El Big Pharma en las 25 “historias top”

Desnuda el deleznable papel del psiquiatra de la farándula César Mella como agente de la estafa y el crimen de los monopolios norteamericanos

 

Hace unos días denunciamos que César Mella, el rufián que, asumiendo el mismo papel de los otros tres miserables mercenarios que, junto a él, firmaron un mamotreto de estafa a la nación y a la población dominicanas en nombre de una tal Fundación de San Pedro de Macorís, de genuflexos incondicionales al servicio de los Estados Unidos y la Iglesia Católica, había sido incorporado al programa del gobierno del genocida George W. Bush de uso experimental de drogas en niños y en las escuelas norteamericanas, para lo cual viajara recientemente a Estados Unidos, en donde fue nombrado como directivo de una asociación de siquiatría de la CIA en dicho país.

Prometimos en esa oportunidad que daríamos detalles sobre ello y he aquí la información que nos sirve como material de referencia (la cual recibimos vía Internet) para evidenciar el nocivo papel desempeñado por César Mella.

“Las 25 'historias top' del Proyecto Censurado 2006 (XI)

“El 'Big Pharma' caza escolares en EEUU: La industria crea enfermedades mentales para vender fármacos que el Estado paga

“Por Jeanne Lenzer y Ron Paul

“Proyecto Censurado

“El Proyecto Censurado (Project Censored) es un programa de la Universidad Sonoma State, California, que todos los años emite un estudio sobre 25 grandes noticias ocultadas por la gran prensa de EEUU. Estas “25 historias top” sobre grandes temas sustraídos del debate periodístico ofrecen una radiografía actualizada de la sociedad estadounidense, cuyo conocimiento permite comprender mejor los designios del imperio. Los textos completos pueden verse en Internet.

“En abril de 2002, el presidente Bush designó a 22 miembros de la Nueva Comisión Presidencial para la Libertad en Salud Mental, destinada a 'identificar políticas que podrían ser puestas en ejecución por el gobierno federal, el estado o los gobiernos locales para optimizar la utilización de los recursos existentes, mejorar la coordinación de tratamientos y servicios y promover una adecuada integración de la comunidad con los adultos con enfermedad mental seria y los niños con severos disturbios emocionales”. La comisión incluyó entre sus miembros a médicos del área de salud mental y, por lo menos, a un ex empleado del gigante farmacéutico Ely Lilly y Co., Robert N. Postlethwait.

“En julio de 2003 la comisión publicó los resultados de su estudio. Encontraron que a menudo los desórdenes de salud mental no están diagnosticados y recomendaron al Presidente que hubiera un trato más comprensivo hacia la gente con enfermedades mentales de todas las edades, incluyendo a los niños de edad pre-escolar. En concordancia con sus resultados, la comisión recomendó que las escuelas que se hallaren en una 'posición dominante' protegieran a 52 millones de estudiantes y a 6 millones de adultos empleados en las escuelas de nuestra nación.

La comisión también recomendó vincular la protección con tratamiento y asistencia. Recomendaron usar como sistema modelo de tratamiento el Proyecto de Medicación Algoritmo Texas (TMAP, sigla en inglés). El TMAP, que fue puesto en ejecución en Texas como sistema de cuidado médico en salud mental con financiamiento público cuando George W. Bush fue gobernador de ese estado, es un programa de gestión de enfermedades que ayuda a los médicos en la prescripción a los pacientes basándose en la historia clínica, antecedentes, síntomas y resultados anteriores. Fue el primer programa de EEUU dirigido a establecer pautas de medicación para enfermedades de salud mental. Básicamente, es un algoritmo que recomienda drogas específicas que se deben utilizar para tratar determinadas enfermedades. El financiamiento para el TMAP fue proporcionado por Robert Word, Jonson Grant y varias importantes compañías fabricantes de fármacos. El proyecto comenzó en 1995 como una alianza de individuos de compañías farmacéuticas, la Universidad de Texas y los sistemas curativos de salud mental de Texas.

“Coimas para vender fármacos

“Los críticos de la protección de la salud mental vía TMAP denunciaron que otorgaba beneficios a las compañías farmacéuticas. Muchos citaron a Allen Jones, un ex empleado de la Inspectoría General de la Oficina Pennsylvania, quien fue despedido cuando reveló que muchos funcionarios con influencia en la medicación del plan recibían gratificaciones monetarias de las compañías farmacéuticas beneficiadas con la venta de sus drogas al programa algorítmico de medicación. El TMAP también promueve el uso de nuevas drogas antipsicóticas más costosas.

“Resultados de estudios efectuados en EEUU y Gran Bretaña encontraron que el empleo de medicamentos antiguos -o más drogas antipsicóticas reconocidas- en la primera línea de los tratamientos produce mejores resultados que el uso de fármacos experimentales.

“En la primera línea de tratamiento bajo el TMAP se privilegia el uso del olanzapine de Ely Lilly, un nueva droga antipsicótica atípica, en lugar de una medicación antipsicótica más típica. Quizás sea porque Ely Lilly tiene lazos con la familia Bush, desde que George Bush padre fue miembro de su junta directiva. George W. Bush también le asignó un asiento en el Consejo de Seguridad de la Patria (Homeland Security Council) al gerente de Ely Lilly, Sidney Taurel. De las contribuciones políticas por 1,6 millones de dólares otorgadas por Ely Lilly en 2000, el 82% fue al Partido Republicano y a George W. Bush.

