Pastor evangélico San Pedro de Macorís confirma son estafadores cada vez peores, mas recalcitrantes en sus hechicerías y brujerías baratas y como embaucadores promueven el atraso siendo financiados por el imperialismo y los explotadores
Un corresponsal y periodista amarillo, por lo tanto, de la letrina Hoy-Pepín Corripio-Opus Dei, demuestra que, como tal, siempre estos filibusteros de la opinión pública están dispuestos a difundir falacias y oscurantismo, si no por paga, hasta gratuitamente, pues como mercenarios y venales plumíferos, otro no puede ser su nefasto papel consistente en sembrar y digundir supersticiosas creencias y estúpidas brujerías baratas que sólo embrutecen y vuelven pusilánimes a los pueblos. Esto procede de San Pedro de Macorís y ocurre el mismo día que el rufián Leandro Guzmán, quien fuera esposo de María Teresa Mirabal, sale en defensa de la Iglesia Católica y su condición parasitaria del Estado-pueblo dominicanos (lo cual, según este rastrero del pensamiento político y mendigo de la inteligencia, la que nutre con su grosera indigencia cultural, es intocable e inalterable), con un miserable articulejo con el que demuestra su condición de farsante y traidor a cuanto se haya podido adherir y hasta a la causa de la democracia y el progreso del país y pueblo dominicanos así como, con su ejemplo, ilustra cuál era el miope alcance reformista y la catadura recalcitrante de ese grupo que ostentara la dirección de la Agrupación Patriótica 14 de Junio, una vez desaparecida la dictadura, por lo que se comprueba lo equivocado que están los que siguen creyendo y difundiendo por ahí con fines a todas luces aviesos, que allí había siquiera algunas convicciones verdaderamente anti-imperialistas y revolucionarias o, por lo menos, progresistas. Por su parte, el corresponsal de marras, que es el tal Iván Santana, se explaya en resaltar que el pastor evangélico protestante, un tan Santos Santana, coloca a las autoridades locales y gubernamentales de San Pedro de Macorís y del país como producto de la voluntad de su supuesta divinidad máxima de las legiones imaginarias del más allá, a la que llama dios y, como buen cristiano, no apela a la persuasión, sino a la intimidación y a la amenaza brutal con terribles castigos, igual a como hace la víbora maléfica Condoleezza Rice, que acaba de vociferar que la democracia es fruto del garrote y de los cañones de las potencias imperiales, o igual a como decía la bestia Petán Trujillo cuando expresaba que tranquilidad viene de tranca y la paz de palo y del garrote; y el periodista resalta complacientemente el fanatismo que, con estupidez e incontinencia obsesiva, vomita el pastor evangélico, quien dijo que: los funcionarios y autoridades, los cuales son fruto de la voluntad de su dios, como afirma Pablo de Tarso en su Carta a los Romanos, y que anden con cuidado porque si no, su dios –que, él mismo así lo reconoce y admite, es sanguinario y vengativo- se encargará de ajustarles cuentas en forma ejemplar. Para subrayar la monstruosa ignorancia y perversidad del alma que resulta muy difícil saber en quién es mayor, si en el Santos Santana o en el mendaz plumífero Iván el terrible Santana, éste destaca en su reportaje que el pastor, como buen estafador, auguró: “Esta provincia saldrá de la miseria porque dios enviará capitalistas-empresarios inversionistas que suplirán los empleos que faltan en la población”. ¿De dónde sacan el embaucador pastor y el mercenario de a tanto por línea que la llegada de capitalistas inversionistas pondrá fin o siguiera paliará, disminuyendo, la miseria que ahoga y aplasta a San Pedro de Macorís, igual que a todo el país? Ese mismo sonsonete repitieron los ideólogos, los politiqueros y apologistas del yugo del imperialismo yanqui sobre el país con lo de las zonas francas y los centros turísticos, a los que atribuían condiciones salvadoras pero que, andando el tiempo, se ha demostrado todo lo contrario ya que ahora mismo es aún mayor la miseria que antes en todo el país. Los evangélicos y sus pastores deberían dejarse de estar embaucando a las gentes para volverlos dóciles y sumisos a sus verdugos explotadores y opresores; y deberían hacerlo dejando de ser tan farsantes e ignorantes como tan perversos, para dedicarse, a cambio de vivir como zánganos y parásitos improductivos que existen a costa de sus semejantes, a difundir disparates entre los pueblos del país que lo que necesitan es de una pertinaz y adecuada orientación de lucha y unidad contra la explotación y el sistema imperio-capitalista para dejar atrás la miseria tanto material como espiritual que acarrea el oscurantismo religioso que dichos pastores y curas pregonan.
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