NICOLAS DE JESUS LOPEZ RODRIGUEZ  Y SU NEGOCIO DE LA ESTAFA Y LA MENTIRA

No descartan recursos y acciones como el crimen directo, el asesinato sangriento, como la persecución, las torturas y las mentiras para lograr seguir imponiendo su odioso y divino parasitismo

“El pueblo cree ahora con la misma facilidad con que el cerdo se orina en el agua”.

Tomás Münzer, líder protestante de los campesinos,

contrario a Lutero, que era el lider de la Reforma de los ricos.

 

El nombrado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que posee el rango de príncipe dentro de la jerarquía de hechiceros-supersticiosos del negocio de la estafa, el crimen y el parasitismo no sólo sobre los hombres y sus sociedades seculares laicistas, sino sobre y a costa, además, del Estado de dichas sociedades (Iglesia Católica-cristiana), cada vez más tiene que apelar al abuso y a la arbitrariedad sobre la ciudadanía secular (esto es, conjunto de ciudadanos que nada tiene que ver con la Iglesia para desplegar sus actividades, sobre todo las de su sustento), usando para tal fin, dicho odiosísimo personaje, el atropello como su arma de convencimiento, esto es, creando un estado de miedo y terror, y no descartando de entre sus movimientos, recursos y acciones, para el logro de sus funestos objetivos, tanto el crimen directo, el asesinato sangriento, como la persecución, las torturas y las mentiras, factores éstos que facilitan en conjunto, decisivamente, conformar el cuadro completo que retrata al sujeto de marras exactamente como un ser de poco o ningún valor desde el punto de vista de la moral social que es, en último caso, el derecho mismo como ciencia y disciplina de la convivencia de la sociedad, lo que necesariamente, por fuerza de gravedad, deviene en que, personal e individualmente, quepa preguntarse, ¿y cuál es su moral personal o individual? Esta interrogante adquiere entonces un hasta tragicómico significado, puesto que el personaje en sí es, desde el punto del vista del derecho o moral social, un auténtico amoral, como lo es todo aquél cuya existencia se sustenta en el parasitismo sobre sus semejantes y con respecto a la sociedad en general.

Con relación a la escenificación de su parte de los actos de desenfreno y atropellos en contra del ciudadano periodista llamado Adolfo Salomón, hasta el punto de no detenerse ni ante la tentación de humillar al mismo Estado dominicano, y en particular tratar en forma despectiva a las FF.AA., al obligar al gorila general que ostenta, a pesar de su ineptitud, su crasa ignorancia y su analfabetismo social, por designación gubernamental, las funciones de Secretario de las FF.AA., el nombrado Aquino García, a que actuara como su mercenario o condotiero y vasallo, y desempeñara el triste y denigrante papel de manda’ero y correo de la extorsión, como un matón más a su servicio, y hacerlo enviar una infame cartucha, pues, desde el punto de vista de los derechos humanos y la dignidad del hombre ¿qué otro carácter tendría lo hecho, que no sea algo de esta naturaleza?, firmado de su puño y letra, avalándolo además con la condición de Secretario de las FF.AA. del Estado y del gobierno, solicitando, como un Pinochet o un Jhonny Abbes, apremios y represión sobre el ciudadano mencionado, cuyo delito sería haber hecho una pregunta en torno a la homosexualidad y la depravación sexual imperantes en el seno de la Iglesia Católica y del cristianismo, al momento en que tan curiosa como unilateral y superficialmente, como una cotorra repetidora, el llamado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, por su parte, desparramaba su sonsonete de que en el seno de las FF.AA. no se debían aceptar homosexuales por los riesgos que eso acarrea y las difíciles situaciones adversas a la disciplina que sería el hipotético, y no tan hipotético, caso de un matrimonio entre dos oficiales de diferentes o iguales rangos para los institutos armados y policiales; llegando incluso a que el sujeto de marras, queriendo hacerse el simpático, dijera: ¿Se imaginan ustedes (los periodistas y público presentes) un coronel casado con un teniente, lo difícil que sería manejar la situación hacia lo interno de las FF.AA.?

