PROPAGANDA DE LOS GENOCIDAS IMPERIALISTAS

De justificar la agresión contra Irak

 

La propaganda desplegada por los imperialistas genocidas y terroristas anglo-norteamericanos de Bush y Blair, así como de las fuerzas lacayunas de la opresión y la explotación, en aras de justificar la criminal guerra de agresión y exterminio a la vez que expoliadora y de rapiña que aun se lleva a cabo contra la nación de Irak y el pueblo iraquí, ha permitido que los más extensos sectores del pueblo dominicano, al igual que de los otros países del mundo, comprueben en forma harto evidente y palpable que todos los periódicos, que todos los medios de propaganda y publicitarios: prensa, televisión, radio y las agencias internacionales de éstas, sirven los intereses de los imperialistas y de los monopolios, y a la vez, que los llamados informadores públicos no son más que mercenarios mendaces y venales, cuya meta fundamental es ocultar la verdad, es desinformar a los pueblos, es crear una imagen falsa y distorsionada de los imperialistas, quienes siendo criminales y genocidas, son presentados como personas cuyos actos en contra de la humanidad, en  contra de los pueblos y países, están motivados en elevados como realmente inexistentes valores que esos mismos criminales de guerra tipo Bush y Blair se han inventado para encubrir sus monstruosas acciones genocidas en contra de la humanidad.

La República Dominicana ha sido un excelente escenario donde se sigue constatando la veracidad absoluta de estas verdades y, así encontramos, no solo a un gobierno como el de Rafael Hipólito Mejía, desenmascarado en su carácter de lacayo contumaz de los monopolios imperialistas, sino que la prensa y periodistas mercenarios y mendaces están evidenciados en toda su condición de fuerzas podridas hasta la saciedad, cuya función no es informar ni hacer consciente de la verdad a la ciudadanía, sino engañarla, embrutecerla, bestializarla y volverla agente de sus enemigos y hacer que esa gente actúe contra sus mismos intereses vitales.

Pero hay que resaltar que todo esto no sólo se comprueba en que pintan la guerra de rapiña, expoliación y saqueo como acciones en favor de los derechos humanos, la libertad y la democracia, sino en que igualan en forma pervertidamente criminal a los verdugos con sus inocentes e indefensas víctimas. Por ejemplo, “la guerra de Irak contra los Estados Unidos”, dicen y escriben como se fuese Irak que ha transportado a los Estados Unidos para agredir y no los Estados Unidos, medios millón de soldados desde Norteamérica al Medio Oriente. Hablan y en forma inescrupulosa cocinan teorías absurdas como de un nuevo derecho internacional o de una nueva interpretación del derecho internacional basada en las guerras preventivas y otras monstruosidades por el estilo.

Pero ignoran las correctas valoraciones de guerras de agresión, guerras de exterminio, guerras genocidas, guerras de los imperialistas contra los países pobres y atrasados con fines de subyugamiento y de opresión.

Ni un solo periódico escrito de la prensa amarilla, ni un solo canal de televisión y sus correspondientes emisiones noticiosas, igual que las radiales, han hecho una labor decente apegada a la verdad.

Pero entre todos se ha destacados ese grupo de desalmados e inmorales que componen el elenco perverso del canal 37 que encabezan los Miguel Guerrero y la tal Alicia Ortega junto a la agente chankaishequista Mu-kien Sang Beng, agente directa de la embajada norteamericana junto a Agripino Núñez, el banquero de Cristo.

Pero hay además, un tipo de formulación que es tal vez el más hipócrita y criminal de la recua del genuflexos agentes descarados del imperialismo y la reacción en el país, como es el caso del de Rafael Hipólito Mejía que, después de dar respaldo al genocidio yanqui, expresa que espera que la guerra termine rápido. Entiéndase bien, que termine rápido. ¿Qué significa esa expresión por ejemplo de Rafael Hipólito Mejía? Que nadie se presta a engaños. Este personaje lo que desea es que el genocidio contra la nación y el pueblo iraquíes se efectúe y culmine cuanto antes con el saldo genocida más descomunal.

No cabe la menor duda de que el espectáculo que brindan todos estos actos y ver a sus protagonistas en plena jactancia de su desfachatez entreguista e inmoral, constituyen una lección que el pueblo dominicano ¡¡jamás podrá olvidar ni dejar de tener en cuenta!!

 

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