Campaña guerrilla cultural promovida por el imperialismo norteamericano con caricaturas ofensivas a los musulmanes en la prensa occidental
Lo cierto es que un dibujante de caricaturas de nacionalidad danesa, esto es, un danés (cuyo gentilicio necesariamente nos empuja a imaginarnos esos perros galgos enormes, con su cabeza casi como una vaca, su descomunal hocico con su dentadura con grandes dientes y colmillos, aunque no son más que los de los otros sabuesos), que viendo y buscando ganar tanto mayor paga monetaria como mayor renombre, dentro del campo de sus patronos de la publicidad, con figuras osadas (empleadas como partes de la llamada guerrilla cultural que los estados y países imperio-capitalistas, hegemonizados por la pandilla de gángsteres criminales desalmados que son los gobernantes y sus círculos del capital financiero internacional norteamericano, como George W. Bush y Richard Cheney; el británico Tony Blair en Inglaterra; un nazi-fascista cristiano-vaticanista como el vulgar Silvio Berlusconi en Italia con su Liga del Norte, que no oculta su manifiesto racismo; o un José María Aznar, prohijado por el neo-franquismo y el perenne fundamentalismo de la secta catolicista Opus Dei-Vaticano, promueven contra sus víctimas, objetivos o blancos a expoliar, a saquear y a perpetrarles el yugo infame y vergonzoso de la esclavitud), ha terminado creando un cataclismo social de protestas por parte de los musulmanes, dentro y fuera del campo árabe, que ha estremecido al mundo entero, que a la vez se ha visto obligado a tener que ponderar muy preocupadamente los derroteros y alcances de los acontecimientos que se desencadenaran a raíz de la insensata y desproporcional reacción desplegada en principio por los círculos más recalcitrantes del capital financiero de Wall Street y su brazo armado del Pentágono, con su representación política entronizada en la Casa Blanca de Washington que representan el dúo George W. Bush y Richard Cheney, cuyos objetivos de saqueo y depredación, puestos de manifiesto en el curso de sus desaprensivas acciones, corren parejos con las abundantes revelaciones de que el motivo al que apelaron como punto de partida para su embestida genocida contra Afganistán e Irak, así como para su eventual amenaza, cuyo desenlace aún cuelga como una espada de Damocles termonuclear de consecuencias imposibles de calcularse sobre la cabeza de la humanidad de atacar, igual que a Irak, a Irán, Siria, Korea del Norte, esto es en Asia Menor, Persia y Asia, mientras que en América Latina la amenaza es de igual carácter grave contra Cuba y Venezuela, para de ahí proyectarse por toda Sudamérica y El Caribe, fue en gran medida incentivado y propiciado, para que ocurriera, por ellos mismos, ya que todo eso obedeció a una estrategia que busca alcanzar de una vez por todas, una eventual dominación mundial de carácter pleno y en forma absoluta. Como es lógico suponer e imaginarse, si el caricaturista danés llamado Kart Westergaad hizo su caricatura de denigración cultural sobre Mahoma como parte de la campaña ideológica propagandista imperio-capitalista, presentando a Mahoma que, habiendo sido real, de carne y hueso, lo que no cabe decirse del Jesús, personaje sincrético y fantástico que nunca tuvo existencia real, pero al que -a Mahoma-, igual que a la leyenda Jesús del cristianismo, se le atribuye un carácter divino y profético e incluso falaces milagros por los seguidores de la religión musulmana o el Islam, lo cual es tan falso en el uno como en el otro, aquella campaña no había de detenerse ni mucho menos limitarse a una simple caricatura del profeta Mahoma, cuyo turbante le era dibujado como una descomunal bomba asesina. Así, bien pronto, tras la reacción esperada, pero que los provocadores mediante el acto de guerrilla cultural contra los musulmanes, como lo fue la caricatura de marras, no esperaban que esa reacción tuviese la magnitud ni el alcance y las consecuencias que realmente ha terminado trayendo consigo, aparecieron, como parte del plan de lucha trazado, no ya otros dibujantes caricaturistas, sino los plumíferos y miserables mercenarios de los de la opinión pública escrita, hablada y televisada o de las tres formas éstas a la vez, que ostentan el flamante nombre de los paladines o