LEONEL-PÁLIDO CONMEMORAN DOS AÑOS GOBIERNO

Estableciendo espurio maridaje con los círculos más perversos de la reacción y el oscurantismo; instaurando el Estado de Sitio camino de la dictadura con el pretexto de enfrentar la delincuencia; y rechazando la Constituyente como fundamento de una reforma constitucional progresista e idónea

 

Lo cierto es que en dos años que lleva presidiendo su segundo gobierno, el ambiguo en todo Presidente del Poder Ejecutivo del Pálido-Pelegato, Leonel Antonio Fernández Reyna, no ha resuelto ningún asunto económico-social para la población, sino todo lo contrario.

Lo que ha hecho y augura hacer en terrenos de salud, empleo, educación, apunta a fortalecer a los ricos y a los parásitos de la Iglesia Católica-Vaticano, como a llevar hasta las fronteras del exterminio neomalthusiano a la población desposeída, empleada con sueldos de supervivencia o formando la superpoblación relativa frente a las necesidades de los monopolios imperio-capitalistas.

Y ahora no puede apelar al pretexto de la inexperiencia o de la primera vez.

Para conmemorar éste su segundo aniversario de su segunda gestión, Leonel Antonio Fernández Reyna ha hecho cuatro cosas que lo retratan de cuerpo entero en su naturaleza intrínseca de politiquero demagógico y ambicioso capaz de cualquier cosa, como que no hay crimen que no sea capaz de llevar a cabo, no importa que sea de carácter patricida o de exterminio de parte de la población.

1ro. Estableció un sucio acuerdo o maridaje espurio con los círculos del más recalcitrante espíritu explotador contra el pueblo-país dominicanos, que son apéndices directos del capital de los consorcios imperio-capitalistas de los EE.UU. y de la Unión Europea, como de la retrógrada, oscurantista y parasitaria Iglesia Católica para, en base a la más extensa y costosa campaña de soborno, chantaje y extorsión de partidos de oposición y opositores supuestos, de jueces electorales para, con la anuencia de una prensa totalmente prostituida y venal, efectuar un fraude al estilo de los dos con que Bush ha ganado en las últimas elecciones norteamericanas.

2do. Habiendo montado y secundado la campaña paranoica de que se estaba ante un desbordamiento de la delincuencia y una violencia, cuya fuente de ambas se sindican con toda claridad en esferas e instituciones de Poder del Estado o de los poderes fácticos, como la Iglesia Católica-Vaticano y el Concordato y de la prensa amarilla, que en un 90% o más es (radial, escrita y televisada) de la Iglesia Católica-Vaticano opusdeísta, concluye instaurando un Estado de Sitio, lesionando seriamente los logros del Estado de Derecho y encaminándose sin pudor, escrúpulos ni rubor, hacia la búsqueda de la implantación criminal de una dictadura tipo Trujillo, en común acuerdo con la Iglesia Católica, su Episcopado, su Arzobispado (Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez) y la Nunciatura de la rata Ratzinger.

3ro. Proclamación de una reforma constitucional en la que la meta de la Constituyente es sustituida por círculos de presión, y a la vez la pone en manos de la Iglesia Católica-Vaticano, que sería el primer blanco de un Estado de Derecho, como de toda modernización progresiva y democrática, dada la naturaleza recalcitrante, reaccionaria, retrógrada, y sobre todo parasitaria de la Iglesia Católica-Vaticano, que usufructúa los privilegios y la impunidad que emanan de un Concordato del dictador Trujillo con el Papa de Hitler, Pío XII, que es ilegítimo, inconstitucional y totalmente retardatario.

Y 4to. Efectúa pasos, como el de la realización de una Feria Ganadera y el pago de que sus cortesanos de su mismo jaez publiquen panfletos loando y ensalzando a pasados tiranos y dictadores, como Trujillo y Lilís, tal es el caso del mamarracho fílmico exhibido por su íntimo Jimmy Sierra ahora recientemente.

