Mafia politiquera de los corrup-partidos y de la Junta Central Electoral se quedan como perico en la estaca con los millones de las primarias

 

Bueno, parece que los millones que soñaban repartirse entre sí los dirigentes del perrodé, como es evidente que esperaba el majadero viejo tartufo Tirso Mejía Ricart, cuya inteligencia sigue en capilla ardiente, con varios de los jueces del pepegato en la Junta Central Electoral, cuya fracción encabeza el rufián Salvador Ramos, a través de los 750 millones de pesos para el financiamiento y por comisión de las llamadas primarias de los partidos políticos, se les han, sencillamente, esfumado de las manos cuando el Presidente del gobierno y del Pálido, Leonel Fernández, definitivamente le dijo al Presidente la Junta Central Electoral, Luis Arias: “olvida y tumba, no hay cuartos para esas primarias”.

Sólo la conjugación de la más bastarda insensatez, de un lado, y del otro lado el empeño obcecado de los pepegatos del Congreso, con sus ramales mafiosos atrincherados en todos los estamentos del Estado como una hiedra parasitaria, que siguen soñando con la instauración por los medios que sea de su dictadura criminal y ladrona a lo Trujillo, manejando y disponiendo de los partidos políticos, violando la Constitución del país y negando los derechos de libertad de organización política y de libertad ideológica o de pensamiento, como a todas luces promueve e implica la susodicha ley de primarias, pueden explicar que se haya pretendido aplicar tan exagerado desatino.

Sólo carajos a la vela, como el hijo del Alcalde de Altamira que asesinara y ayudara a asesinar a los expedicionarios del ‘59 de la raza inmortal contra el dictador Trujillo, como lo es el rufián Salvador Ramos, que no pudieron sostenerse como seudo-izquierdista para desde esta franja seguir atracando como lo hacían, pueden apoyar una tan grosera disposición de carácter bonapartista hoy acogida por el neoliberalismo, que al fin y al cabo, como producto del imperialismo, tiene que negar la democracia y los derechos democráticos que ésta conlleva.

Y los partidos políticos independientes del Estado y como organización resultante de la libre decisión de ciudadanos a unirse en partidos políticos de ese carácter son erigidos en blancos u objetivos a eliminar, y de ahí instrumentos con apariencia de legalidad pero anti-democráticos e injustos, como el dispositivo de marras llamado ley de primarias, así como la disposición emanada del Grupo de los 8 al proclamar su nuevo orden económico-político y social internacional de otorgarle el espacio natural de los partidos políticos a la Iglesia Católica.

Es dentro de estas coordenadas que se evacua y dispone lo de las primarias, que sólo puede ser respaldado por las fuerzas más podridas y pestilentes de las que enrarecen y envilecen con sus infamias la sociedad y el país.

 

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