El cura de la Vicente de Paúl Gregorio Alegría no acepta la realidad de que los feligreses se escapan de su iglesia por temor a ser estafados y esquilmados por su parasitismo
Con un inequívoco aspecto que habla de su truculenta mentalidad y de las aberraciones de que es portador y sujeto el cura católico párroco de una iglesia de Los Mina, una que se denomina Vicente de Paul, al que le encaquetan el san, llamado Gregorio Alegría, no puede aceptar la realidad tan creciente como contundente y palpable sin muchos esfuerzos, de que la parte de la ciudadanía que se definía como su feligresía, seguidora del engaño y las brujerías católicas cristianas alrededor de un altar y del símbolo de la infamia que es la cruz, ya no quiere que la sigan cogiendo de pendeja, y le viene dando las espaldas a toda esa superchería, impulsada por la comprobación de la ingratitud y la conspiración de la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas evangélicas protestantes contra la República Dominicana, contra el pueblo dominicano y a favor de los imperialistas explotadores y de los haitianos, a los que usan para destruir a la República Dominicana. Dice el cura párroco de la Vicente de Paul, dándose cuenta que sus finanzas se achican y no progresan, que los feligreses no van a misa por temor a los delincuentes. Si estas palabras del vivo sacerdote Gregorio Alegría fueran interpretadas con toda la zurrapa que encierran, no podríamos negar que, ciertamente, la gente teme ser asaltada, y por ello no va a misa, pues la gente está cada vez más convencida de que, si entran a la iglesia, el cura no deja de asaltarla, y es a este tipo de delincuentes ensotanados, más que al tigueraje de la barriada, a lo que le teme la gente, pues nadie en cualquier parte del país es más delincuente que los que, sin dar un golpe, viven a costillas de los demás sin producir y sin bajar el lomo, como es el caso de los curas, pastores y sacerdotes, a los que el país y el pueblo mantienen como parásitos a título, falso y todo, de que su labor es sagrada y no es de este mundo, pero lo que ellos buscan y atesoran son cuartos, bienes y riquezas.
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