O sea que el sujeto príncipe de la superchería y la superstición, como de la hechicería mágico-religiosa, que ostenta el alias de rango de Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, católico-cristiano-vaticanista, sustenta la postura de tolerancia cero para la homosexualidad dentro de las FF.AA. y la P.N., como es fácil percatarse y comprobarse según sus propias palabras.

Pero sucede que en el seno de la Iglesia Católica vaticanista, más que en cualquier institución mundial, lo cual recíprocamente se refleja en cada país, es una verdadera epidemia lo de las prácticas homosexuales y del lesbianismo protagonizadas por sacerdotes y sacerdotisas o monjas entre sí y sobre una parte muy considerable de feligreses laicos, y muy particularmente contra niños y niñas, que son violados y maleados convirtiéndolos en víctimas de una degradación que deben arrastrar -como lo testimonian los números escandalosos que se siguen conociendo en la opinión pública- como su misma sombra, con la única diferencia de que nadie, o ninguna persona hoy día se asusta ni considera como una afrenta su propia sombra.

Y resulta que el sujeto llamado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, alias el Cardenal de la superchería y la hechicería catolicista cristiana, ni el actual Papa, que para no pocos es un adalid de la homosexualidad (como una gran cantidad de alemanes de Colonia, de donde él es oriundo), ni la Iglesia Católica-Vaticano, ni el Episcopado Dominicano, ni el Arzobispado de Santo Domingo, que preside precisamente nuestro dilecto príncipe, que a cada rato aparece disfrazado con las indumentarias y la parafernalia de la escenificación de sus actos de brujería llamados misas, tedeums o cosas por el estilo, ninguno, ninguno, nunca se han atrevido a enarbolar como su bandera o enseña de conducta, hacia lo interno de la  Iglesia Católica, la disposición de tolerancia cero para la homosexualidad, el lesbianismo y las otras aberraciones como la pedofilia y el sadomasoquismo; sino que, por el contrario, tanto el Papa de la CIA y de George W. Bush, reconocido entre los mismos disidentes del clero católico-vaticanista como la rata Ratzinger, como el mismo sujeto despreciable Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez y todas las instancias obispales y arzobispales, han sido activamente militantes (valga la pertinente redundancia ésta de tan alta significación) para rechazar la propuesta que formulara el Episcopado norteamericano del Estado de Boston, ante la incontenible epidemia de homosexualidad y depravación sexual que impera en el seno de la Iglesia Católica, lo que la tiene al borde de la quiebra financiera sólo por las multas, indemnizaciones y compensaciones monetarias que dicha Iglesia Católica tiene que pagar para acallar escándalos y evitar el deterioro, por su condición de sepulcro blanqueado, de la Iglesia Católica-Vaticano.

Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez sabía de antemano que Domingo Bermúdez, hijo de Popy Bermúdez, accedería a violar los derechos y a perseguir a Adolfo Salomón, y que quedaría embarrado, como ha quedado, con ñeca hasta la cabeza, el infeliz Secretario de las FF.AA., al desempeñar la denigrante como infame función de condotiero y chivato que diligencia apremios, o sea, castigos, en la empresa que laboraba Adolfo Salomón, que es Color Visión, canal 9 de televisión, propiedad de la corrupta y parasitaria familia Bermúdez, cuyas dos cabezas principales, Popy y Carlucho Bermúdez, son reconocidos miembros del submundo del fandango, lo cual viene desde generaciones anteriores y que gozan desde siempre de la bendición sacrosanta de la Iglesia Católica y su jerarquía. La historia registra que cuando estos dos cabecillas se pelearon, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez y el Episcopado en conjunto designaron al banquero de Jesucristo, Agripino Núñez, como el encargado de su reconciliación, pues la Iglesia Católica no podía permitir la división en una tan catolicísima familia, igual que como sucedió con la otra familia licorera, que juntas cargan encima con la infamia de haber convertido en adictos al alcohol, y alcoholizados por lo tanto, a más del 50% de los cabezas de familias dominicanos, además de la labor del vil mercenario, el renegado traidor revisionista Negro Antonio Veras, como el abogado de una de las partes para llegar al acuerdo conciliatorio.