Si se pasa un balance objetivo y multilateral de la gestión del gobierno pelele de Leonel Antonio Fernández Reyna y de su Pálido-Pelegato, aparecerán dos resultados total y absolutamente contrapuestos y excluyentes entre sí, dependiendo de la ubicación social y de los intereses económicos que mandan en su voluntad y criterio al que juzga la situación.

Si es un apologista económico (que nada tiene que ver con la ciencia de la economía, sino con la apologética del neoliberalismo y del capital financiero y parasitario internacional), como por ejemplo el mequetrefe éste Ramón Núñez Ramírez se muestra regocijado y sobrecogido, porque según esta clase de miserables mercenarios de la propagandística venal, la estabilidad y el crecimiento aportados o logrados por el gobierno pelele y antinacional de Leonel Antonio Fernández Reyna no tienen parangón en la historia de las hazañas extraordinarias logradas en la llamada economía dominicana.

Pero si se le pregunta e indaga, en cambio, a un trabajador de Zona Franca, de las zonas hoteleras, de la construcción, del transporte, comerciante a cualquier nivel, profesional del área que fuere, ya sea medicina, derecho, ingeniería o cualquier otro, lo mismo que en el tren administrativo, de empresas privadas o del Estado, policía o militar, la apreciación de la situación económica y de lo hecho por el pelele que nos desgobierna, con su hipertrofiado tren administrativo de zánganos y botellas, es que nunca antes la vida económica había estado ni se había imaginado peor de lo que actualmente se encuentra.

Si se indaga en torno a las posibilidades de conseguir ocupación para obtener en forma segura la entrada mínima imprescindible para la supervivencia del ciudadano y de los familiares que de él dependen, si no para aportar parte del gasto familiar, los resultados no pueden ser más catastróficos ni menos dramáticos que los más trágicos y dolorosos que cada hombre o mujer del pueblo te puede comunicar en un instante en forma categórica y fulminante.

Y si abordamos si han aumentado o disminuido las posibilidades de poder conseguir con qué cubrir los gastos de los alimentos mínimos, la gente te ofrece un cuadro del que, el mejor retrato, es la imagen hambrienta atravesándole el rostro de lado a lado.

¡Ay!, si el ciudadano padece de alguna dolencia o enfermedad, que aún no siendo grave que digamos, pero que requiera de atención médica y de medicamentos, pues entonces la respuesta traduce la forma inevitable y segura en que una enfermedad curable, común y corriente, puede culminar en un mal que concluya llevando al cementerio al ciudadano, puesto que éste carece en forma absoluta de toda posibilidad y esperanza de encontrar atención y medicamentos si no posee el dinero suficiente para cubrir sus gastos imprescindibles y le sobra otro tanto para enfrentar la necesidad de medicinas o atención médica u hospitalaria.

Los padres y madres o cabezas de familia que tienen que cubrir un alquiler de vivienda de 2,000 a 4,000 pesos, cada vez encuentran mayores dificultades para poder cubrir la renta.

Los que tienen que pagar escuelas privadas de dos o tres niños además, se están volviendo locos; la desesperación y la agonía los acosa, sin ellos encontrar qué hacer o cómo resolver el trágico problema que les cae encima.

El pago del recibo mensual de energía eléctrica (o de la luz, como se dice) es un via crusis.

A los segmentos o grupos socio-económicos de la población que quedan abarcados en esta sucinta como breve descripción, cabe preguntarles: ¿Qué han visto como beneficio o aporte recibido por el llamado crecimiento económico de que se ufanan Leonel Antonio Fernández Reyna y su pelele administración?

O si de la estabilidad y confianza económicas que, como bien no pueden ocultar tales miserables plumíferos adocenados y viles, como Ramón Núñez Ramírez, reconocen que es una confianza y una estabilidad que sólo concierne y le interesa a los inversionistas internacionales pertenecientes a la oligarquía financiera mundial, que es la dueña de los bancos y de las industrias monopolistas a escala global y que controlan no sólo el mercado mundial, sino el Poder del Estado en los países como los del campo imperialista de la Unión Europea o de los Estados Unidos de América.

