Frente a personajes de tan baja estofa como los desvergonzados mercenarios Fernando Pérez Memén, Luis Scheker Ortiz, César Mella y Leonidas Martínez, el demócrata consecuente Herzen consignaba: “son hombres despreciables, hombres de paja, hombres-babosa”
Cuando tenemos que afrontar embarres como el que representa el comunicado de la Fundación de San Pedro de Macorís Incorporada, más bien parapete que usan los de la peste árabe que azota a la República Dominicana para proseguir Josesito Hazim depredando a la nación dominicana, sólo nos viene a la memoria el ejemplo de Alejandro Herzen, un personaje de la primera mitad del siglo XIX, procedente de la nobleza rusa, que hizo suya la causa de la lucha contra el zarismo, el despotismo y el absolutismo que oprimía y aplastaba despiadadamente a aquel grandioso y heroico pueblo, en demanda de la justicia social y la libertad. Alejandro Herzen fue un demócrata liberal o demócrata revolucionario de su época, del que los liberales, al cumplirse el primer centenario de su nacimiento, sólo destacaban sus aspectos liberales, ocultando que aún en las condiciones de entonces, tenía, el liberalismo de Herzen, un carácter revolucionario y progresista y aquéllos, tapando sobre todo que además de ese aspecto liberal lleno de honradez y honestidad, sobre todo por su absoluto desinterés financiero, había en Herzen un lado eminentemente revolucionario, que se expresaba de manera muy particular cuando tenía que referirse a sus semejantes que, como hacen ahora los Fernando Pérez Memén, Luis Scheker Ortiz, César Mella y Leonidas Martínez, exhiben un respaldo desvergonzado a los verdugos de su patria y de su pueblo, el conde Herzen los definía con sus propias palabras como representantes inequívocos de un liberalismo lacayuno, vil, sucio y feroz. Las producciones e ideúchas de tales personajes como los que suscriben los cuatro que echaron a Pedro en el pozo para dar paso a su miserable mercenarismo que nos recuerdan lo canallas que resultaban aquellos intelectuales y filósofos de la antigua esclavitud, Herzen, por su carencia intrínseca de savia y de sustancia, les llamaba libelos que, desligados de los intereses reales del pueblo, tenían carácter endeble, absurdo, perjudicial, y de esos libelos, como el de la Fundación de San Pedro de Macorís de Josesito Hazim, Herzen llamaba a entender que eran elaborados como guía secreta para un régimen liberal vasallo del zarismo; cámbiesele liberal por neoliberal, y zarismo por los EE.UU. y se tendrá exactamente lo que representa el libelo de la Fundación de marras. De esos personajes, Herzen nos dejó un acervo de enseñanzas inigualables, como resalta Lenin en su artículo “En Memoria de Herzen”, en su primer centenario de nacido, en el 1912: Herzen publicó un artículo titulado “Oración Fúnebre”, en el que flagelaba a, lo citamos textualmente, “los profesores que tejen telaraña podrida de sus mezquinas y altaneras ideúchas, esos ex-profesores, en un tiempo dizque bonachones, pero luego desenfrenados y furiosos en su reaccionarismo y falta de escrupulosidad al ver que la juventud sana y los pensadores e intelectuales sanos no pueden simpatizar con sus raquíticas ideas”. Y a aquéllos que gozaban de los tropiezos y fracasos del proceso de emancipación del que en algún momento se dijeron parte sólo para sus fines mezquinos y espurios, porque entendían que así les era más conveniente, tal cual estamos convencidos respecto a los cuatro que echaron a Pedro en el pozo, además de que esos tropiezos y fracasos les permitía desnudarse y exponer sin siquiera hojas de parras con que encubrir sus desvergüenzas, vendiéndose directamente a los opresores y explotadores del pueblo trabajador, Herzen consignaba: “y hay hombres despreciables, hombres de paja, hombres-babosa, que dicen que no hay que insultar a la pandilla de bandidos y canallas que nos gobiernan”.
-Continuaremos-
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