César Pérez llama nazi nacionalistas a quienes se oponen a la destrucción de la nación dominicana por medio de la fusión con Haití y los haitianos

Así demuestra nueva vez su naturaleza de archi renegado oportunista revisionista y agente de los consorcios imperio-capitalistas y su neoliberalismo

 

César Pérez es uno de esos especímenes que, provenientes de los ghettos de Villa Juana (creada durante la dictadura de Trujillo como zona de tolerancia del 2, del Carioca y el Yumurí), alimentado con esos aires y esas aguas, devino en renegado revisionista al pretender insertarse en las luchas políticas, abrazando y adhiriéndose desde el nacimiento suyo en el terreno en cuestión a todas y cada una de las aberraciones del jruschovismo, el revisionismo que condujo a la URSS a la restauración del capitalismo y del imperialismo, escenificando con ello la más grande traición jamás antes conocida en toda la historia universal y general dentro del movimiento socialista; con el jruschovismo, que es una forma de revisionismo, continuación directa del viejo revisionismo de los Berstein, de los socialistas de cátedra, como despectiva y concluyentemente les llamaran Carlos Marx y Federico Engels, en una epopeya teórico-práctica que se sintetiza en el Anti-Dühring del 1877 de este último; el revisionismo de Jruschov es la continuación directa del revisionismo de Berstein y de los socialistas de cátedra, pero también lo es del pontífice de todos estos renegados revisionistas, el de Carlos Kautsky y del de Leon Trotsky, que ya eran reconocidos traidores y agentes del imperio-capitalismo mundial y de la contrarrevolución internacional.

Nikita S. Jruschov creó su concepción de renegado revisionista haciendo acopio de todas las basuras anti-marxistas y particularmente anti-leninistas y anti-stalinistas, e instauró en la URSS, legada por Stalin como continuador de Lenin, el social-fascismo en lugar del socialismo proletario; el social-imperialismo en lugar del internacionalismo proletario socialista, todo lo que se sintetiza en socialismo de palabra y fascismo, expansionismo y expoliación imperialista sobre los países y naciones de Asia, Africa, América Latina y los países aledaños a la URSS.

César Pérez fue así un iracundo pedante del jruschovismo del partido social pordiosero (psp) de los Doucoudray, al que por el Golpe de Estado de la camarilla de los Gordo Cuello, Narciso Isa Conde, Tony Isa Conde y comparsa, cumpliendo las directrices de la camarilla de Leonid Brezhnev, que actuaba en América Latina a través del oportunismo mercenario castro-guevarista y foquista, recrearon el partido “capitulacionista” dominicano (p“c”d), que empezó a hacerle el juego, para cobrar el pago de los mercenarios, a la nociva doctrina anti-leninista de Brezhnev de la “dictadura internacional y la soberanía limitada”, pero que bien pronto se vieron atrapados entre la espada y la pared o bien en un callejón sin salida y pretendieron reivindicar su derecho a la doblez y a la abyección frente al caso de la intervención de Brezhnev en Checoslovaquia de la segunda parte de la década del ’60, esto es, después de la Guerra de Abril del ’65 en el país.

César Pérez, igual que Pedro Conde Sturla y tantos otros, que son renegados revisionistas de nacimiento y que en realidad nunca han estado adheridos ni han hecho suya una sola concepción de la doctrina o teoría marxista-leninista, sino del jruschovismo, del brezhnevismo, del castro-guevarismo y de cualquier variante oportunista y revisionista del liberalismo o del cristianismo que, interiormente podridos y en bancarrota, han tratado de sacar cabeza como socialismo oportunista, siempre como una u otra variante del revisionismo anti-leninista, no han vacilado en pretender conciliar, para su propio provecho personal de individualistas desclasados, el social-cristianismo y la doctrina social de la Iglesia Católica basada, en lo teórico, en la metafísica y la escolástica y en el terreno político en la defensa del imperialismo y el capitalismo a través de erigirse en apologistas y abogados defensores de toda suerte de plataformas social-reformistas reaccionarias elaboradas por los centros ideológicos de la contrarrevolución mundial.

César Pérez, que como sociólogo no es más que un lacayo o sirviente titulado de la Iglesia Católica y de los socialcristianos, es un empleadillo como profesor de Intec, que es una universidad del Opus Dei y que actúa como un centro de la alianza estratégica del imperialismo de EE.UU., sus consorcios monopolistas y sus agencias de espionaje como la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) con la Iglesia Católica-Vaticano.

