RAMON COLOMBO DEFENDIENDO A SU PAR EL CHACAL SANGUINARIO JOSE MIGUEL VIVANCO AL DESNUDO COMO SIRVIENTE ABYECTO Y MERCENARIO DEL PRO-HAITIANISMO DEL OGUIPIEISMO DE LOS PERRODE

Por su venalidad y degradación anti-popular fue seleccionado junto a Juan TH por el hijo de la gran puta Hipólito Mejía para gratificarlo con las monedas y privilegios de Judas

06-07-2015

 

Ramón Colombo, nacido de un oscuro sujeto de origen turbio y de una proxeneta, cuyo oficio ejercía en la década del 50-60 del siglo pasado, desde la administración del lenocinio situado en Mendoza con el nombre de “Campoamor”, antro de orgías de parte de los esbirros de los grupos de matones de Ramfis Trujillo, los León Estévez, los Sánchez Rubirosa, los Tuty Sánchez, Cholo Villeta, Alicinio Peña Rivera, y esa legión de bestias de dos patas que, indudablemente, son una infamia que gravita, como baldón de oprobio, sobre la condición humana, la moral y la ética. ¿Qué podría resultar ser, al fin y al cabo, Ramón Colombo, o su hiena hermano que, aberrado y deformado, por alcoholismo en su adolescencia y por la homosexualidad, proveniente del medio ambiente de su econicho familiar “Campoamor”, saltando al consumo de estupefacientes, cocaína y heroína; para, un día, mientras alucinaba en una crisis de paranoia, se sintió acosado por los fantasmas de sus infelices víctimas, que había asesinado, torturado y violado, amparándose en el uniforme policial; y, terminar dándose un tiro en medio de la boca. Ese fue el caso del teniente Colombo. Ramón Colombo sintetiza y resume, no menos de 50 veces, toda la ignominia e infamia que la de su padre, madre, hermanos e hijos. No obstante, ¿carece de la dignidad y el valor de signo negativo para ahorcarse?

Así, este Ramón Colombo encontró su vocación en la condición de traidor al pueblo y a la nación; que todavía no llega a entender cómo una mujer puede llegar a parir a semejante traidor.

Pero, además de traidor, Ramón Colombo es un mercenario, venal y mendaz, por calumnioso y mentiroso.

Su existencia no ha sido otra que la de una criatura de los albañales, de inmundicias y aguas negras; por ello, no ha de extrañar que, siendo un plumífero mercenario, miserablemente abyecto; pues, un ladrón es cosa que se perdona, un asesino paga o purga su culpa con cárcel, pero el traidor a su Patria, que es alrededor de lo que se configura el mito de Judas, no tiene perdón; y tal ignominiosa miseria humana sólo se extirpa con la muerte.

Ramón Colombo, ¿acaso no recuerdan que el crápula plumífero cagatinta “penny a liner”, de a tanto por línea, que el más grande hijo de la gran puta que mujer nacida en esta tierra haya parido un maldito día, que es Rafael Hipólito Mejía Domínguez; lo escogiera, entre todas las inmundicias de las infecto-contagiosas legiones degradadas de la prensa amarilla, junto a esa otra aberración abominable, que es como una sombra o espejismo humano, el tal Juan Taveras Hernández (Juan TH), para gratificarlo con las monedas y privilegios de Judas?

Ese hijo de la gran puta de Rafael Hipólito Mejía, no sólo es agente de la CIA desde el 1962, y de los jesuitas, sino que más adelante homologó su condición de espía informante con el servicio de inteligencia sionista de Israel, el tristemente famoso Mosaad judío.

