JUAN BOLIVAR DIAZ TRAIDOR A LA PATRIA JESUITA Y AGENTE USAID-CIA EXPONENTE DE LA PERVERSA ALIANZA DE LA IGLESIA CATOLICA CON EL IMPERIALISMO YANQUI

Por delación se salvó por un pelo ser fusilado en medio de los conflictos entre facciones de social pistolas y los aventureros terroristas castristas auspiciados por los jesuitas como infiltrados en el movimiento revolucionario

11-05-2015

 

Concebir, como lo ha hecho y dicho, de manera enfática y reiterada, el traidor Juan Bolívar Díaz Santana, la libertad de prensa, en función de lo que un capitalista, o, más bien, un monopolista, pueda ofertar mayor o menor número de empleos a los periodistas de oficio o cuartilleros, es una concepción propia de un asno salvaje, si no de un cerdo, o si acaso de un bastardo y degenerado espécimen; al que hay que juzgarlo dentro de la generalidad de los especímenes humanos, para ser justos y para tener que agruparlo, dentro de los que tienen nivel de discernimiento y razonamiento, en los límites de lo infrahumano, si no, dentro de esos aberrados verdugos que sólo sirven para lo de encargado de prisión, como el caso que expone el ideólogo argentino del fascismo, Jorge Luis Borges, en su relato sobre el nazi director de prisiones bajo el régimen hitleriano que, llevado ante el Tribunal de los Criminales de Guerra de Nüremberg, reivindica que la única pena posible en su caso es la ejecución, una vez que su declaración, ante los interrogatorios de la fiscalía es:

“Fui director de la prisión de judíos bajo el régimen del Reischtag durante varios años, y puedo atestiguar que durante todo el tiempo que estuve ejerciendo dicho cargo, todos los días despertaba a las 4 de la madrugada, y desde las 5 de la madrugada, hasta pasadas las 6 de la tarde estaba consagrado, sin descanso, a que, sin piedad, todo prisionero llegara a su destino, que eran los crematorios. La piedad, según mis convicciones, es un signo de inferioridad,  propia del judaísmo, heredado por el cristianismo. Y yo me debo a mis superiores. He cumplido a cabalidad mi trabajo. Ustedes, señores del Tribunal, deben cumplir el suyo, condenarme al patíbulo”.

Para los que no lo sepan y vivan en la ignorancia, deben saber que lógicamente, del mismo modo como conciben los nazi-fascistas los problemas económico-sociales, políticos e ideológicos, es exactamente de la misma manera que lo hacen, perciben y lo entienden, a la vez que lo aplican, los jesuitas y su mafia criminal fundamentalista de la Orden de Jesús o de los jesuitas. Y este es un principio.

Y es el mismo caso del traidor de Juan Bolívar Díaz Santana; con el agravante de que es un impensante, a causa de que, además de poseer un escasísimo nivel de inteligencia y cultura, tenemos, en lo que apenas es un bracero, por lo que es un verdadero patán, igual que un palurdo; esto es, un ser primitivo o básico; por cuanto todo lo circunscribe a los límites en la percepción e interpretación de su alcance de animal; esto es, sólo de comer, defecar y reproducirse, sin ningún objetivo diferente ni más elevado; pues sólo siendo dueño de semejante condición, de patán e ignorante a ultranza, se puede explicar su reaccionarismo truculento, que va más allá de la obscenidad vulgar, rampante; como se pone de manifiesto cada vez que trata de elucidar o abordar el manejo de uno u otro, de cualquier problema social, en el que están envueltas relaciones significativas en lo económico, social y cultural, científicos-teóricos del mundo, o esferas sociopolíticas e ideológicas; como es el caso de la cuestión de la libertad de prensa, la que, como hemos dicho, reduce a una grosera función, o sea, dependiente de la cantidad de empleos que se pueden obtener para los periodistas del oficio; lo que pone en claro que sus concepciones son rastreramente tan cavernarias como salvajemente idénticas a las peores, por su recalcitrante atraso cavernario, oscurantista y supersticioso, como ocurre con todo lo medieval, que son las que forman el fondo y el contenido de la concepción católica, y, en particular, de su mafia asesina y criminal, que son los de la llamada Orden de los Jesuitas; como tuviera a bien reconocerlo, al confesarlo, el traidor Juan Bolívar Díaz Santana en persona, en el programa de la otra siniestra agente de la Iglesia Católica-Vaticano y del imperialismo yanqui, Mariasela Alvarez Lebrón; donde se jactó y se cimbreó, de manera no poco descarada, afirmando, que todo en él es obra y resultado de los jesuitas y sus direcciones, y que fue dicha Orden mafiosa criminal dentro de la Iglesia Católica-Vaticano, la que lo becó para irse a especializar, en manipulación periodística, a México.