campeones de la libertad de expresión que, precisamente, fueron creados y entrenados por el imperialismo, particularmente el norteamericano y sus servicios de espionaje, durante la guerra fría contra el comunismo, so pretexto del combate contra el social-imperialismo y el expansionismo soviético (ruso), que llevó a aquellos ridículos campeones de la libertad casi siempre a ser partes de las más bestiales y terribles dictaduras sanguinarias en el mundo entero, pero particularmente en Asia, Africa y América Latina, que fueron envueltos en esa sucia guerra fría para obstruir y dificultar su inaplazable e indetenible lucha por la liberación nacional, la democracia y el socialismo, todo lo cual, después de haber sido declarado como sepultado, previa supuesta derrota padecida, ahora mismo emerge del fondo de todo el ambiente con más y nuevos ímpetus, poniendo en serios aprietos y complicadas dificultades al imperio-capitalismo, como se puede comprobar en la situación que rodea al dúo Bush-Blair y a sus aliados en el mundo entero. Han pasado a un segundo plano las caricaturas, lo mismo que las contundentes acciones de protestas por parte de los musulmanes y árabes, cuya sensibilidad es cada vez más manifiesta ante todo cuanto proviene de Occidente que ellos, con sobradas e irrebatibles razones, entienden y comprenden como intrínsecamente recargadas de ánimos e intereses perversos y dañinos, pues no se requiere más que un mínimo de predisposición de ver el mundo con ojos limpios y mirada transparente para darse cuenta de que, efectivamente, todo cuanto se hace y cocina en Occidente está determinado por intereses hegemónicos del imperio-capitalismo, sobre todo por el imperialismo norteamericano que arrastra a los otros países, particularmente de la Unión Europea y en especial a su incondicional imperialismo inglés o británico quienes tienen una estrecha e íntima coalición, a su vez, con la nefasta Iglesia Católica-Vaticano, la que, como baluarte del infame y bastardo cristianismo, es la principal instigadora y propiciadora actual de las agresiones tanto religiosas como culturales y militares desde Occidente contra los países y pueblos árabes y musulmanes, actividad ésta que practica dicha Iglesia Católica-Vaticano desde que se constituyera el Islam como una interpretación tan mágico-religiosa y tan judaica, pero tal vez menos pagana, que el cristianismo, fundado por Saulo Paulo (Pablo de Tarso) Lo que ocupa el escenario es el debate en torno a las caricaturas, las protestas islámicas y la ponderación del significado de todo esto, es decir, de sus implicaciones y consecuencias. No es de extrañar que aquellos que desde jóvenes se incorporaron como lugartenientes y paladines de los intereses norteamericanos, siempre de carácter imperialista y recolonizadores, desde su juventud, cuando estaba en pie la agresión de dicho imperialismo contra los países y pueblos del Sudeste Asiático (antigua Indochina) sobre todo contra Vietnam, tanto su parte Sur como sobre la parte Norte ya proclamada República Democrática y Socialista desde 1949, bajo la dirección del héroe de los pueblos Ho-Chi-Ming, estando toda aquella agresión que se expandió sobre Laos, Kampuchea, Tailandia, Birmania y demás, diseñada como parte de una ambiciosa estrategia imperial de carácter mundial de consumar un cerco y la preparación de la futura agresión contra la República Popular China con su dirigente, símbolo del marxismo-leninismo y heredero indiscutible de Lenin y Stalin, el Presidente Mao Tse Tung; decimos que aquéllos que sirvieron de apologistas de toda aquella infame actividad del imperialismo norteamericano que llamaban a una cruzada contra el peligro comunista, a cuyos militantes y simpatizantes dentro del marco de la guerra fría pintaban como monstruos con hocicos verdes y protagonistas de las peores atrocidades contra los seres humanos, la humanidad y los valores sacrosantos (según el imperialismo y la Iglesia Católica-Vaticano), del cristianismo y la cultura occidental, a raíz del despliegue de la agresión de los EE.UU. y la Unión Europea, junto al cristianismo de la Iglesia Católica y las sectas protestantes básicamente sirvientes de los EE.UU. y su extrema derecha contra el mundo árabe, so pretexto del peligro Sadam Hussein y sus