Objetivo de "defensa seguridad nacional" de los imperialistas yanquis no concuerdan con los objetivos de nuestra nacion

Sólo el pueblo será el protagonista de su propia e inevitable redención

 

No cabe la menor duda de que el carácter y la finalidad de la llamada Conferencia sobre el programa imperialista de Seguridad de los intereses de sus monopolios en el país, que es a lo que se pretende envolver con el pintoresco título de “Defensa de la Seguridad Nacional”, no concuerdan con los intereses del pueblo y de la nación dominicanos, lo cual queda comprobado tanto en las fuerzas que participaron, como en el contenido y la orientación de las exposiciones que los auspiciadores de la Conferencia de marras entendieron conveniente dar a conocer por considerarlas las menos comprometedoras, dada la naturaleza crudamente reaccionaria, anti-popular, anti-nacional y anti-democrática del evento mencionado y sus reales fines.

Ya comentamos la exposición de la agente represiva de la CIA y del Pentágono norteamericanos, llamada Margaret Hayes, que de nuevo repetimos más adelante en esta misma emisión radial, en que ella definía los objetivos del evento así:

a) Que la seguridad de que hablan es la de la represión inevitable sobre todo el que reclame derechos o conquistas sociales.

b) Que las FF.AA. y la Policía Nacional logren encubrir su carácter represivo y coercitivo contra el pueblo.

c) Que las FF.AA. y la Policía Nacional encubran su papel al servicio de lo intereses ecoómico-sociales explotadores y opresores de los monopolios imperialistas, anti-dominicanos y de los explotadores burgueses-terratenientes, así como de los reaccionarios.

d) Buscar que la población dominicana se convierta en un montón de chivatos.

e) Crear por ese medio mecanismos efectivos que vulneren y socaven el ejercicio y usufructo de los derechos democráticos y las libertades públicas conquistados por el pueblo.

f) Lanzar la amenaza de que, en efecto, toda la ciudadanía está bajo la mira del implacable sistema de espionaje de las FF.AA. y la Policía Nacional.

g) Hacer que los partidos políticos, que las organizaciones cívicas, así como los diversos poderes del Estado, acepten formalmente estar bajo el control absoluto de las FF.AA. y la Policía Nacional.

h) Que las llamadas organizaciones de la sociedad civil y las ONG’s queden instituidas como instrumentos al servicio de las FF.AA. y la Policía Nacional, así como de la Agencia Internacional de Desarrollo, que es un instrumento intervensionista de los EE.UU.

Pero si Margaret Hayes fue precisa y clara en sus objetivos como agente directa que es del imperialismo norteamericano, no cabe la menor duda de que la ponencia de la hermana del rufián agente de espionaje de los servicios de espía del país llamado Frank Cabral, esto es, la ponencia de Conchita Cabral de Arcalá, es un retrato fiel del contenido y los fines reaccionarísimos y opuestos a la libertad e incluso a la libre autodeterminación del pueblo dominicano, y por ende el contenido de la tal “Conferencia de Seguridad Nacional”, es contrario a la soberanía popular y a la soberanía nacional de los dominicanos y del país.

Si la expresión de Margaret Hayes refleja la perversidad de una agente curtida en la función de agente metropolitana imperialista, la de Conchita Cabral de Arcalá es todo pusilanimidad y trastrocamiento e inversión de los valores reales de la democracia, de la libertad y de la soberanía e independencia nacionales propia a un servil lacayo.

No tiene escrúpulos nacionales ni pudor respecto a la dignidad social de los dominicanos la señora Conchita Cabral de Arcalá en exhibirse como una pedigüeña limosnera que por comida es capaz de vender su alma hasta al mismo diablo. Y creyendo que todos los dominicanos somos iguales a ella, sin tapujos expresa lo siguiente:

“...el hambre... hace que la creatura humana (esto es oscurantismo líquido y concentrado, N. de R.) pierda todo ápice de dignidad, y pueda ser pasto seguro del narcotráfico, del terrorismo, de la corrupción, de la mala salud, de la no educación, del no disfrute de la vida; en fin, de la certera disolución de un Estado y de una nación; y que nada podía equipararse a una persona alimentada dignamente, dispuesta con todas las fuerzas y potencias de su ser, a vivir y a trabajar en y por su país...”

Estas palabras reflejan la más truculenta y vulgar mentalidad de una reaccionaria ignorante y presumida que no tiene miramientos en llegar a reconocer que su reaccionarismo y su visión porcina de la persona humana es cosa de familia y que no por casualidad es la hermana de ese impenitente espía que es Frank Cabral, violador sistemático de la intimidad personal y del alma humana.

Y más adelante se destapa y a la franca dice: “Siempre hemos sido guardistas”. Esto es, que su hermano Frank Cabral y ella siempre han sido informantes de los cuerpos represivos. ¡Oh! ¡¡Cuánta franqueza!!

Pero ya antes había expresado que como agente confidente de los servicios de espionaje nacional, igual que su hermano Frank Cabral, es bonapartista, y que, en efecto, entiende que la solución de lo que ella llama seguridad nacional se alcanza poniendo toda la sociedad dominicana, todo el pueblo y todo el país a seguir como borregos detrás “de las FF.AA., para integrar todos los sectores sociales, la Iglesia, partidos políticos y sociedad civil; crear el Consejo de Seguridad Nacional; crear la Ley de Seguridad Nacional; asignándole prioridad vital a estos temas, con énfasis en el control de nuestro territorio nacional; y por último, fortalecer nuestras instituciones de defensa y seguridad nacional...”

Más claro no canta un gallo. Y aprovechamos la oportunidad para reiterar al pueblo dominicano que su meta como protagonista de la historia es poner fin al odioso sistema de explotación que nos ha hundido en el atraso y la miseria, que el pueblo debe luchar unido contra todos los mecanismos de que se valen los explotadores y particularmente el imperialismo norteamericano y sus agentes, para subyugarnos y esclavizarnos.

Abogamos porque el pueblo no crea en salvadores ni en mesías, que el pueblo debe entender que él y sólo él será el protagonista de su propia e inevitable redención.

 

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