Y es lo que, en efecto, expresa con toda naturalidad, y como la cuestión más común del mundo, ese energúmeno, sirviente amaestrado de la canalla jesuita, con lo de reducir la cuestión de la libertad de prensa a la cantidad mayor o menor de periodistas de oficio que se puedan emplear, con sueldos de alrededor de 100 dólares semanales, para la comercialización en el negocio de la prensa; en lo que se puede apreciar que ahí está el gusano del corporativismo clerical-fascista, de este antro de ignominia que es la Iglesia Católica-Vaticano con sus gentes de los jesuitas; lo que tampoco es nada extraordinario ni tiene ninguna novedad, una vez que está harto comprobado, hasta más allá de la saciedad, que la criminal y anti-humana doctrina filosófica del nazi-fascismo tiene sus más profundas raíces en las doctrinas del mismo catolicismo, del que, en realidad, como se comprueba en Alemania, Italia, España, etc., es una variedad del cristianismo y del catolicismo; y que fue la Iglesia Católica-Vaticano la que hizo posible el golpe de Estado de Hitler y su partido de hienas asesinas y desalmadas, en Alemania en 1933, para instaurar dicha dictadura imperialista, que llevó a la Segunda Guerra Mundial; como que el cardenal católico Faulhaber, de la Iglesia Católica-Vaticano en Alemania, fue el creador de la SS nazi, y su obispo asistente, el organizador directo de la Gestapo nazi-hitleriana; relaciones y lazos de identidad tales, que el Cardenal Pacelli, que era el Nuncio Apostólico del alias Papa Pío XI, conocido con el sobrenombre del Papa de Mussolini, que fue quien creó el adefesio de la entelequia artificial del Estado Vaticano, verdadera creatura mostrenca, fuera de toda concepción lógica respecto a la doctrina del Estado, incluso desde el punto de vista burgués, fue llevado al cargo de emperador alias Papa Pío XII, a consecuencia de ello; esto es, por la influencia de Hitler en Europa, y que, por sus excelentes relaciones e identificación de intereses y objetivos de Pacelli con Hitler, se ha establecido que salió triunfante del conciliábulo, tras la muerte del Papa de Musolinni, el alias cardenal Ratti, o emperador sin sangre azul, sino bastardo, de alias Papa Pío XII.

De ahí que, con lo de concebir, en forma tan tosca y burda, la libertad de prensa, como lo hace este espía y traidor a la patria, que es Juan Bolívar Díaz Santana, está suscribiendo su espuria y vil naturaleza de sirviente y de reaccionario recalcitrante, que rechaza la idea de que la libertad de prensa está indisolublemente vinculada a la propiedad de los medios de prensa, en cuanto a que, en los órganos de prensa, los únicos que deciden qué se ha de informar y qué no se ha de informar, tergiversando o manipulando, tanto la veracidad como la sanidad de lo que en los medios de los prensa se le da cobertura, son los dueños o propietarios.

Por lo que la propiedad de los medios de prensa, no únicamente limita sustancial y decisivamente la libertad de prensa, como concepción del derecho, sino su ejercicio. Y de ahí resulta insidiendo directamente, de igual manera, en lo que respecta a la libertad de pensamiento y al derecho a la libertad de la expresión y difusión del pensamiento de los seres humanos, elaborados socialmente.

Quienes son los dueños de las imprentas, con todos sus aditamentos y funciones, son lo decisivo en materia de libertad de prensa, pues no hay que ser ningún sabio ni un genio para percatarse y concebir que, quienes son dueños de las imprentas y de los equipos de impresión de periódicos, además de los capitales para el funcionamiento de las operaciones de los órganos de prensa, son los que fijan el alcance o la ausencia de una libertad de prensa.