supuestas armas biológicas, que en principio ellos mismos le habían suministrado, no vacilaron dos veces, se pusieron incondicionalmente como antes, si no de nuevo, puesto que desde aquel episodio conocido como la agresión norteamericana al Vietnam, jamás dejaron de ser sus mercenarios de la prensa, continuando con su papel de miserables mercenarios cuya alma estaba vendida desde entonces a los intereses del imperialismo norteamericano, dichos personajes, a los que hoy se les conoce, sarcástica e irónicamente, como los campeones o paladines de la libre expresión del pensamiento, pero esto no en reflejo de una verdadera libertad espiritual que les empuje a servir, sin importar sacrificios, la verdad, ni mucho menos los intereses de las víctimas y de los abusados, que siguen siendo aplastados y subyugados por el imperio-capitalismo mundial, sino para representar que, en su actuación como sirvientes genuflexos de las monstruosidades imperio-capitalistas, no tendrán ningún tipo de ataduras morales ni escrúpulos ni principios de índole alguna, o sea, de ningún tipo; que serán verdaderos canallas capaces de llevar a cabo las campañas más aviesas y viles, haciendo uso de todas las infamias y bajezas que son capaces de desplegar semejantes sabandijas. Así es como en nuestro país, un sujeto llamado Miguel Guerrero, que en su historial como plumífero venal, al servicio del imperialismo norteamericano y sus agencias de espionaje y desinformación, cuenta con la corresponsalía de la UPI (United Press Internacional) de los Estados Unidos, censor de órganos acomodados con la autocensura a la dictadura criminal y canalla de los 12 años del tirano alimaña Joaquín Balaguer, a lo que se ajustó como labor hecha a la misma medida de su miseria espiritual con sólo llamarle eufemísticamente “corrector de estilo”, como si acaso esto no fuese la misma labor que en un campo de concentración hitleriano desempeñara un director de cárcel y ejecutivo de un crematorio y sus salas de torturas, como tan magistralmente narra el pro-nazi-fascista Jorge Luis Borges en “El Aleph”. Si cuando el primer trágico episodio que escenificara el genocida George Bush padre contra Irak, al que bautizaron como “Guerra del Desierto”, lo que realmente no fue más que otra impune carnicería imperialista, a este Miguel Guerrero lo encontramos eufórico por la genocida labor de sus amos ahora, al momento del hijo de la bestia desplegar la nueva acción genocida para rematar y culminar lo empezado por su monstruoso padre, a nadie causó la más mínima sorpresa verlo con una agente vulgar del espionaje norteamericano CIA, FBI, etc. y del terrorismo desalmado de la gusanera cubana de Miami, la nombrada Alicia Ortega; lo encontramos y lo vimos desde los canales de un banquero vinculado a los más tenebrosos centros de la derecha dominicana y de las más deplorables actividades del contrabando internacional, así como del blanqueo de fortunas creadas por aquellos grupos en sus sucias actividades y con el Opus Dei de la Iglesia Católica-Vaticano, para la que ocupa cargos estratégicos en la logística financiera de esa institución en su labor parasitaria de estafa sistemática a los dominicanos endrogados con oscurantistas actividades supersticiosas de carácter execrable, sarcásticamente desempeñar el papel de propagandista del nuevo episodio de la masacre que en el 1991 iniciara el gángster criminal Bush padre y que ahora George W. Bush hijo continúa, para sobrepasar en la escala de la criminalidad y el asesinato masivo a todos los grandes déspotas tenidos por la historia universal como sicópatas y especimenes lombrosianos. Para este ridículo miembro de la servidumbre de esa fauna, cuya condición de imbécil y realengo viralata no le permite más que actuar con presunción al momento de la escenificación de su papel de mercenario de la desinformación y la distorsión, ya que llamarle mercenario de la pluma puede crear la falsa ilusión de que se trate de algún intelectual o de un personaje con la formación requerida para que se le considere profesional del ejercicio de la pluma, que sería en cierta connotación equivalente a ser escritor o algo por el estilo; prestarse a esa acción denigrante, que refleja con inequívoca exactitud su condición de miserable mercenario