Precisamente aquí se crea el espacio para formular la pregunta: ¿Y qué es en realidad entonces el llamado crecimiento económico?, imperiosa interrogante que es cada vez más urgente esclarecerle al pueblo para acabar con la estafa demagógica del fatal gobierno del pelele Leonel Antonio Fernández Reyna, el que tanto bate y sobre el que tanto se cimbrea, aguajea y se ufana dicho personaje éste junto a sus contingentes de miserables mercenarios lambones y apologistas, como lo es este sujeto Ramón Núñez Ramírez, que en el colmo de la desfachatez y la depravación de uno de los del cortejo de sanguijuelas que viven del desangramiento y la miseria económica creciente del pueblo y el país, llega a decir que esos supuestos logros del actual gobierno, crecimiento, estabilidad y confianza económica (de los monopolios sobre la economía del país), hay que garantizarlos y prolongarlos cuando menos por dos años más, esto es, hasta el 2008, para luego empezar a pensar cómo lograrán los del gobierno y el Pelegato “elevar los índices sociales” y “derrotar la pobreza”.

O sea, que los pobres, que ahora mismo son casi el 85% de la gente, se sigan ahogando en sus miserias y necesidades, que el pueblo aguante hasta que la pandilla gubernamental (pues no es otra cosa que eso precisamente) se cebe y se sacie en sus apetitos y ambiciones, que entonces, dentro de dos o tres, si no cuatro o cinco años más, a su situación se le prestará atención.

¿Y qué es en realidad el llamado crecimiento económico? ¿Acaso ésta es una categoría o un fenómeno económico que en forma directa concierna a las necesidades sociales y a los problemas más urgentes de hambre, alimentación, educación, vivienda, atención médica, hospitalaria y de medicamentos para los enfermos de la población?

La respuesta es franca y categóricamente una sola, sin medias tintas ni titubeos: El crecimiento económico para países dominados y subyugados por los monopolios y consorcios propiedad del capital financiero y de la oligarquía financiera internacional o mundial, sólo representa y expresa, paradójica y sorprendentemente, el grado o nivel en que nuestro país es saqueado y explotado por parte de los monopolios extranjeros y sus formas económicas parasitarias, sin dejarle otro beneficio que la pobreza y miseria crecientes que vemos cada día que es mayor, así como todas las demás secuelas de envilecimiento y aniquilamiento del país y su población bajo todas las formas.

Sustancialmente, el crecimiento económico es un índice que viene a marcar el aumento de las transacciones en monto de dinero que esos consorcios internacionales efectúan, usando para ello el territorio, si no el nombre, de la República Dominicana.

Se compara regularmente, en el gobierno de Leonel Antonio Fernández Reyna, el monto de las transacciones esas, que hoy son hechas, con esas características, en comparación con el monto en dinero que esas transacciones alcanzaban, por ejemplo, en el 1974.

Como se puede ver, se trata de una figura económica que es prácticamente exclusiva de las actividades de los capitales monopolistas internacionales.

La verdad, la única verdad que de todo esto queda en claro y en pie es que lo del crecimiento económico en que tanto se cimbrea Leonel Antonio Fernández Reyna es solamente un engaño y una monstruosa estafa demagógica cuyas víctimas son el país y el pueblo dominicanos.

Y es por eso, precisamente, que al cumplirse ahora dos años de esta otra desastrosa gestión de Leonel Antonio Fernández Reyna, recorre de punta a cabo el país el fatídico convencimiento de que nada, absolutamente nada ha resuelto este desgobierno fantoche en beneficio del pueblo y de la nación dominicanos.

El ex-funcionario del pasado gobierno de los pepegatos y del rufián Rafael Hipólito Mejía, Carlos Despradel, al concurrir a un programa de televisión, expresó que si algo podía exhibir el actual gobierno era el adormecimiento de la opinión pública y hacerla que en forma engañosa ésta le favorezca, gracias a la gran campaña en base a mentiras y a favor de Leonel Antonio Fernández Reyna que ha desplegado la prensa amarilla como poder mediático e instrumento de lavado de cerebro del pueblo, aplicándole el viejo criterio demagógico hitleriano de: Repite una mentira cien veces y la convertirás, a los ojos de los incautos y pendejos, en una supuesta verdad.

 

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