Si para la concepción o percepción, en su justo significado y contenido, como de forma, de la cuestión de la libertad de prensa, como una cuestión de muchísima importancia, como se puede ver, sólo es suficiente tener un nivel común de inteligencia, discernimiento y entendimiento. No obstante, resulta escandaloso que un sujeto llegue a la nulidad o razonamiento simplón, que es el que exhibe ese Juan Bolívar Díaz Santana, en su empeño reaccionario y como un prototipo del vil mercenario, que se dedica al embellecimiento y enaltecimiento, resaltando y apoyando, que lo que el fascista franquista y colonialista negrero, Pepín Corripio, Opus Dei-Iglesia Católica-Vaticano, adquiera y concentre en sus manos todos los periódicos que estén a su alcance obtener y ser el dueño y señor de la libertad de prensa, gracias a la concentración de la propiedad de los periódicos y de las plantas impresoras de periódicos, como por igual emisoras y plantas de televisión y otros medios, Juan Bolívar Díaz Santana, según su filosofía de patán y mercenario, no lo ve mal, sino por el contrario muy bien, ya que ello conlleva que los periodistas de oficio obtengan mayor oportunidad de empleos, con sueldos de hambre, en tanto, los plumíferos mercenarios, como él, reciben suculentas sumas de dinero de manos de los amos.

Bueno, para llegar a este tipo de audacia y atrevimiento en el mundo aberrado de la desvergüenza y la desfachatez, como ya hemos dicho, se requiere la más alta dosis de catadura de miserable mercenario, ser un palurdo, un patán, un troglo o Trucutú, pero, por igual, ser un infame, una ignominia y canalla sin igual, y todo esto junto a la más crasa y vulgar ignorancia.

El caso es que, a un traidor a su patria, como este aborrecible presuntuoso animal de dos patas, que es Juan Bolívar Díaz Santana, le resulta lo más fácil, y hasta provechoso y conveniente, decir burradas en aras de la defensa y enaltecimiento de su amo o mecenas; lo que, al hacerlo, nada le importa. No toma en cuenta el contenido ni la forma de lo que dice ni de lo que hace. ¡Sus cuartos!, y, todo lo demás, para el carajo.

Todo cuanto hace y piensa un individuo se corresponde a su práctica social, como en cada una o en varias de las esferas de la actividad social.

Juan Bolívar Díaz Santana se ha definido jesuita; y, además, es un mercenario de Pepin Corripio, siendo ambos Opus Dei. Y es todo esto en lo que está envuelto desde hace más de 50 años, que lo impulsa a ser un agente de la USAID-CIA como a poner en práctica la difusión de las peores calumnias: una mentira repetida cien veces se hace una verdad; el fin justifica los medios; como hablar sin tener en qué fundamentar lo que dice y quedarse como si no hubiese hecho nada.

A los jesuitas los encontramos desplegando la más ardua actividad siniestra, siempre con este sello indeleble, a todo lo largo y ancho, tanto de la dictadura de Trujillo, en los tiempos (décadas y siglos) anteriores, como en los posteriores, antes y después, pero por igual en los tiempos que sobrevivieron a su desaparición de la dictadura de Trujillo, y así, hasta la actualidad.

Los jesuitas se entrelazaron con la CIA y la AID (que era como entonces se llamaba a la USAID). Actuaron hombro con hombro, compartiendo con el imperialismo yanqui y la CIA cada uno de sus programas y planes de constreñimiento de las libertades democráticas en el país, como de envenenamiento con basuras ideológicas contrarrevolucionarias, basadas en las mentiras y las peores calumnias. Compartieron lo de la Alianza para el Progreso y las actividades del cuerpo de espionaje que se llamó Cuerpo de Paz.

Ya juntos, CIA, imperialismo y jesuitas, habrían creado un recalcitrante partiducho confesional y espía de la Embajada yanqui, que es el que mencionamos diciendo que se llamaron Partido Revolucionario Social Cristiano, y que el pueblo y las fuerzas progresivas revolucionarias catalogamos, por su práctica, partido social-pistola; que era dirigido en conjunto por los jesuitas, la AID y la CIA. Tras la Guerra de Abril y la intervención yanqui del ‘65, ese antro, que había sido uno de los elementos claves para crear las condiciones para el golpe de Estado del ’63, quedó en plena bancarrota y desacreditado, junto a sus espurios dirigentes superiores, como de su llamada Juventud Revolucionaria Social Cristiana o social-pistola, que era una banda para-militar y tropa de choque de la Embajada yanqui, la Iglesia Católica-Vaticano y los círculos oligárquicos en el país.