El tal Domingo Bermúdez es un Bermúdez pues, de pies a cabeza, y como tal ha actuado, y es por la misma razón que tiene a los de la pajarera de César Medina con el control absoluto de la prensa de esa planta de televisión.

El pelele director de prensa del canal 9 de televisión, debe recordarse que no quiso siquiera opinar sobre la deshonrosa cancelación del informador Adolfo Salomón, que tenía a su vez una relativa participación en la pajarera de César Medina, el ornitólogo, junto con quien trabaja Geomar García, de quien Rafael Hipólito Mejía, y no en forma de relajo, sino con insistencia, decía que se trataba de un gay, y los que lo conocemos en sus andanzas desde el barrio de Villa María y lo que allí hacía, desde hace 20 años atrás, entendíamos que Rafael Hipólito Mejía sabía de lo que estaba hablando.

Geomar García, igual que Carlos Alfredo Fatule Chaín (el ex-esposo de una presentadora de televisión), no pierden oportunidad de actuar urdiendo intrigas y calumnias, como parte de su trabajo infame de informante -Geomar García- de los servicios secretos y del DNI, como se recordará que apareció junto al mismo César Medina denunciando, durante el gobierno de Rafael Hipólito Mejía, el lugar donde residía el dirigente principal de nuestro Partido Comunista (PACOREDO), Luis Montás.

Carlos Alfredo Fatule Chaín, que llenó de oprobio a la familia del honrado ingeniero Manolín Báez, hundiendo en la vergüenza por sus miserias humanas y su degradación gay a aquél que conocimos mientras se hospedaba en la casa de Pilar Constanzo, no es extaño que lo encontremos haciendo campañitas de bajezas e insinuaciones anti-pacoredo desde Color Visión, canal 9 de televisión. Carlos Alfredo Fatule Chaín debe saber una cosa, y es que, sólo personajes que cargan los baldones más vergonzosos a cuestas, por sus miserias de degeneración, se prestan a tan deleznable labor. ¡¡La pobre Tania!!

Precisamente, las palabras con que el director de prensa del canal 9 de televisión (Color Visión) contestó las preguntas respecto a la violación de la libertad de prensa efectuada con la cancelación de Adolfo Salomón, fueron más o menos las siguientes: Con el tiempo se conocerán las causas de su cancelación.

Por el programa del ornitólogo y su pajarera se oyó al estulto hechicero, que ni siquiera en su orfandad de moral social se avergüenza de su condición de parásito, afirmar que: “”Adolfo Salomón busque que Jorge Mora (el director de nuestro órgano ¡Despertar!) le dé empleo” y casi inmediatamente Geomar García se las arregla para que en la letrina “Hoy”, que es del clan Corripio Opus Dei, aparezcan una mentirosas e hipócritas palabras del desequilibrado hechicero (al que, al parecer, el contacto con tantas fantasiosas mitológicas supersticiones han tostado prematuramente las pocas neuronas cerebrales que poseía), que es Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, donde éste supuestamente afirma que él no era partidario de que Adolfo Salomón fuera cancelado, como lo hiciera Domingo Bermúdez, por instancias del Secretario actual de las FF.AA., Aquino García, recreando así en su actividad de caliesaje su herencia familiar como serpiente de 7 cabezas.