de lo peor, le resultó un acto digno ante la sentina de aguas negras que constituye la fuente del estercolero que es la función denigrante que ejerce desde ese entonces. Y así, cuando desde ciertos ángulos de la dignidad humana tanto a él -Miguel Guerrero- como a Alicia Ortega, con toda justicia y hasta con benevolencia, se les llama voceros de la masacre y el crimen de lesa humanidad que se iniciara con esa operación sobre la devastada y maltrecha Irak a consecuencia del genocidio de la Operación Guerra del Desierto y las sanciones que para su saqueo ulterior impuso la bestia triunfante desde su herramienta colonial de subyugamiento que es la ONU, ese rufián y granuja, junto a la gusanera de Miami y de la CIA y de la llamada Unión Cubano-norteamericana de los Orlando Bosh, Luis Posada Carriles y los terroristas como el fallecido Mas Canosa, no vacila ni tiene miramientos para decirse ofendido y humillado por lo que, en su arrogancia de estúpido e imbécil redomado, entiende como un acto desaprensivo por parte de sujetos y círculos que, a su entender de paladín y prohombre de su libre expresión y su libertad para no tener escrúpulos ni moral de índole alguna, y así, esos que estigmatizan, según ese espécimen, no son más que partes de los que han sido establecidos por sus amos imperiales como grupos y conglomerados de sub-humanos, entre los que están, según el diccionario de esos miserables cagatintas: los gavilleros, en sustitución de los patriotas que les enfrentaron en su intervención imperial al país nuestro del 1916 al ’24; los vietcong en lugar de la categoría de patriotas y ciudadanos que reivindicaban la independencia, soberanía y la democracia para Vietnam, tanto en su parte Sur como Norte; maquis a los luchadores de la resistencia anti-nazi en Europa; los suicidas en lugar de patriotas palestinos; terroristas e insurgentes o subversivos para Centroamérica y ahora en Irak; mártires de la resistencia al saqueo y a la barbarie de Estados Unidos y de George W. Bush y su nefasto aliado el genocida Tony Blair de Inglaterra, no, sino terroristas muertos. Así como rebeldes les denominaron a los patriotas, revolucionarios y demócratas que, en aras de la vuelta a la constitucionalidad y el logro de la libertad escenificaron la revolución de abril del 1965 y la resistencia al imperialismo yanqui y a sus lacayos y títeres invasores. Zona rebelde en lugar de Zona Constitucionalista. Pero nunca gobierno genocida de lacayos a los criminales encabezados por Imbert Barreras y Wessin y Wessin atrincherados en San Isidro que respaldaron la intervención de manera vil y abyecta a la República Dominicana. En su condición de agente y miserable mercenario de esos círculos nefastos de la banca y las actividades financieras, su papel de cagatinta y desinformador profesional, o bien, como vocero del entreguismo y depredación, ese Miguel Guerrero, después de haber sellado desde tiempo atrás su función de agente del espionaje de USIS de la Embajada yanqui en el país, lo podemos encontrar dando fe de su infértil imaginación y su indigencia creativa, cocinando programuchos de televisión con nombres plagiados, en actos típicos de quien no es capaz de tener responsablemente una personalidad propia por lo que sigue colgado del perchero de la CIA durante los tiempos de la guerra fría. Así, es creador y productor, mientras hizo de mercenario y periodista venal de Alejandro Grullón en CDN, Canal 37, del plagio “Despierta con CDN”, del que hasta las formas de las letras que componen la palabra son plagiadas del periódico “¡Despertar!”, y como Relacionador Público del primer nefasto y desgraciado desgobierno del Pálido pelegato y su Presidente, Leonel Antonio Fernández Reyna, después de saturarse protegiendo la corrupción, en aras de la impunidad, renuncia como todo el gran irresponsable que siempre ha sido, no sin antes escenificar la ridícula teoría, que es harto conocida por los peores corruptos, de que la corrupción no es sólo gubernamental sino que es común a toda la sociedad dominicana y que para combatir la administrativa en el gobierno, hay que primero erradicarla de toda la sociedad dominicana. Una vez conocida y trazada a grandes rasgos la fisonomía real de este pretendido campeón del libre pensamiento y su libre