de Ramón Pérez Martínez o “Carnicero de Lyon” es un asesino y delincuente incorregible y empedernido a la hechura y confección genuina del tirano-alimaña Joaquín Balaguer y sus huestes de criminales que integraban los cuerpos represivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como de intereses de la reacción y el imperialismo norteamericano.

Dice cínicamente Ramón Pérez Martínez, el “Carnicero de Lyon”, que guarda un profundo respeto por los muertos, pero esto no es más que una coartada, para dejar constancia de su lealtad invariable y su silencio cómplice para con los asesinos y criminales de la peor laya con los que ha compartido la real profesión de su despreciable existencia.

Pero también hay que subrayar que esa expresión de “Macorís” implica una aceptación tácita de los decenas y decenas de ciudadanos que asesinó y mató, así por eso dice que guarda un profundo respeto por los muertos y que por eso no los menciona, es decir, que no menciona a los que fueron víctimas de su mentalidad criminal y vesánica. Pero hay que resaltar que en el 1971, cuando la “Banda Terrorista y Anticomunista” se lanzó en forma abierta a cometer sus tropelías que anteriormente eran llevadas a cabo en forma encubierta tanto por la Policía Nacional, como por los servicios de los cuerpos militares a título de “fuerzas incontrolables”; todo fue orquestado incluso con la anuencia y colaboración a través del tirano-alimaña Joaquín Balaguer, del PRD, de Juan Bosch y Peña Gómez, cumpliendo una estrategia contrarrevolucionaria trazada por el gobierno y los organismos de contrainsurgencia norteamericanos.

Basta y sobra darse cuenta de dos cosas:

a.- Que esa Banda era específicamente anticomunista y de claro porte terrorista y

b.- Que el PRD ni Juan Bosch ni mucho menos esa lacra llamada Peña Gómez, se preocuparon en lo mas mínimo por contrarrestar sus acciones criminales y desmanes constitucionales ni siquiera apelando al recurso de la lucha política y de la denuncia permanente en defensa de los derechos humanos.

De los que se desprenden y explican las razones de que Ramón Pérez Martínez el “Carnicero de Lyon”, comprobado asesino, comprobado torturador y criminal con todo un historial completo a cuestas de toda clase de delitos en su trayectoria de delincuente contumaz haya sido ulteriormente colaborador y miembro, como él mismo confiesa, de los gobiernos del PRD, es decir de Antonio Guzmán y de Salvador Jorge Blanco y ahora del de Rafael Hipólito Mejía, lo mismo que Bosch, el PLD, Leonel Fernández y su desgobierno del año 1996 al 2000 y ni qué decir de Balaguer y ese atajo de criminales que es el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que hoy lo tiene en su cúpula dirigencial.

Pero por sobre todo, es el mismo Ramón Pérez Martínez el “Carnicero de Lyon”, anticomunista que confiesa su íntima amistad y permanente cercanía y colaboración con el segmento de la falsa izquierda, al que nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) siempre ha criticado y estigmatizado como agentes contrarrevolucionarios y oportunistas, cuya única misión ha sido provocar y crear situaciones adversas a la lucha del pueblo dominicano de manera que éste no encuentre el único justo y valedero camino de su emancipación, que es el de la lucha política revolucionaria de masas contra los explotadores y opresores del pueblo dominicano.

 

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