Miserables mercenarios sobornados por gobiernucho pálido

No logran embaucar y ocultar que la gente tiene que triplicar sus esfuerzos para conseguir el peso que ha sido recogido de las calles para bajar la prima del dólar

 

La cuestión del engaño atroz que el neoliberal y vende-patria Leonel Fernández, contra las masas y su estabilidad de vida así como de calidad de ésta, lleva a cabo con la aplicación de un programa de reducción atropellada y violenta de la prima del dólar, elaborado y ordenado por la agencia financiera imperio-capitalista llamada FMI, queda fehacientemente demostrado en los hechos de que:

1ro. Ha desaparecido el dinero circulante del menudeo, del movimiento del mercado interno, de la compra y venta;

2do. Las transacciones comerciales se han reducido a escala general de la sociedad y del país en más del 50% de lo que antes de llegar al Poder Leonel Fernández y los pálidos en el mercado nacional o interno se movía y

3ro. En que, aún habiéndose reducido en forma forzada la prima del dólar de 50 x 1 a 30 x 1, ello no ha representado mejoría para la gente del pueblo en cuanto a poder comprar con más facilidad y desenvolvimiento económico los artículos de primera necesidad para su subsistencia alimentaria y pago de los servicios, lo mismo que tampoco para poder adquirir a precios más bajos los medicamentos para contrarrestar las enfermedades.

El Presidente del Poder Ejecutivo se pavonea, cimbreándose en que ha revalorizado el peso al colocarlo en una relación con el dólar de 30 dólares por un peso desde que asumió el Poder, que lo encontró 50 dólares por un peso.

Sin embargo, lejos de que con esto en el terreno práctico del poder adquisitivo de la gente se haya logrado un avance, lo que da la práctica es un ahondamiento de las dificultades y contratiempos para la gente, por el hecho de que esa reducción de la tasa de cambio entre dólar y peso de 50 x 1 a 30 x 11 se ha logrado a través de sacar de circulación cantidades que ascienden a muchos miles de millones de pesos dominicanos de las calles donde vive la población de desenvuelve su existencia gracias a esos pesos que caminan por dichas calles.

Hacer más escasos los pesos a los que tiene acceso la gente común y corriente es lo que ha impuesto Leonel Fernández por orden del FMI. Y no sólo recogiendo los pesos, sino obteniendo de los consorcios monopolistas, directa e indirectamente, préstamos en dólares para cubrir compromisos, o sea, deudas que se cumplen, como viene ocurriendo con el caso de las generadoras eléctricas, y lo cual desde hace cinco meses de los 6 y tantos días que lleva Leonel Fernández como Presidente de su Poder Ejecutivo viene haciendo.

Las gentes tienen que agonizar más para conseguir el dinero que necesitan, lo cual no siempre, sino muy raramente, lo logran.

Oímos, por ejemplo, a uno de esos tumba-polvos palidistas que, lambiéndole el trasero a los nuevos inquilinos del Palacio Nacional, vociferó y todavía lo siguen pasando, que es un logro de Leonel Fernández haber bajado supuestamente el pollo en pie de 40 pesos la libra a 15 pesos la libra. Eso es fruto de la más perversa ignorancia de ese huele fondillos de los gobiernistas del Palacio Nacional que éstos, a su vez, alientan inescrupulosamente pues sólo saben, Leonel Fernández y su pandilla oficial, hacer demagogia y politiquería barata. Esto es así, ya que lo que hay con el precio del pollo es un desplome y no una rebaja por obra o por resultado de una acción o disposición del gobierno Leonel Fernández-Pálido.

En el mercado internacional han bajado de 1,600 a 700 pesos el quintal de soya y el de maíz de 1,300 a 500 pesos y lo mismo ha sucedido con la grasa vegetal, que es el otro componente básico de la crianza de pollos, tanto para crecimiento y engorde como para la postura de huevos.

Pero además, durante los 45 días que van del 15 de diciembre del 2004 al 30 de enero de este año, las perspectivas de los polleros de hacer una super-venta debido a una super-demanda y un super-consumo de pollos, como era costumbre en situaciones de años anteriores, se cayeron, todo a consecuencia del nivel de los precios, que todavía estaban alrededor de 40 pesos la libra de pollo matado, y la merma del circulante, que ya era manifiesta, o sea, que se hacía sentir.