expresión y difusión, no dudamos que le resulte a Miguel Guerrero si no imposible, por lo menos bien difícil convencer a alguien que se respete y tengo un trazo de honestidad y dignidad, que él sea o tenga siquiera madera para ser un campeón, paladín o adalid de lo que es un hombre libre, puesto que las razones para salirse de sus cabales están presentes en la misma historia del caso de Irak y el genocidio desplegado por sus amos sobre los musulmanes tanto en Afganistán como en aquel país y, sobre todo, en el contenido vivo de la trayectoria espeluznante de infamias y canalladas que personifica Miguel Guerrero. Y al pretender reaccionar no puede hacer otra cosa que poner al descubierto que en realidad, además de ser un sepulcro blanqueado es, como intelectual y escritor, un fiasco, puesto que, huérfano de una cultura y un conocimiento de fondo de lo que pretende elucidar y ponderar, tiene que conformarse con batir trivialidades y superficialidades con el consabido estilo de las simplezas de los redactores de la revista Reader’s Digest, Selección de Selecciones, configurada, estructurada y redactada justamente a la medida del interés y el objetivo de los monopolios imperiales norteamericanos y la adocenada como domesticada “clase media norteamericana” si no para la burocracia de más abajo de esa sociedad imperialista, sectores éstos que encarnan lo que es una verdadera sociedad de imbéciles y borregos. Empieza su defensa de la campaña ideológica de propaganda imperialista norteamericana y mundial contra el Islam, empleando como argumentos válidos y en sustitución de una ponderación de fondo, que brilla por su ausencia, una supuesta comprensión de parte de la cultura de Occidente (e incluye en esta “cultura” la actitud de los dominicanos) ante los que practican la religión mahometana, lo que más que pretencioso resulta una bestial osadía que peca de caer en la ridiculez, para de paso cuestionar si el islamismo y lo existente en las sociedades árabes, donde predomina el mismo, puede calificarse de cultura, civilización o barbarie, cuando dice conocer el caso de que musulmanes iraníes -que son erigidos por Bush y Condolezza en verdaderos demonios, y por Miguel Guerrero, como es natural, también-, meten la mano de un adolescente acusado de ladrón bajo la rueda de un vehículo de motor como castigo, y de ahí que hacia el seno de aquellas sociedades, según éste, no quepa ni hablarse de valores culturales. Ciertamente que el caso de la supuesta foto que comprobaría la forma drástica en que unos también supuestos musulmanes castigan al niño acusado de robo, contrasta con el hecho de que ni siquiera se necesita de fotos para comprobar su carácter de hecho verídico el que tanto aquí, en Francia, Alemania, como en los Estados Unidos, lo que más abundan y predominan son los hechos de grandes robos y grandes crímenes y que todos, o casi todos, quedan realmente impunes. Tal sería el caso de todos los delitos criminales no sólo de los partidos gobernantes en el país, de Bush hijo, de Cheney, de los generales del Pentágono y los agentes monopolistas de Wall Street, como los de los sacerdotes católicos y protestantes que van desde el robo impune de la leche donada, violaciones masivas y prostitución de niños y niñas, asesinatos, robos y saqueos de los fondos públicos, de la práctica del parasitismo, etc. Y no cabe duda que razones le sobran a Miguel Guerrero para, con aquel pretexto suyo, borrar de golpe y porrazo todo criterio básico de lo que es o sería un valor cultural y como tal abordarlo. Eso más bien, lo de Miguel Guerrero, cae en el mundo y la práctica de la charlatanería y la irresponsabilidad licenciosa. Pero lo más notorio es que la airada reacción que éste exhibió fue después de recibir, según parece como envíos, artículos aparecidos en periódicos extranjeros que hacen tener la impresión de que no todo el mundo se presta para hacerle el juego a los que practican el guerrillerismo cultural contra el terrorismo, llamando así a toda resistencia a los desmanes del imperialismo, tal cual hacen Bush y sus partidarios. En dichos artículos se destacan aspectos que demuestran que en Occidente la Iglesia Católica, durante mucho tiempo, causó verdaderos desastres. Esto sin hacer mención de los hechos provocados