EL OBISPO DE MAO TOMAS ABREU HERRERA A FAVOR DE LA INVASION MASIVA DE HAITIANOS

Evidente participación de la parásita Iglesia Católica en los planes de fusión de la República Dominicana con Haití y los haitianos

 

Es inaceptable la actitud que adopta el jerarca del parasitismo y oscurantismo religioso de la Iglesia Católica-Vaticano, Tomás Abreu Herrera, que ostenta la designación de Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, rechazando la única salida justa adoptada por la Junta Central Electoral de declarar nulas las actas de nacimiento en el caso de los casi 100 haitianos, que ya se ha comprobado fueron fraudulentamente declarados como dominicanos por el cura católico haitiano Vigny Bellerive.

Así, en el caso del fraude éste y la burla grosera a las leyes y a la justicia que el mismo hecho encierra, se pone de relieve que la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo en general, son instituciones, creencias y prácticas amorales, que no guardan respeto ni comedimiento ante nada ni ante nadie, pues sus sustentadores y partidarios, Iglesia Católica-Vaticano y protestantes, son estafadores de la peor laya y traficantes con engaños y mentiras supersticiosas con las que terminan sus seguidores y difusores -curas y pastores- tan envilecidos como enceguecidos por la enajenación y la alienación, que se reducen a prisioneros de la peor de las infamias y se comportan frente a la sociedad en formas tales equivalentes a los más denigrantes estados de locura.

Contra toda lógica y desafiante contra todo discernimiento razonable, el zángano jerarquizado como obispo Tomás Abreu Herrera, exige que sean aceptadas las normas amorales de la permisibilidad y la impunidad a favor hasta de quienes transgreden el mismo derecho a la existencia de la nación dominicana y las normas jurídicas de nuestra nacionalidad, como ocurre con el paquete de centenares, si no miles de haitianos declarados dominicanos por el bestial cura haitiano Vigny Bellerive, que ahora se refugia en Canadá, cuyas autoridades gubernamentales auspician esos fraudulentos hechos.

Tomás Abreu Herrera, en un gesto incalificable y al que las palabras descaro y desfachatez le quedan cortas, dice rechazar la justa medida adoptada por la Junta Central Electoral de declarar nulas todas y cada una de esas actas falsas productos de fraudes y, por tanto, apócrifas, y en cambio auspicia ese inescrupuloso y a todas luces huérfano de honradez y honestidad que es Tomás Abreu Herrera, obispo de Mao y Montecristi, y exige que sean aceptados tanto ese caso como los otros que, como una retahíla de fraudes contra el país, se vienen descubriendo en contra de la República Dominicana, hechos delictivos de lesa patria que son auspiciados por la Iglesia Católica-Vaticano y las hordas degeneradas de protestantes, cuyas sectas financian los EE.UU.

El obispo Tomás Abreu Herrera, confirmando que adolece de un grave mal de ausencia total de moral, defiende como gato boca arriba al cura haitiano Vigny Bellerive, y no es para menos, ya que este último actuó en mutuo acuerdo e incluso cumpliendo instrucciones de este hipócrita y deshonesto obispo.

Es que esa actitud es la que impera y predomina en esa espuria institución religiosa que está interiormente podrida y carcomida por el hedor más repugnante que da cuenta de que la Iglesia Católica-Vaticano es una institución sepulcro blanqueado.

La conspiración, mediante un complot de envergadura incalculable que protagoniza la Iglesia Católica-Vaticano contra la República Dominicana, no sólo es prueba irrefutable de la ingratitud de esa institución retrógrada y por demás parasitaria y vividora de la República Dominicana y de los dominicanos, sino de que la Iglesia Católica-Vaticano, aún después de que las viejas colonias de España y Europa, al inicio del 1800, decidieran declararse libres e independientes, no ha aceptado que nuestros pueblos sean dueños de su propio destino y sean quienes decidan cuál ha de ser su futuro dentro de las normas de la civilización y el ordenamiento jurídico acordes con la igualdad y cero esclavitud.

Y aún no lo acepta esa Iglesia Católica, como tampoco lo hacen las sectas protestantes, que son iguales o peores en su empeño por la defensa de los colonizadores y de sus amos imperialistas contra nuestros pueblos y países.

La Iglesia Católica-Vaticano cuando los países y pueblos de América Latina, encabezados por dirigentes dignos, han puesto en peligro sus intereses, han fingido cambiar y simulado transitoriamente momentos de sensatez y hasta de haber cambiado, pero todo como parte de una gran mentira y un descomunal engaño, como su práctica supersticiosa y oscurantista que les ha permitido vivir a costa del sudor y el sacrificio de los pueblos, a los que buscan someter con el oscurantismo y la ignorancia, para gradualmente buscar el momento de dar el zarpazo e imponerse cometiendo los crímenes más horrendos contra la humanidad y los hombres de los que, Iglesia Católica-Vaticano y sectas protestantes cristianas, son enemigos irreconciliables, por lo que enarbolan su nefasta consigna de maldito el hombre que cree en sus semejantes, o sea, en los otros hombres.

 

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