Resulta que al tener los polleros industriales la falsa creencia de que tendrían una gran venta de pollos con motivo de las fiestas navideñas y de fin de año, los industriales de la crianza de pollos importaron grandes cantidades de huevos fértiles, los cuales de inmediato se colocaron para incubación, y llegado el momento en que debían estar vacíos los galpones de pollos, esos galpones o gallineros seguían repletos de pollos listos para el mercado, el cual se encontraba, como continúa hasta ahora, paralizado y con una merma en sus actividades de más o menos el 50%, en tanto ya tocaban a sus puertas los montones en cantidades de millones, de polluelos.

Así, sin dinero en la población, fruto de que el gobierno ha sacado el circulante de las calles y del mercado en general, la situación se le torna un tanto más difícil a los que industrializan la crianza de pollos en el país. Aún cuando compran en el extranjero a precios mucho más baratos (por razones de allá y no de aquí), los insumos del ramo de la industria del pollo, la crisis va en aumento por la baja de la venta, aún cuando el pollo baja y baja, ya que las compras están estancadas en la misma merma del 50% que tienen todas las ramas del comercio.

Las pruebas de que la baja del pollo no son por incidencia del gobierno de Leonel Fernández para que el pueblo coma más barato, se pueden encontrar en el caso del cerdo, cuyos insumos para su crianza son los mismos que los del pollo, y sin embargo el kilogramo en pie de cerdo está más alto que antes, cuando los insumos estaban dos y dos veces y media más caros en el extranjero o mercado internacional, esto es, el kilogramo de cerdo vivo está a 67 pesos y en el Cibao a 64 pesos, tres pesos menos, pero que resulta más caro por el alto precio del transporte.

Si el desplome del precio del pollo fuera, como dice el lambe-cosas ese de Samaná, obra de Leonel Fernández, ¿por qué no se produce la misma situación con los cerdos y su carne? Es muy sencilla la respuesta: Puesto que no hay super-acumulación de cerdos en las granjas, como acontece por falta de poder adquisitivo en la gente con la estacionaria superacumulación de pío-pío en las granjas.

Que nos perdonen el paréntesis, pero es que hemos entendido que a los palidistas hay que ponerlos en su sitio, igual que a Leonel Fernández y su pandilla palaciega.

Otro fenómeno que opera en la drástica y hasta criminal contra el pueblo reducción del circulante, es la violenta reducción de los préstamos bancarios, incluida por vía de las tarjetas de crédito, por orden del FMI y sus controles de fideicomiso sobre la República Dominicana.

Aunque quisiéramos detenernos en este asunto, una vez que el Superintendente de Bancos, Rafael Camilo, lo expresara ante la Cámara de Comercio Domínico-Mexicana, palabras que sólo confirman nuestras viejas sospechas respecto a este baña-santo salcedense o mocano, de que sus neuronas están atrofiadas y que sufre de una patética estulticia, como es común ahora mismo en forma de epidemia para todos los palidistas, empezando por su Presidente Leonel Fernández y su pandilla.

Rafael Camilo formuló la perogrullada, que se parece en exceso a las animaladas comunicativas de George W. Bush, de que no es verdad que las nuevas regulaciones bancarias vayan a limitar ni a reducir el crédito a las empresas y a los demandantes de préstamos.

Y según este estulto funcionario, eso es así, es decir, que no persigue ni tendrá como secuela reducir los créditos bancarios (léase bien, pero antes agárrese) por el hecho de que las nuevas regulaciones son disposiciones del FMI, una vez que en sus inspecciones determinaron sus expertos que esos créditos, en las cantidades anteriores, constituían una de las debilidades del sistema financiero, y que de allí vino la disposición, que fue aceptada por el sector bancario, ya que el FMI es el dueño de la mesa de juego, de la pelota y del local.

¿Qué se puede esperar, o mejor dicho, qué no se puede esperar, de estultos por el estilo?

Así, 800 mil pesos para el friturero de esquina, el proxeneta de la farándula, el oportunista Euri Cabral; otros 800 mil para el rayano huevo de serpiente Martínez Pozo; y los millones para César Medina, el gran mercenario, y su equipo de bufones, también mercenarios, para que repitan en coro en sus comederos particulares y cada uno por su lado: “¡E’ pa’lante que vamos!”

 

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