“En noviembre de 2004, el Congreso aprobó US$ 20 millones para poner en ejecución los resultados de la Nueva Comisión para la Libertad en Salud Mental. Esto incluiría la protección obligatoria de enfermedades de salud mental en las escuelas. El representante republicano de Texas Ron Paul introdujo una enmienda en el Congreso, cuando se debatieron la cuentas presupuestaria, que retendría el financiamiento a la protección de salud mental obligatoria si no existía notificación del consentimiento de los padres. Sin embargo, su enmienda perdió por ancho margen (95-315 en la Casa de Representantes). Paul, médico y antiguo miembro de la Asociación Americana de Médicos Cirujanos (AAPS) del estado, dijo que “es fundamental establecer el derecho de los padres a decidir qué tratamiento médico es apropiado para sus niños. La noción de los burócratas federales que potencialmente ordenan a millones de jóvenes consumir drogas psicotrópicas como Ritalin asestan un golpe emocional a los padres americanos”.

“Paul alegó que 'tenemos una nación de niños con desórdenes mentales no diagnosticados que están recibiendo un tratamiento claramente falso' y advirtió que la protección de la salud mental podría ser utilizada para etiquetar a los niños con ciertas actitudes, creencias religiosas y visiones políticas en conflicto con doctrinas reconocidas. Paul advirtió también que, obviamente, el beneficiario más importante de esta legislación sería la industria farmacéutica. La AAPS ha combatido esta legislación, que dice conducirá a la prueba psicológica obligatoria de cada niño de EEUU sin consentimiento de los padres y a 'una presión aún más coercitiva sobre los padres para medicar a los niños con efectos secundarios potencialmente peligrosos”.

“Actualización de Jeanne Lenzer: Así como conocemos las píldoras que tomamos o el aceite que utilizamos, sería tranquilizador saber qué información fue usada para desarrollar nuevas medicinas o si utilizan los elementos naturales en que sabiamente se basa la ciencia, y no por presiones corporativas.

“Pero las imposiciones del gran negocio farmacéutico (Big Pharma) a los políticos y a los médicos tienen un profundo efecto en los cuidados de salud en EE.UU., colocando ocasionalmente a la investigación médica más cerca de la propaganda que de la ciencia.

“Ciertas compañías de fármacos aumentaron su cuota de mercado ampliando la definición de numerosas enfermedades en colusión con los médicos. Cuando los criterios de diagnóstico fueron liberalizados en 1991 por el déficit en la atención de desórdenes mentales, el número de niños diagnosticados llegaba a cerca del 60%.

“La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) también hizo lobby por el “Big Pharma”, en tanto el Diario Médico Británico (British Medical Journal, BMJ) formuló críticas al sistema de prescripción. En su boletín Advocacy News de julio del 2004 la APA reconoció que 'la historia del BMJ ha ganado algo de fuerza en informes difundidos sólo en Internet”.

“Pero, se jactaron, de que los 'medios importantes no han tocado la historia, en parte gracias al trabajo de la APA, para quienes la administración [de Bush] es apreciada”. Es curioso el alarde de la APA. El artículo descargado de una historia del BMJ pulsó las fibras de un sensible público de médicos y políticos cuyos bolsillos se nutren con dinero de las compañías farmacéuticas.

“Dado el interés en la publicación del BMJ, parecería que el APA, en vez de procurar guardar la historia fuera del alcance de los grandes medios, estaba impaciente por contradecir extensamente las afirmaciones difundidas en el artículo. También pareciera que la gran prensa podría proporcionar a la administración Bush y a la APA el mejor vehículo posible para contradecir lo que se invocaba como errores efectivos del artículo del BMJ.

“Forzando el consumo infantil de fármacos

“Pero los hechos pudieron probar lo difícil que es sintonizarse con el público. Más de uno de cada 100 niños y pre-escolares de EEUU están sometidos a drogas psiquiátricas de gran impacto, por ejemplo Ritalin y Prozac, según un estudio publicado en la edición de febrero de 2000 del Diario de la Asociación Médica Americana (Journal of the American Medical Association).

“José T. Coyle, M.D., escribió en un editorial: 'Al parecer las conductas de niños perturbados ahora se sujetan cada vez más a arreglos farmacológicos rápidos y baratos, en oposición a una terapia multimodal informada”. Y concluyó: 'Estas prácticas perturbadas de prescripción sugieren una crisis cada vez mayor en los servicios médicos mentales a los niños y demandan una investigación más cuidadosa”.

“Pero en vez de publicar advertencias referentes a la sobre-medicación o la prescripción inadecuada, los expertos de la Nueva Comisión para la Libertad en Salud Mental advirtieron ominosamente que demasiados pocos niños estaban recibiendo tratamiento para enfermedades mentales. Citaron extensas cifras de niños expelidos de guarderías como evidencia de problemas psicológicos potencialmente serios, problemas que se diagnostican y curan con píldoras y cuidados de salud mental. No examinaron los motivos sociales y económicos en el aumento de la tasa de expulsiones.

“Si anda mal la relación entre el suministro de fármacos y el etiquetado de 'mentalmente enfermo', la preocupación de lejos más grande es la creación de una enfermedad para cada droga, una situación que ha sido posible por la relación de “mano de guante” entre la industria y el gobierno (Para conocer experimentaciones con niños que efectúa la gran industria farmacéutica ver Proyecto Censurado Nº XIX).

 

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