El TLC será un rodillo que aplastará productores agropecuarios así como la pequeña y mediana industria
Los pequeños productores agropecuarios, como son la casi totalidad de los parceleros, y los productores de las pequeñas industrias, incluidas las especializadas con artículos artesanales, serán arrasadas sucesivamente tanto por las reformas fiscales de carácter tributario como por el Tratado de Libre Comercio (TLC), para la que dichos impuestos se recrean y amplían. A los productores agropecuarios medianos y pequeños se les había venido metiendo cuentos por parte de los gobiernos, tanto el de Rafael Hipólito Mejía y su Perrodé Pepegato como el de Leonel Fernández con sus Pálidos Pelegatos, ambos auspiciadotes del neoliberalismo y del TLC, que sería su culminación y finalidad última. Otro tanto acontece con la pequeña y mediana industria. Con el TLC se va a pasar un rodillo que los aplastaría a todos, y con ello se ahondará la ya insoportable situación de miseria, pobreza y desocupación económica. Y así como esos sectores no tendrían ni la más remota posibilidad de concurrir a la exportación, que no se piense que le quedará espacio alguno para abastecer el mercado interno, al que concurrirán inundándolo no sólo los productores del área con sus productos sobrantes obtenidos con una mayor productividad y a menor costo de producción, sino que en el seno de nuestro propio país existirán sectores que, valiéndose de una posición privilegiada, podrán usufructuar préstamos y asistencias técnicas de diferentes índoles, las que emplearán para aplastar y hacer desaparecer a esos pequeños y medianos productores agropecuarios y de la pequeña industria. En una reunión que recientemente llevaron a cabo funcionarios gubernamentales con el sector de los grandes productores, se admitía como un hecho que si bien los grandes productores podrán disfrutar la oportunidad de establecer acuerdos con compañías extranjeras, las que al fin y al cabo terminarán absorbiendo a esos productores nativos en uno u otro período, desde 150 tareas para abajo, esto es, los productores que laboran predios de su propiedad o arrendados de 100, 75, 60, 50 ó menos tareas, no encontrarán financiamiento seguro, a menos que no sea dentro de una estrategia del futuro despojo de su propiedad, o sea, como parte de un programa de concentrar la propiedad de esos medianos y pequeños parceleros en unos cuantos poquísimos grandes propietarios. Hace poco que, como parte de esa campaña de crear falsas ilusiones entre las futuras víctimas inevitables del TLC y de las reformas fiscales complementarias de éste, desde la Embajada mexicana, una funcionaria del gobierno neoliberal y lacayo norteamericano del gobierno mexicano del ex-gerente de la Coca Cola y agente de la Iglesia Católica, Vicente Fox, que es como se llama el títere gobernante o administrador mexicano, pintaba pajaritos en el aire de las supuestas oportunidades de grandes negocios que les aguarda a los pequeños productores artesanales. Sin embargo, apenas dos o tres días después, en la sección económica del mismo periódico “Hoy” del clan Corripio-Opus Dei que difundiera aquella patraña malévola de la Embajada de México, aparecería un extenso reportaje en el que se daba el más rotundo desmentido a aquel engaño, y se decía con un titular a todo lo ancho de la primera página de su sección Económica: En el TLC no se contempla ninguna ayuda a la pequeña ni a la mediana industria nacional, sean éstas de productos de artesanía o no.
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