DEMOSTRADA PARTICIPACION GOBIERNISTAS EN ACTOS TERRORISTAS CONTRA EL MOVIMIENTO DE PROTESTA

La represión que despliega el gobierno de Leonel Fernández-Pálido no detendrá el empuje popular por su derecho a la vida y, que recuerde: los muertos de sus desgobiernos se están contando

 

Con el comunicado hecho público durante el día 16 de marzo y aparecido el sábado 17 firmado por el reconocido ultraderechista y de los tenebrosos círculos de las cavernas Luis Manuel Bonetti (heredero de los bienes y riquezas que sus padres usurparon al Estado dominicano), queda en claro que fue del mismo Palacio Nacional, a través de este personaje, junto a Ignacio Ditrén y Diandino Peña de donde provino el plan siniestro de propiciar actos de terrorismo y sabotaje, como el incendio fatal del vehículo público en el que resultaron 7 ciudadanos severamente quemados y lesionados. Así, queda descartado que fuera de la Coordinadora de los sindicatos del transporte CONSETRAN de donde provinieron los atentados terroristas, por los que ni Fenatrano ni ningún otro sindicato del transporte son los responsables de esos lamentables sucesos por los que ahora el gobierno y sus cancerberos pretenden desplegar en su contra una criminal cruzada persecutoria y represiva.

El comunicado, del que da cuenta la prensa amarilla adicta y sumisa al gobierno anti-popular y anti-nacional de Leonel Antonio Fernández Reyna y su Pálido-Pelegato, es otro peldaño más de la escalera de represión y constreñimiento de los derechos democráticos y violación de los derechos humanos que vienen perpetrando el imperialismo norteamericano, la Iglesia Católica-Vaticano y sus mecanismos coercitivos, y puede afirmarse que las medidas de contingencia o Estado de Sitio fueron el segundo paso en esa escalada en busca de crédito represivo reaccionario, cuyo primero sería la Operación Centella, como tan sinceramente lo reconoció su creador, el llamado José Miguel Soto (o Trujillo) Jiménez al momento de hacerse público el Estado de Sitio decretado por Leonel Antonio Fernández Reyna.

Se trata, según dijera Luis Manuel Bonetti, el Secretario del Poder Ejecutivo, esto es, del presidente Leonel Antonio Fernández Reyna, del Plan de Contingencia Hurón I (¡Y dale que les gusta lo de las aves de rapiña y animales carnívoros carniceros depredadores!, como lo del proyecto turístico-hotelero, a costa de apropiarse de las tierras del Estado en Constanza, el que se llama Guaraguao Resort).

Mediante esta operación llamada Plan de Contingencia Hurón I, todos los cuerpos de las FF.AA. de tierra, mar y aire, así como su personal profesional médico y para-médico, su cuerpo de zapadores, lo mismo que sus respectivos aparatos de espionaje y conspiración junto a la P.N., a igual nivel e intensidad, coordinarán su capacidad coercitiva y represiva para contrarrestar los paros y huelgas de los sindicatos y empresarios del transporte de pasajeros, urbanos, interurbanos e interprovinciales a nivel de todo el territorio nacional, lo mismo que contra los médicos del Colegio Médico Dominicano (CMD) y contra las enfermeras y, otro tanto, para todo tipo de protestas y reclamos populares que demandan sus reivindicaciones conculcadas y sus derechos democráticos como la libertad de expresión y creencias.