Y, no sólo que llevó a cabo la continuación del programa neoliberal de despojo de las riquezas y bienes nacionales, para regalárselas como vaca muerta a los monopolios de los capitales buitres e hienas, así como de la labor de exterminio contra ciudadanos dominicanos a través del terrorismo de Estado y su método de fusilamientos y ejecuciones sumarias de jóvenes dominicanos de los barrios marginales, desesperados y desmoralizados por el régimen oligarquía teocrático imperante; llegando, precisamente el grandísimo hijo de la gran puta de Rafael Hipólito Mejía a enviar un contingente de soldados de las Fuerzas Armadas dominicanas a invadir a Irak, y causar el genocidio que aún perdura y continúa; y que, habiendo destruido hasta los cimientos de ese país árabe islámico, que es Irak, ha causado una cantidad de muertos que sobrepasa los 2 millones de seres humanos; niños, mujeres, ancianos, hombres y mujeres de todas las edades, y más de 5 millones de esos iraquíes convertidos en refugiados y desamparados; lo que, a Ramón Colombo, como al par suyo Juan TH, poco les importa, como tampoco les ha venido a importar ahora. Siempre han sido y seguirán siendo miserables mercenarios de semejante olímpica escoria y esquizofrénico paranoico, que es el hijo de la gran puta Rafael Hipólito Mejía.

Pero centrémoslo de nuevo en Ramón Colombo y su última hazaña, que guarda las más profundas relaciones íntimas de continuidad y concatenación con su trayectoria, desde su niñez, de canalla. Se trata de su desvergonzado acto de traición y calumnia contra el país y el pueblo dominicanos, consumado alrededor de su defensa a ultranza del miembro de los servicios secretos de Pinochet (DINA), que torturó, mató y desapareció, causándoles a los supervivientes profundos e irreversibles traumas físicos y orgánicos, incluidos de carácter sicológico o espiritual, que es el tal José Miguel Vivanco.

Antes que todo, permítasenos hacer una descripción breve del tal José Miguel Vivanco, que se nos presenta, a nombre de Human Right Watch, como un apóstol consagrado de los derechos humanos; acusando a todos los dominicanos de racistas, discriminadores y anti-haitianos por amor al arte; así como de contundente, por lo ilustrativo que le puede resultar a quienes hemos nacido y vivido, como de seguro moriremos, bajo el signo ignominioso del irrespeto y violación de los derechos democráticos e individuales, como por igual de los derechos nacionales, de la soberanía y la autodeterminación; al saber que José Miguel Vivanco es un prominente miembro de los social-cristianos (demócrata-cristianos), que secundaron y promovieron el Golpe de Estado contra Salvador Allende, a quien derrocó y asesinó el dictador y ladrón Augusto Pinochet, quien se erigió en Ignacio de Loyola, investido de la gracia de su tal dios Jesucristo, para llevar a cabo una de las más grandes crueles carnicerías humanas.

José Miguel Vivanco está atado con lazos imborrables, de asesinados y torturados, con el sufrimiento de miles de seres humanos deseosos de obtener libertad y derechos democráticos; a los que diligente y eficazmente contribuyó a arrancárselos; y, de paso, para que varias decenas de miles fueran muertos y sus cadáveres arrojados al océano.

Los mismos que, dada su trayectoria oblicua y zigzagueante, promueven y secundan a José Miguel Vivanco, son los que han tenido que denunciarlo como integrante de los servicios secretos de Pinochet (la DINA), que, como se ha demostrado, asesinó y torturó a varios dominicanos residentes en Chile, a la vez que persiguió y obligó a asilarse y huir de Chile, donde hacían una vida de estudio y/o de trabajo. Y de todo esto dan cuenta los ecuatorianos correístas, como los argentinos peronistas mussolinistas de la vieja Kirschner (Cristina), como los ridículos uruguayos, a quien, por cierto, pertenece el patético actual secretario del ministerio de colonias yanqui, la OEA, que sigue actuando conforme el mismo libreto, que siempre ha seguido al pie de la letra.