por gobiernos católicos. Lo cierto es que Miguel Guerrero explotó y se sintió, según parece, aludido al reconocer su identificación con la estrategia yanqui, pues nadie puede desconocer que las caricaturas de marras aparecieron en Europa tras un recorrido por ésta de la repulsiva Condolezza Rice. Y que Miguel Guerrero quiso parar esa corriente empleando un muy conocido método de chantaje e intimidación. Pero no le resultó del todo, puesto que por lo menos un personaje, llamado Julio Ortega Tous, de a los que Miguel Guerrero les dirigiera su exabrupto, le salió al frente y, efectivamente, le hizo sentir el contragolpe y reculó. Y de ahí, cambiando de táctica, pasó a la estrategia vil del empleo de tres artimañas. a) Que la intolerancia ha marcado el rumbo de la humanidad, lo cual es falso, además de que esa formulación encierra y persigue el éxito de una grosera y vulgar manipulación; b) Pasar de contrabando que no es el sistema capital-imperialista-cristianismo ni la cultura occidental los que promueven este tipo de intolerancia, sino la ausencia de una supuesta actuación firme de personas a las que se ha confiado la conducción, en nuestro caso dominicano, de los destinos nacionales; y c) Exculpar a la Iglesia Católica-Vaticano y al cristianismo del despotismo y la anti-cultura del crimen, ocultando que toda la infamia aquí predominante, como en el mundo entero, tiene tanto un contenido de clase económico-social a favor de la explotación y opresión, como del reaccionarismo político, de la discriminación y las persecuciones por motivos ideológicos, políticos y sociales. Y todo eso es parte de la plataforma de vacuencias y basuras de tales especimenes, como es el caso de Miguel Guerrero, que se las dan de campeones de la libertad y de la tolerancia, la que entienden como un regalo de los suyos a los demás. Lo que sólo traduce y refleja la ignorancia y la intrínseca perversidad de este sujeto, que en unos relatos que él hiciera está patente esto último cuando describe con amargura sus contratiempos por un hermano suyo, de nombre Tilo Guerrero, que reside en los EE.UU. y que era un sacerdote del culto al dios Baco, haberse involucrado en respaldar la digna lucha contra los remanentes de la dictadura trujillista y abrir los caminos de la democracia y la libertad. Todo lo cual lo llenó de amargura y odio contra las personas a las que su hermano quiso proteger de la represión, brindándoles refugio en la casa de su padre, un energúmeno reaccionario de la peor especie. Y de ahí que, como esas personas se decían comunistas o el régimen las perseguía como tales, desde siempre, a partir de ahí, él los aborreció, igual que a la doctrina marxista. Pero su ignorancia, igual que la de Julio Ortega Tous, que tiene mucho de infamia puesto que es casi deliberada, queda reafirmada cuando pretende desconocer que el carácter fanático e irascible del Islam le viene por la raíz judaica, como se puede comprobar en los textos del Viejo Testamento, que corroboran que no se trata más que de un dios de odio, crimen, venganza y robo y que la intolerancia y el crimen por motivos religiosos y de creencias es una herencia estrictamente judeo-cristiana, pero más cristiana en todo caso que judía. Y si el ignorante presuntuoso y engreído mercenario Miguel Guerrero quisiera comprobarlo, sólo tendría que recurrir a la historia, particularmente a la Historia de la Decadencia y Caída del Imperio Romano, del autor inglés Edward Gibbon, donde describe la amplitud de los romanos para con todas las creencias de los pueblos y países sometidos al dominio de su imperio, cosa de la que no puede vanagloriarse ningún país cristiano, pues la intolerancia es uno de sus rasgos favoritos. Si a los primeros indígenas aymarás y quechúas que aprendieron a leer y a escribir los cristianos españoles les cortaron las manos y les sacaron los ojos para que ni leyeran ni escribieran, a los primeros negros que reclamaron su libertad en República Dominicana, los mandaron a freír en alquitrán y a descuartizarlos. Los de las misiones cristianas en Norte América, hablan de la monstruosa práctica de, primero, convertir a los indígenas al cristianismo, y segundo, después de cristianizados, asesinarlos en masa.
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