Plumífero Juan Bolívar Díaz y otros al servicio del clan Corripio-Opus Dei y la Iglesia Católica llaman "basuras" a los dominicanos que se oponen a acciones pro-haitianas

 

La población criolla y dominicana de Los Llanos, municipio de San Pedro de Macorís, ha estado siendo víctima de la permanente campaña anti-dominicana y pro-haitiana de la siniestra e ingrata prostituta, la Iglesia Católica-Vaticana, bajo la batuta particular de un cura aventurero inglés-español y norteamericano llamado Christopher Hartley, que hace lo mismo que Regino Martínez -el jesuita español que opera en Dajabón- y Riquoy, que opera en las fronteras de Jimaní-Pedernales, junto a Gerardo Rockman, otro cura belga igual que él y que es pedófilo declarado hasta el punto de tener un harén de mozalbetes para servicios sexuales particulares suyos en la calle Francisco Carvajal No. 59, Barrio Las Flores, de Barahona; de Riquoy no afirmamos adolezca de esas aberradas y degeneradas inclinaciones sexuales, ya que nos consta que su debilidad son las haitianas, a las que usa en esos menesteres asiduamente, como si fuesen burras a las que, una vez usadas, ni las vuelve a mirar, y así, unas haitianas van y otras vienen a ser pasadas por las armas de este belga que es la personificación de los mitológicos sátiros, mitad hombre y mitad bestia, desbordada en una depravada sexualidad concupiscente; estos tres son las cabezas visibles personales de las actividades descaradas para la invasión de ilegales haitianos.

Asesorados y estimulados por dominicanos, que desde sus respectivas visiones ideológicas y políticas, así como pertenecientes a las distintas clases económico-sociales dominicanas, concurren en la defensa de la dominicanidad y en contra de la fusión con Haití, los ciudadanos patriotas de Los Llanos han protestado reiteradamente en contra de las actividades anti-dominicanas y groseramente pro-haitianas y de fusión de la República Dominicana con Haití, del cura Christopher Hartley, que es un propagandista furibundo contra los dominicanos, así como un conspirador impenitente por la destrucción del Estado dominicano.

Las protestas contra el cura inglés-español-yanqui Hartley Santorio, que está financiado por los monopolistas internacionales europeos, norteamericanos, canadienses, para crear un albergue de refugiados haitianos -que es su real finalidad- no son financiadas ni promovidas por un exclusivo sector dominicano como los Vicini, los Armenteros, los grupos nacionalistas de los Salvador Dájer y su prima Consuelo Despradel Dájer, todos de profundas raíces trujillistas, pero no tan grandes ni tan profundas como los vínculos de la Iglesia Católica-Vaticano con el monstruo criminal que fue el dictador Trujillo.

Así, concurren fuerzas y corrientes de muy diversas connotaciones en respaldo de la dominicanidad en Los Llanos de San Pedro de Macorís; entre esas corrientes y personas se encuentran las que responden a la política de nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) en la región, y que es natural no tenemos los mismos ni idénticos puntos de vista que los otros grupos, fuerzas y corrientes que también respaldan a los dominicanos de Los Llanos y de todo el país en la lucha contra la fusión con Haití y que, además, rechazamos enérgica y contundentemente la presencia masiva de los ilegales haitianos, a los cuales hay necesariamente que deportar masivamente del país pues es masiva su presencia ilegal aquí en territorios dominicanos.

De todo esto queda en claro que tanto el mercenario y venal cagatinta Juan Bolívar Díaz Santana, como Fausto del Rosario Adames, que es también un ex-seminarista y diácono de la Iglesia Católica, como la siniestra Ana Mitila Lora -que es vegana y tiene esa misma prosapia de clericalista cuasi monja alegre secreta- mienten y a la vez se desenmascaran una vez más en su podrida y nauseabunda labor de miserables mercenarios opusdeistas al servicio del capital negrero español-Opus Dei de Pepín Corripio y su red de intereses financieros espurios que abarca varios periódicos, revistas, emisoras radiales y plantas de televisión, todos al servicio ahora mismo de los fines y objetivos de los consorcios monopolistas españoles, europeos, canadienses y norteamericanos, que buscan afanosamente la destrucción del Estado nacional dominicano como parte del plan de fusionar la República Dominicana con Haití.

Estos señores del agente de la Embajada yanqui Juan Bolívar Díaz Santana y de la Iglesia Católica-Vaticano, han llegado hasta a referirse despectiva e insultantemente, llegando prácticamente a igualar con basuras, a los dominicanos que, valiente y verticalmente, estamparon su firma en el documento que titulan: “Declaración patriótica”. El mendaz mercenario Juan Bolívar Díaz puede burlarse del nombre -si es que alguien puede hacerlo de un nombre-, pero difícilmente pueda igualar su moral personal, si es que la tiene, con la de los firmantes del manifiesto patriótico de Los Llanos.

Juan Bolívar Díaz, mercenario venal, debería cuidarse de no escupir para arriba, que recuerde que él proviene de un batey y que las historias familiares se conocen. Que no quiera burlarse ni zaherir con eso de nombres puestos por los progenitores, que muchos en este país ni siquiera saben quiénes son sus padres, por lo que aquí dice un refrán de muchas ancianas y mujeres maduras: “de mi hijo yo no lo sé, pero de mi hija mi nieto es”.

Juan Bolívar Díaz Santana, el miserable mercenario y venal cagatinta, junto a Fausto del Rosario Adames, que al parecer ya se ha quitado el disfraz de periodista objetivo, o retomado el de Radio Santamaría en La Vega, han reclamado que el Episcopado intervenga y condene la crítica de los que defienden la dominicanidad en contra de las actividades pro-haitianas del cura Christopher Hartley Santorio.

En su frenética labor mendaz, esos sectores hacen caso omiso de que en la información que publica la misma letrina “Hoy” aparecen varias fotos de numerosos haitianos refugiados el domingo 17 de julio en la iglesia de Los Llanos gritando consignas como: “De República Dominicana no hay quien nos saque, esto es nuestro, igual que Haití”. ¿Acaso las fotografías y los mismos relatos periodísticos de la letrina “Hoy”, Pepín Corripio, Pág. No. 12 del lunes 18 de julio no son lo suficientemente ilustrativos y comprobatorios de que, efectivamente, el padre Christopher Hartley Santorio trabaja como cura, pero en realidad es un agente haitiano?

Y ¿quieren más prueba los nacionalistas a medias, como Espaillat Nanita y Casals Victoria, entre otros, de que la Iglesia Católica-Vaticano es la que propicia y apadrina la disolución de la República Dominicana?

¿Acaso quieren más prueba de que es el momento de demandar la disolución por parte de la República Dominicana del Concordato, Vicariato Castrense y Patronato Nacional San Rafael, por lesivos y atentatorios de la soberanía nacional y hacer peligrar la vida y existencia de la República Dominicana?

Si ustedes no quieren admitir esta realidad es sólo por no aceptar que Trujillo no tuvo ni siquiera sombras de nacionalista, y que no era más que un burdo sirviente del imperialismo, su lacayo, su verdugo, su peón, su capataz y genuflexo e incondicional servidor.

¡Vamos arriba, no arruguen el pico, canten ahora, he aquí la música! ¿Qué pasa, clericales y nacionalistas de media tinta?

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