Y, por igual, José Vicente Rangel, ícono periodístico del chavismo venezolano, quien exactamente en el 2002 sirvió la preciosa información de que José Miguel Vivanco fue de los que dio, a nombre de la misma Human Right Watch, respaldo y apoyo al Golpe de Estado fascista del 12 de abril del 2002, de la ultraderecha venezolana y la CIA del imperialismo yanqui, contra Hugo Chávez; y pretendió colocar en su lugar al nazi-fascista Pedro Carmona, cabecilla de Fedecámaras, equivalente aquí a Conep.

José Miguel Vivanco había estudiado en la universidad católica jesuita, de Chile, y especializado en un centro de la CIA en los Estados Unidos, de aquellos a los que les da cobertura Harvard y cosas por el estilo.

Vivanco es un viejo rufián de la estirpe criminal sado-masoquista de las hienas cubanas del exilio de la gusanera miamense.

La Iglesia Católica-Vaticano y los jesuitas, junto a la DINA, lo hicieron presente en Helsinki, Finlandia, para desde allí llevar a cabo la campaña de conspiración y complot contrarrevolucionario en Europa del Este, aún existiendo, aunque sólo de nombre, la URSS.

Es protegido de la sociedad de la CIA para Europa; y que tiene presencia en el país, por ejemplo en las actividades conexas de los perrodé y los perros disfrazados de modernos del hijo de la gran puta Rafael Hipólito Mejía, y del haitiano Luis Abinader, y particularmente a través de la ONG que dirige Frank Ceara Hatton, que es miembro de una familia entera de degenerados y agentes de la CIA, cuyo tronco lo fuera el espía Frank Hatton, actividad a la que le dio continuidad su nieta, Norín García Hatton, lesbiana hasta el día de su perra muerte.

De esas turbias actividades, y con tales fines asquerosamente execrables, surge el grupo, con la bendición de la Iglesia Católica-Vaticano y al calor de las siniestras orientaciones y pautas conjuntas de la CIA y la Orden de Jesús o de los jesuitas. ¡Vaya para lo que ha servido este famélico e infeliz desgraciado hijo del tal dios!

Es consciente, y a sabiendas de la cobardía, inconsistencia y entreguismo del gobierno pálido pelegato boschista, que la Human Right Watch envía al tal José Miguel Vivanco a llevar a cabo un sainete de teatro bufo de mala muerte de exigencia a la República Dominicana, de que detenga las masivas deportaciones de haitianos, con el coro a su vez de los traidores internos de la Patria, como Juan Bolívar Díaz Santana, Huchi Lora, Miguel Guerrero, Manuel Quiroz (CIA-SIP), etc.

Del elenco o conjunto de periodistas, pertenecientes todos a los medios manipulados por la Iglesia Católica-Vaticano y el capital financiero pro-haitiano, evento que había sido convocado por Ramón Colombo, a título de una conferencia de prensa con su par, José Miguel Vivanco, por lo que, muchos de los periodistas pagados colocaron sus aparatos de grabación para reportarlo. Pero bien pronto se percataron de que se trataba de un carnaval calumnioso y mentiroso contra la Nación dominicana y el pueblo quisqueyano; por lo que algunos procedieron a requerir, de José Miguel Vivanco, que presentara las pruebas de sus acusaciones de pogroms anti-haitianos, de los campos de concentración, y de las deportaciones de dominicanos de ascendencia haitiana, que es una figura jurídica inexistente en la doctrina civil y constitucional en la que se basa la justicia de este país. Frente a lo que José Miguel Vivanco se quedó pasmado; recordando el caso de que, para hablar mentiras y comer pescado, siempre hay que tener mucho cuidado; y apenas atinó a casi tartamudear para expresar, que esas informaciones las obtenía de redes de Internet. Recordándonos nosotros, que ese mismo libreto ya lo había repetido el desarraigado y hombre páramo Junot Díaz, un clon norteamericano seudo-escritor, hijo de supuestos dominicanos, quien, después de haber repetido el mismo sonsonete, andaba desandando, desdiciéndose y apelando a la hoja de parra de: no dije diego, y aparece diego que dije. Me tergiversaron mis ideas y expresiones.