Pertenece a esas legiones que, conforme a ser revisionistas de nacimiento, pretenden dar por sentado que el cristianismo y la Iglesia Católica en particular no tienen un marcado carácter de institución de los círculos y estamentos más recalcitrantes de las clases explotadoras, que actúa como instrumento y avanzada del imperialismo en general y en particular del imperialismo norteamericano donde éste se encuentra acorralado y desarmado, creando disturbios, cocinando complots y conspiraciones, seduciendo y fingiendo preocupación por los más pobres, pues no por equivocación con justeza Marx y Engels advertían que la Iglesia Católica y el cristianismo prosperan donde son acentuadas las miserias y las pobrezas, así como los abogados hacen su agosto en el medio social donde son violentados con más despotismo los derechos democráticos de la población.

Es significativo y debe servir de ilustración y comprobación de la certeza de nuestra crítica a los rufianes revisionistas y traidores al socialismo y a los principios del socialismo, como César Pérez, Pedro Conde Sturla o Negro Veras que, ciertamente, después de haberse sumado mercenariamente a la doctrina Brezhnev de la dictadura internacional y la soberanía limitada, que suena y significa exactamente igual que globalización neoliberal que encarnan los EE.UU., la Unión Europea y Canadá, han entendido que la nación dominicana debe ser disuelta y que el país debe acatar lo que dispongan las superpotencias imperiales.

Conteste con la doctrina de la dictadura internacional y la soberanía limitada, los oportunistas cubanos cocinaron la receta de la identidad cultural de República Dominicana y Haití, para dar paso a la fusión de ambos países, que según ellos estaban integrados por un solo pueblo, y la misma fue engullida por todos los renegados revisionistas y oportunistas de todos los pelajes.

Con la globalización neoliberal imperio-capitalista las cosas se han asincerado aún más. Y siguiendo siendo renegados revisionistas mercenarios, no tienen problemas, los especímenes como César Pérez, Pedro Conde Sturla, Negro Veras y todos los rufianes de su pelambre, en ponerse al servicio del imperialismo norteamericano y de la Iglesia Católica, sobre todo en lo atinente al favorecimiento de la fusión de República Dominicana y Haití, que es el empeño de EE.UU., la Unión Europea y Canadá, junto a la Iglesia Católica-Vaticano, que son de los principales causantes del desastre haitiano, pueblo del que esos imperialistas y esa religión cristiana católica vaticanista han vivido parasitariamente.

César Pérez no tiene reparo en presentar la participación de la Iglesia Católica y de sus mecanismos, como Intec, Putamaima, Utesa y demás en el empeño de desarticulación de la República Dominicana para dar paso a la fusión, en presentar, repetimos, las acciones anti-dominicanas de la Iglesia Católica y de sus legiones de curas como cumpliendo éstos con los postulados de esa perversa religión católica-cristiana y de esa siniestra institución, baluarte del esclavismo material y espiritual de los hombres, con prestar servicios a los pobres.

Y como renegado revisionista de nacimiento y miserable mercenario, tampoco le tiembla el pulso para apelar a la siniestra teoría revisionista de Kautsky y compañía de las fuerzas productivas, y, amparándose en esa aberración, aboga para que la presencia masiva de haitianos en el país sea tomada como un factor conveniente para el inevitable desarrollo de la proletarización de la sociedad dominicana, que entraña, acarreando, el desarrollo capitalista.

Y llegando al colmo de la estulticia, este renegado revisionista y social-traidor de nacimiento, llama nazi nacionalistas a los que rechazan y se oponen tanto a la destrucción de la nación dominicana como a la fusión con Haití.

Más aún, reserva el título de anti-imperialistas a los que abogan por la destrucción del país y de la nación dominicana a través de la fusión con Haití, lo que retrata a César Pérez y a Pedro Conde Sturla, igual que a Negro Veras, como pacientes del mal del cretinismo revisionista, pues no cabe la menor duda de que su mercenarismo ante la doctrina Brezhnev, que se trataba de encubrir en el internacionalismo socialista, los dejó de tal forma envilecidos que hoy, como prostitutas de las más corrompidas, si no encuentran el mejor postor, se entregan hasta por puro amor a su arte.

Volver a la Página Principal