En verdad eso es una patraña de amarillismo periodístico de la prensa comercial y venal como “Hoy” del Opus Dei para tratar de mediatizar el significado de lo dicho por el sujeto llamado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que no es otro que, efectivamente, la Iglesia Católica, con el Concordato y el Vicariato Castrense, así como con el Patronato Nacional San Rafael, es responsable estelar de todas y cada una de las campañas criminales contra los derechos humanos y las libertades democráticas, que así como la dictadura de Trujillo fue ante todo una dictadura de la Iglesia Católica y sus apetitos desaforados por las riquezas materiales y el crimen, el carácter entreguista y títere de todos y cada uno de los gobiernos reaccionarios y lacayos que le siguieran, sobre todo los 12 años de Balaguer, así como los del PRD y del Pálido han tenido el mismo sello y el mismo leit motiv siniestro de la Iglesia Católica-Vaticano, en su condición de la peor institución retardataria y la más salvajemente parasitaria y vividora a costillas del pueblo, de la sociedad y del Estado.

El periodista Adolfo Salomón, tal vez por su independencia de criterio, acuñado por él individualmente, en lo que no descartamos la intervención positiva del peso bienhechor de su padre, que fuera un técnico obrero de la Alcoa, oriundo de Samaná, como tampoco el poder siniestro de la perversidad de quienes, simulándole amistad, se habrían prestado para colocarlo en el centro de una podrida intriga, ha querido ser presentado como un hombre de nuestro Partido Comunista (PACOREDO), que se dedicó ante el repugnante personaje Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, a cumplir una labor de provocación previamente acordada, todo lo cual es falso de pies a cabeza, y que para que no haya confusión ni manipulación, así lo damos a conocer. Al padre suyo, de Adolfo Salomón, sí que lo conocimos, siendo un hombre de avanzada edad, que se distinguía por su alta compostura y respeto por todos los demás.

Ahora bien, sentados todos estos elementos y detallados estos pormenores, se pueden empezar a conocer muchos de los detalles que se han puesto en juego en la acción contra el señor Adolfo Salomón, parar perpetrar esta grosera acción violatoria de la libertad de información, de la libertad de prensa, del ejercicio del periodismo y de la libertad de pensamiento, demostrando que la Iglesia Católica jamás podrá borrar de su línea de conducta el espíritu persecutor del esclavismo y la opresión, que se sintetizan en su genocidio de la Inquisición y toda su larga historia criminal, que data de los días del primer Papa, Calixto I, homosexual, delincuente y asesino, del harén de 300 hombres y 300 mujeres del último emperador antonino, Cómodo, muerto por envenenamiento y ahorcamiento perpetrado por Marcia, la amante número uno del harén femenino de Cómodo, y Calixto, amante homosexual del mismo Cómodo, comprado en pública subasta, tras haber estafado a su primer dueño y amante, un miembro de la nobleza romana.

Indudablemente que al Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez le venían dando mente en torno a Adolfo Salomón, distorsionándole su imagen de lo que en realidad es este periodista, y dándole a entender que el mismo tenía vinculación con nuestro Partido, que como todo el mundo sabe mantiene una enaltecedora campaña para la eliminación del Concordato, por un Estado laico, totalmente separado de la Iglesia Católica y de cualquier otra iglesia religiosa, así como para que se ponga fin al financiamiento estatal del parasitismo de la Iglesia Católica y al usurpación e injerencia de ésta de la soberanía estatal.

Eso puede terminar explicando el exabrupto del personaje éste, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que, no hay duda, se encuentra siendo objeto de un acelerado proceso arteriosclerótico, que le ha socavado los recursos limitados que distinguen a todo enajenado y fanático religioso alienado, como lo es Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que siente que se vuelve movediza e insegura la tierra con los aires y corrientes de modernidad, como sinónimo de laicismo, que imperan y marcan el compás de la historia en la actualidad.

Este sujeto ha vivido una existencia no sólo enajenante y alienadora, marcada por el oscurantismo y las fantasías mágico-religiosas, sino nutrida básicamente en el parasitismo, todo lo que ha resultado siendo objeto de un cuestionamiento cada vez más profundo y extenso, tal cual terminó reconociéndolo el mismo Nuncio Papal, el nombrado agente de la mafia norteamericana siciliana, Thimoty Broglio, quien hace poco reconoció públicamente la merma de credibilidad y feligresía que afectaba con dramático carácter de gravedad a la Iglesia Católica en el país.