Bien. Cómo ideólogo y estratega de la reacción y contrarrevolución, el tirano alimaña Joaquín Balaguer, que no hay dos como éste, le tendió una tabla de salvación, que fue su integración-fusión con el Partido Reformista; y pasaron a llamarse, no ya Partido Revolucionario Social Cristiano, sino, fusionados, vinieron a ser entonces Partido Reformista Social Cristiano, como aún, también en bancarrota, se siguen llamando así; en tanto los cuadros laicos dirigenciales, en lo social y político, de indudable vinculación con los jesuitas y las universidades católicas y escuelas superiores que controlan, como ocurre con la educación nacional, que está en manos de la Iglesia Católica-Vaticano por el Concordato, se fueron desplazando del Partido Reformista Social Cristiano, para infiltrar al Perrodé de Juan Emilio Bosch Gaviño, luego al Perrodé Oguí Pié, alias Peña Gómez, así como al Pálido Pelegato Boschista, cuando el espía de la CIA y mercenario a sueldo, por nómina, de los gobiernos yanquis, Juan Emilio Bosch Gaviño, pactó su viraje de encubrimiento, rompiendo con el Perrodé, dando shows de moralidad que, juzgados a la luz de lo que sucede actualmente en el escenario nacional e internacional, resulta que todo aquello era una obra de teatro bufo y una patética tragicomedia de mal gusto, cuyo guión fue elaborado, confeccionado y desarrollado por farsantes y canallas de la peor laya y carentes de todo tipo de escrúpulos morales.

Tanto los Perrodé tradicionales, como los auto-llamados Modernos Mayoritarios (PRM), de hecho están en manos de los jesuitas. Igual que el desgobierno anti-dominicano, vende-patria del Dañino Medina Gángster Murmullo, como la facción de Leonel Antonio Reyna del Pálido Pelegato Boschista. Todos están cundidos y plagados de esos cuadros dirigenciales jesuitas y de la USAID-CIA.

Los jesuitas, que en realidad son el siniestro y pervertido cerebro aberrado de la Iglesia Católica-Vaticano, así como su principal y más aguerrida división, tienen entre sus principios una máxima, elaborada de la síntesis más concentrada de cinismo y de agnosticismo, expresada con el más preciso estilo de la sofística: Si no puedes vencer a un enemigo, simula pasarte a él, si tienes que rendirte, previamente, a sabiendas de que serías humillado, no lo pienses, entrégate, agazápate, finge, prepara tu daga mortal ó acumula pócimas de veneno, y cuando tengas la oportunidad, ataca por la espalda y previamente sabotea, socava y desmoraliza desde dentro las filas del enemigo que se hizo invencible.

Si la cuestión de los dirigentes y miembros de la claque social-cristiana maduros de edad, encontraron albergue en el Partido Reformista Social Cristiano del tirano alimaña, esperando a ver si les llegaba la oportunidad, les sucedió como a tantos reformistas reaccionarios y liberal-conservadores, que se murieron antes que el tirano alimaña.

Pero los jóvenes que estaban en las formaciones como la Juventud reaccionaria Social Cristiana, la Juventud Católica –JOC-, el Bruc, les resultaba un tanto enojoso e incómodo, porque, después de todo, tenían que ir a parar al seno del antro pestilente y tenebroso que, al fin y al cabo, los había creado, haciéndoles creer lo contrario.

Ya lo de, si no puedes vencer al enemigo finge pasarte a él diciendo que te pasaste a sus filas, divisa de suma importancia de los jesuitas, se venía operando lenta, pero de manera firme en toda América Latina y El Caribe.

En Colombia, el cura Camilo Torres se incorporó a la lucha armada y allí cayó. Su nombre fue, desde entonces, empleado por los jesuitas como ariete para su infiltración y socavamiento del movimiento revolucionario.

Desde un inicio, las estrategias, estratagemas y programas contra-revolucionarios y de contrainsurgencia habían causado contratiempos al creciente movimiento de liberación nacional y socialista como democrático popular de América Latina y El Caribe; e igual, en particular, en República Dominicana. Bien pronto pudieron comprobar que ni su Cáritas, ni Alianza para el Progreso, ni los Cuerpos de Paz, ni las más crudas y agresivas campañas represivas y anti-comunistas, les serían suficientes para diezmar el movimiento revolucionario democrático, de liberación nacional y socialista del continente latinoamericano y El Caribe.

