Con el respaldo de sindicalistas vende obreros el capital bancario exprime succionando los fondos de pensiones de los trabajadores

 

Cuando el llamado Fondo de Pensiones, creado con la sustancial participación, entiéndase aporte decisivo, de los trabajadores, a los que se les descuenta de sus salarios un porcentaje para ser destinado a dicho Fondo de Pensiones, alcanza un monto próximo a los 20 mil millones de pesos, ya es una verdad más grande que el obelisco que de esos millones de pesos, por su uso y empleo, sólo y únicamente resultan beneficiados los bancos que, como se sabe, son en un 98% propiedad de los monopolios del capital financiero internacional.

Efectivamente, se recordará que hace años atrás advertimos que tanto el llamado Sistema de Salud como el llamado Fondo de Pensiones, estaban concebidos para que sean los trabajadores quienes financien las empresas de sus capitalistas explotadores, al igual que de los consorcios monopolistas del imperio-capitalismo.

Esta perversidad constituye el núcleo de la concepción pragmática que guía al actual gobierno de Leonel Fernández y la misma es la que preconiza el nombrado Peter Drucker en su  panfletón neopositivista titulado “La Sociedad Post-Capitalista”.

Cínicamente, en este absurdo libraco tenido como la biblia del neoliberalismo y que Leonel Fernández tiene como su texto de cabecera, es de donde éste saca todo tipo de disparates, como los que reiteradamente, desde el 1996, le venimos refutando.

Se preconiza en el libraco la eventual desaparición de la condición de explotados de los obreros o proletarios, pues de los Fondos de Pensiones, que regularmente tienen que aportar de sus mismos salarios de hambre los trabajadores, es que se nutren con capitales frescos los bancos y agencias financieras propiedad del capital financiero internacional, que tomando prestado de los Fondos de Pensiones, despliegan su labor de usura en el mercado de préstamos. La estafa consiste en que, como se llega al extremo inaudito del carácter parasitario del régimen capitalista en que los burgueses reciben préstamos de sus propios esclavos asalariados a través del Fondo de Pensiones que con aportes de los sueldos de éstos se crea, se dice que ya los capitalistas han dejado con esa situación de ser explotadores, y como es del Fondo de Pensiones de los trabajadores que se presta a los capitalistas, pues los obreros dejan de ser explotados para supuestamente convertirse en prestamistas, lo cual es un descomunal engaño.

Y nosotros, que desde esta tribuna, vocero de los intereses de las clases trabajadoras y explotadas, advertimos el engaño desalmado que encierra esa falaz especulación, cuyos apologistas, lidereados por el nefasto estafador Leonel Fernández, defienden como la verdad más elevada de las ciencias socio-económicas, ahora resultamos sorprendidos de que los vende-obreros de la CASC, y particularmente el agente de la Embajada norteamericana, Gabriel del Río, y su banda, anden por ahí ahora diciendo sentirse preocupados ante el hecho comprobado de que son las entidades del capital financiero internacional e imperialista (ya que toda la banca presente en el país está atada en forma dependiente del capital financiero imperialista, ya sea en forma directa o a través de las agencias internacionales como el FMI, BID, Banco Mundial), las únicas beneficiadas y a las que sirven los fondos acumulados para las pensiones.

Debemos llamar la atención y denunciar que la camarilla de la CASC, que es parte del engranaje neoliberal apéndice de la Iglesia Católica Vaticanista que maneja la Ley de Seguridad Social privatizada, así como los Fondos de Pensiones, está consciente de que todo fue concebido por los ideólogos del imperio-capitalismo neoliberal para hacer que los obreros financien la condición de potentados de los capitalistas, y que dentro del marco de la mencionada Ley de Seguridad Social vigente, como de la creación de los Fondos de Pensiones, siempre será así, esto es, que todo eso está dirigido para favorecer leoninamente a los explotadores, a costillas de los trabajadores explotados.

Pero los Gabriel del Río y comparsa montan el show con la finalidad de ver qué les toca, ya sea como soborno o privilegio, a la vez que nadan y guardan la ropa.

 

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