No cabe duda de que lo sucedido en el Seguro Social, donde el socio y pariente, además de íntimo del señor Presidente Leonel Antonio Fernández Reyna, Sabino Báez (el desastroso y nada honesto, pero exageradamente desaprensivo ex-Secretario de Salud Pública y amigo de los fondos del Estado con fines personales, desde donde nada hiciera a favor del país ni del pueblo, pero sí exageradamente activo para regalarle a los capitalistas parasitarios y a la Iglesia Católica-Vaticano 43 millones de dólares para su negocio privado, el Hospital Metropolitano -Home-), dispusiera quitarle un mes del disfrute de sueldo al médico Director del Departamento de Otorrinolaringología del Hospital del Seguro Social, que es el Salvador Gautier, a la vez que, como un Macabón o un capataz criminal de un campo de concentración, ordenaba la prohibición absoluta de que los médicos hicieran públicas las carencias y necesidades de dicho hospital, viene a demostrar que el gobierno, y personalmente Leonel Antonio Fernández Reyna, está optando por la represión y la violación, a un nivel máximo, de todas las libertades públicas y derechos democráticos, violando del mismo modo, a un mayor grado, la Constitución vigente.

¡La legalidad y la democracia están asfixiando y ahogando a los farsantes y demagogos políticos, a la vez que lacayos sumisos y serviles entreguistas!

Pero debemos advertir o llamar la atención del gobierno y de su Presidente, que es el único que decide, aunque lo haga muchas veces a escondidas y subrepticiamente, que cometerá el más grande y grave error de su accidentada carrera política, tan caracterizada por los cambios bruscos de hasta 180 grados y por la incongruencia entre sus palabras y la realidad (un elemento clave de las mentiras y engaños) si se deja seducir por los cantos de sirena de la cueva de miserables mercenarios y viles plumíferos de César Medina y su cuadrilla de turiferarios y facinerosos de la pluma y el negocio de la desinformación, compuestos por el andrógino Pablo McKinney, el Cristian -Dior- Jiménez, el típico producto de la sórdida vida de Villa María Geomar García, el incalificable Luisín Mejía, que cada día se torna más sociópata, y la mariposita Zoila Luna (La Pirindinga), una pajarita que, como un murciélago, responde a las humedades de las más lúgubres cavernas de la derecha.

Debe saber Leonel Antonio Fernández Reyna que los sociópatas, una vez que se inician en la actividad del derramamiento de sangre, no pueden dejar de hacerlo, y se tornan peores que los leones cebados, esto es, se llama así a los que están habituados a matar a seres humanos y llegan a un punto o extremo tal, que a cada momento en que el hambre les ataca, buscan una nueva vida humana que cercenar.

César Medina, la experiencia, a la luz de la lógica, enseña que está iniciado en eso de coordinar acciones execrables con escuadrones de incontrolables, como es evidente que aconteció con aquel periodista asesinado durante los años de la dictadura del tirano alimaña en la calle Mercedes. Desde entonces está la interrogante de: ¿En cuántos otros hechos como éste tiene parte en su haber?

El señor Presidente debe saber que los muertos habidos en sus dos gobiernos se están contando, puesto que la vida, ante todo, de los ciudadanos, es una responsabilidad prioritaria de los gobernantes. Y son muchos, demasiados en verdad, los ciudadanos muertos, tanto del ’96 al 2000, como los del 2004 a la fecha, y a los que hay que agregar los que cayeron y se sumaron a raíz de la acción de los mecanismos de muerte que, en el 2000, su administración, al finalizar, dejó montados.

Sorprendentemente, los muertos de Leonel Antonio Fernández Reyna sobrepasan a todos los que, dentro de este mismo parámetro, se le calculan, justamente, al tirano alimaña Joaquín Balaguer Ricardo.

Pero si Leonel Antonio Fernández Reyna presta oídos a las criminales instigaciones del cabecilla de los turiferarios y facinerosos de la pluma al servicio de su gobierno, que es el perverso y repugnante hasta en su figura, gestos y manejos César Medina, con su coro repulsivo, el punto de referencia para comparar a Leonel Antonio Fernández Reyna, en sus escabechinas humanas a las que cada vez parece más adicto, no podrá ser el carnicero Balaguer, sino que el punto de referencia para ser comparado Leonel Antonio Fernández Reyna, en su papel criminal de la gatica de María Ramos, serán Pinochet de Chile y Videla de Argentina.

 

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