Aquí, terminaron creando los corecatos, los llamados Comités Revolucionarios Camilo Torres, con ex-seminaristas y viejos social-pistolas, provocadores y agresores, como son los casos del sicótico Miguel Cocco (Coccorleone), de Tony el Pelú, Milán, Américo, los Antinoe Fiallo y su hermano, los Cholo Brenes, Octavio Rivera, Celedonio Jiménez, Juan Bolívar Díaz Santana, Carlos Pimentel, el enfermo, muerto recientemente, Lucas Rojas, los Sang-Beng (Miguel, Mu-Kien, Adriana), Rafael Camilo etc. Mientras que, los de la promoción anterior, de los José Joaquín Puello, González Cano, Bernardo Defilló, Frank Cabral, Papi Mangual y su séquito, ya estaban del lado de las ejecutorias de los planes de la CIA, AID, Embajada yanqui, Banco Mundial, FMI, BID y cuantas siglas de agencias de infiltración y espionaje yanquis imperialistas fueron creadas.

En el caso del traidor Juan Bolívar Díaz Santana, que es un jesuita USAID-CIA, cabe recordar, que durante el entrelazamiento de las actividades de los corecatos  con los castro-guevaristas y anarco-terroristas, junto con los renegados revisionistas del disuelto, por bancarrota y quiebra, partido contrarrevolucionario, colaboracionista y capitulacionista dominicano (p“c”d), como con el bandolerismo y el terrorismo, y abjuración de toda bandera de principios socialistas, auspiciado por el MPD, con las desquiciadas aventuras del lumpen Maximiliano Gómez (alias El Moreno) y su escudero, el provocador y asaltante, e informante policial o fantasma, de Belisario Peguero y la Policía Nacional, boca-revolucionario, Otto Morales, se creó un difícil momento de su vida, a raíz de una situación de delación y ubicación de la CIA y los servicios de inteligencia nacionales, por lo que, a Juan Bolívar Díaz Santana, los corecato lo acusaron formalmente de traidor y chivato, porque en realidad era un espía y confidente de la AID-CIA-Embajada norteamericana y del grupo consultivo de asistencia militar norteamericano, MAAG.

Los jesuitas y la CIA lograron que su gobierno, que era la administración del agente católico y del imperialismo yanqui Salvador Jorge Blanco, secundado a su vez por el espía pagado de la CIA y agente, empleado a sueldo de los gobiernos norteamericanos a través de la nómina de su Departamento de Estado, que fue siempre Oguí Pié (alias Peña Gómez), quien mantenía unas aberradas y asqueantes relaciones de índole sexual, con la madre, ya vieja, de Juan Bolívar Díaz Santana, a este último se le sacó de en medio, ante el peligro de que, en cualquier momento, podían haberlo matado por su labor de infiltrado y chivato-delator, y fue colocado como Embajador en un país sudamericano.

Pero su expediente, más o menos pormenorizado, y sus episodios, donde se pone en evidencia que es un patán inescrupuloso y farsante, ignorante, bruto y torpe, cuenta con importantes episodios; como son, tanto el de su enaltecimiento a la Conferencia del ex-Embajador inglés en República Dominicana ante la Cámara de Comercio británica en el país, que con olímpica burla a la ciencia de la economía y a las leyes internas del régimen capitalista y del desarrollo de éste, que fue una conferencia de sarcasmo y cinismo, como hemos dicho, del Embajador Steven Fischer, de Inglaterra, en el país; con lo que Juan Bolívar Díaz Santana reafirmaba su condición de burro, que si lo amarran en un potrero, en lo que pestaña un gato, se jarta de yerba. Y ahora, confirmando que lo de la pretendida reelección y el supuesto respaldo de un 80-90% al Gángster Murmullo, el Dañino Medina, son un engaño y una estafa al ingenuo pueblo dominicano; estafa y engaño que sólo podría salir a camino mediante el soborno, empleando para ello todos los fondos del Estado, hasta crear un déficit fiscal igual o mayor al de Leonel Antonio Reyna en el 2012, para financiar la campaña electoral del Gángster Murmullo; lo que afirma, Juan Bolívar Díaz Santana, lamentándose, que saldrá más cara por culpa de Leonel Antonio Reyna que, con su resistencia está haciendo que el precio de lo comprado se haya multiplicado, duplicado y triplicado.

 

 

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