Para esta campaña con el agente de la CIA y de la DINA de Pinochet, José Miguel Vivanco, en contra de República Dominicana y a favor de los haitianos, y de la forzosa haitianización de nuestra nación, en contra de nuestra soberanía y pisoteando nuestra autodeterminación, el imperialismo norteamericano, junto al de la Unión Europea, como de sus socios canadienses, franceses e ingleses, más el silencio y el activismo taimado de chavistas venezolanos, uruguayos, argentinos peronistas, ecuatorianos correístas, bolivianos chavistas, se han puesto a circular millones de dólares; empezando por entregarles a los traidores de la prensa mediática, a los miserables mercenarios Juan Bolívar Díaz Santana, Huchi Lora, Marino Zapete, los gusanos cubanos, el maricón Roberto Cavada, la ramera, sometida a base de fármacos, la terrorista Alicia Ortega, de la gente de Posada Carriles y de los Mas Canosa.

Pero, en especial, en el show calumnioso contra la República Dominicana, de parte del leproso moral, por espía y torturador, José Miguel Vivanco, quien recibió el grueso de los miles de dólares que avalan tales actividades, fue Ramón Colombo, quien puso de manifiesto que es un bueno para nada, porque es reconocido alcahuete güevón; y montó en cólera, que le hizo perder los estribos, llegando al extremo de embestir como un toro de lidia, echando humo por la nariz y babeando abundantemente, arremetiendo contra los periodistas, todos dominicanos, que sólo a título de pregunta, exactamente demandaron del carnicero José Miguel Vivanco, las pruebas materiales, como fotos, campos de concentración de haitianos y de deportaciones masivas de dominicanos.

El requerimiento de las pruebas, por parte de los periodistas, que avalan y corroboran las necias acusaciones contra la República Dominicana en la cuestión haitiana, de parte de José Miguel Vivanco, a nombre de la entelequia del imperialismo y de los jesuitas llamada Human Right Watch, así como de elementales y fulminantes, fueron llamadas, por ese espécimen de marras, que es Ramón Colombo. con las palabras y formas que a continuación transcribimos:

“Es necesario aclarar frente al mundo que los sujetos que agredieron verbal y casi físicamente a José Miguel Vivanco, funcionario de Human Right Watch, al presentar aquí un informe sobre los dominicanos en peligro de sufrir deportaciones hacia Haití, no son periodistas, sino plomeros sanitarios, limpiadores de pozos sépticos, recogedores de caca de perro y sicarios verbales apandillados (oficio, este último, que se ha acreditado notablemente en el bajo mundo mediático). Su condición de crápula quedó evidenciada al ignorar totalmente que el trabajo de un auténtico reportero es preguntar e informar. Sólo eso”.

Para, finalmente, ¿dónde está la deshonra de ganarse la vida limpiando pozos sépticos, sin los que no cabe hablarse de norma de seguridad en ningún conglomerado urbano, o bien los fontaneros o plomeros sanitarios, ¿qué de denigrante tiene, que posee un equivalente valor que el de limpiar los sepulcros?

Recogedores de mierda de perro y sicarios verbales apandillados en el mundo de la prensa mediática. ¿Pero, acaso no es en ella y conforme ese miserable mercenarismo mediático, que opera Ramón Colombo?

Y aclaro lo de plomero sanitario, no vaya a ser cosa que se ofendiera Marino Zapete, por cuyas actividades en el mundo escabroso de los lodos del fandango le llaman “el goloso”; y fueron gente de ese mundo, a los que había enseñado a llegar a su estudio en su casa, quienes entraron luego y le robaron, como cobro extra. Zapete dijo que fue un robo, para repetir lo que hacía cuando articulaba las ejecuciones durante la jefatura de Candelier.

¡Con qué tipo de humanistas nos enfrentamos los dominicanos!

 

Volver a la Página Principal