Pero igual que toda la Iglesia Católica, sus obispos, cardenales, monseñores, sacerdotes y monjas, él, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, ha vivido en la mentira y de ésta, con la cual ha estafado secularmente al pueblo y al país, llegando a abusar de todos los dominicanos y de la nación dominicana.

Este problema de la mentira de los prelados católicos y de la Iglesia Católica es un asunto que perfectamente cabe colocar como la piedra angular de la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo en general.

Fue en razón de esto que Fedor Dostoievsky, burlándose, con su genialidad característica, de la Iglesia Católica y de los jesuitas afirmaba: “El jesuita miente, y está convencido de que mentir por un buen fin es bueno y útil”. Y agrega: “Encomian que cada quien actúe según sus convicciones, es decir: miente y esto es malo, pero ya que miente por convicción, es bueno y no malo. Por lo tanto, mentir es bueno por un lado, y malo por el otro. Para los católicos y sus cabecillas, que son los jesuitas, todo esto es un prodigio, es sencillamente y en una palabra: Maravilloso”.

Así, el Cardenal es un mentiroso enfermizo y patológico, que siempre ha mentido y vive mintiendo, como vive de la mentira.

En una ocasión, sin sonrojarse, dijo que nunca había violado el juramento del celibato. Que no había nacido la que, o el que, le hiciera caer.

Sin embargo, aquí todo el mundo sabe que nuestro distinguidísimo y excelentísimo Cardenal, sólo cabe ser definido como un depredador sexual, que debería, además, dar cuenta de por qué se suicidó el comerciante Juan Mallol, ¿si acaso no fue por encontrarlo en pleno coito carnal con la que en ese entonces era formalmente su esposa?

Al Cardenal no se le ha dicho que, con estos ojos que la tierra se ha de tragar, lo vimos con frecuencia llegar a una casa de Arroyo Hondo, flores en manos, finamente acicalado, radiante de aromas de perfumes y afeites, tocar la puerta, la que, al abrirse, deja al descubierto a una hermosísima mujer a lo Sofía Loren (la diva italiana), a la que, sin mediar palabras, tomaba por la cintura y besaba apasionadamente en la boca.

Más aún, ahí está exhibiéndose un personaje que es exactamente su reproducción en grosería y brutalidad, como en su físico, lo cual nos lo corroboran aún más las fotos que aparecen en libro de reciente publicación: “Mi Vida Pastoral”, pero que no lleva su apellido ni el de su madre, sino el de otro personaje, que está inscrito en la lista de los gays reconocidos.

Balaguer, el tirano alimaña, en una ocasión insinuó que el sujeto éste era especie de otro Fernando Arturo de Meriño, aquel obispo que se conocía por su falta de compostura, sus permanentes borracheras y, entre otras miserias humanas de las que era arquetipo portador, gustaba de hacer parir de sus empujes masculinos a beatas monjas de la oligarquía española del país. Pero Fernando Arturo de Meriño no era irresponsable, como el Cardenal éste actual, ya que, aún consciente de que por la aberración del sacerdocio se había reducido a un bastardo que no podía trasmitir su apellido, sin embargo, a sus vástagos, nacidos en la bastardía, trataba de compensarlos actuando como un padre para ellos: el doctor Fernando Defilló, Arturo Logroño, Manuel Arturo Peña Batlle y tantos otros. Pero el Cardenal de hoy no. Mentiroso como el peor de los curas, permite que sus hijos asuman un apellido en primera instancia que no les corresponde y dejen el de la madre en segunda instancia.

Este sujeto es un mentiroso y fanfarrón. Es la comprobación viva de lo que, reiteramos, con genialidad insuperable, afirma Fedor Dostoievsky, de los curas y jesuitas.

-Continuaremos sin falta-

 

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