La reelección causó el desbordamiento del circulante para la corrupción y soborno del fraude electoral comprando las escorias realengas del perrodé de Peña Gómez los desechos del tirano alimaña y en especial a la perversa parásita e insaciable Iglesia Católica

Luego de la farsa electoral llegó la hora de represar el dinero circulante acarreando el constreñimiento de la capacidad de las masas del pueblo para afrontar sus necesidades más perentorias

10-07-2008

 

La gente común y corriente que no está en capacidad de entender las teorías financieras con que se ventilan las controversias en torno a la existencia o no de una crisis de la actual política monetaria, cuyo núcleo es la restricción sistemática de la masa de circulante, o masas de pesos dominicanos al mercado, con tal de mantener al nivel actual la tasa de cambio entre el dólar y el peso, sí percibe, esa gente común y corriente, por el hecho de que la afecta directamente en su desenvolvimiento y en su capacidad para obtener el dinero -en pesos dominicanos casi siempre- para lograr satisfacer sus necesidades de vida, que ciertamente la situación se le ha tornado mucho más dura y difícil.

Lo que es un hecho es que para el actual disoluto y nada escrupuloso presidente del desgobierno que nos descarría, alcanzar imponer a rajatabla su reelección por medio del fraude electoral y con el montaje de una farsa electoral, tuvo que soltar las presas contenedoras del caudal de la masa de pesos dominicanos y hacer así correr a grandes caudales torrentes de muchísimos millones y millones de pesos destinados a financiar su fraude y farsa electorales, a silenciar voces venales y mercenarias, como las de la prensa amarilla “Listín Diario”, “El Caribe”, “Hoy”, “El Nacional”, etc., al igual que a los insaciables parásitos de apetito voraz de la Iglesia Católica-Vaticano, como a liberar, dándoles para cubrir el monto de sus deudas millonarias a crápulas reclutados por el extinto Peña Gómez bajo su asquerosa divisa, que da cuenta de su real catadura espuria, de que la política es para hacerse y escalar posiciones económicas y sociales, como ilustran los casos de tantos politiqueros fracasados, entre los que se destacan las sabandijas reformistas, como esos sujetos tipo Johnny Ventura, Vickiana e infinidad de gentuzas, en una palabra, el disoluto e inescrupuloso presidentucho, desnudándose de cuerpo entero, no tuvo empacho en destronar al candidato de la oposición, Miguel Vargas Maldonado, de quien se decía que sólo conocía el poder del dinero para alcanzar los objetivos propuestos, y al final Miguel Vargas Maldonado perdió el título de Miguelito a papeletazos limpios, y desde entonces ese liderazgo ha pasado a ostenarlo el disoluto Leonel Antonio Fernández Reyna, quien es Leonel a papeletazos limpios.

Así, una vez pasado el proceso reeleccionista, la única manera de tratar de recoger las aguas desbordadas era procediendo a una mayor reducción de la masa monetaria circulante de pesos dominicanos para mantenerle la camisa de fuerza a la tasa cambiaria del peso en relación al dólar y el euro, e impedir que dicha tasa de cambio creciera, pasando de hecho de los 40 x 1, que es a donde, de un momento a otro la encontraremos, para empezar una escalada de aumento de dicha tasa que, en medio del deterioro acelerado de las posibilidades de maniobras del gobierno y de los círculos económicos financieros que viven su período de las vacas gordas, ha de contar con la crisis de los combustibles y la generación de energía eléctrica, sin lo que no funciona ni éste ni ningún modelo económico, sobre todo neoliberal capitalista.

Se ha producido una desmonetización de pesos dominicanos que inicialmente alcanzó los niveles de los 300 millones de dólares, y que hoy se dice que se ha engullido las reservas en dólares del Banco Central por los niveles de otros 500 millones, que sacan cerca de 18 mil millones de pesos dominicanos de circulación, y la política monetaria gubernamental ha soltado el interés o la tasa de interés en los préstamos, que en los primeros seis meses del actual año había crecido hasta 13.77%, tasa de interés que se ha comprobado se ha disparado con 600 puntos básicos más, para llevarla a una tasa de interés por préstamos de un 20%.

Pero hay que observar que mientras el gobierno del disoluto desgobernante, con el respaldo de los exportadores -sector del capital financiero-, defiende todo lo que ha seguido haciendo, por el otro lado, los importadores y los hoteleros turísticos se radicalizan en una posición contraria, demandando que se ponga fin a tan exagerada política económica monetaria de reducción del circulante en pesos, pues esto conduce a una restricción inevitable de las actividades de compra y venta, y prácticamente se lleva a la población a hibernar y a sobrevivir en medio de un estado insoportable de enquistamiento prolongado.

Para el Banco Central, que está bajo el control absoluto de los intereses espurios del disoluto e inescrupuloso que nos desgobierna, las cosas andan a pedir de boca y mejor de aquí no podían estar; en lo que respecta a la población, se han reducido tanto las posibilidades de conseguir los pesos, como con el hecho de que, cuando logran a duras penas conseguirlos y concurren al mercado en procura de adquirir los productos para la satisfacción de sus necesidades imprescindibles e impostergables, éstos han aumentado en forma drástica sus precios y de hecho el poder adquisitivo del peso ha disminuido, con lo que cada día pueden menos satisfacer las necesidades suyas y las de sus hijos y demás familiares que del que trabaja en la casa dependen.

Ni hay manera de que el gobierno y las autoridades del Banco Central y del seno del desgobierno del disoluto desgobernante quieran ver cara a cara la realidad y la única verdad, que es solo una, y que es mentira que cada quien tiene la suya, y esta verdad, expresión reflejo de la realidad, es que la población se está quedando cada vez más sin espacio ni posibilidades, bajo el dominio del imperialismo y el parasitismo vividor de la Iglesia Católica para lograr alcanzar hasta en los mínimos niveles inferiores la supervivencia por medios normales.

El Banco Central y su jefe, que es el disoluto desgobernante pálido-pelegato, lacayo genuflexo y servil del imperialismo y de la Iglesia Católica, no lo van a aceptar, pero de que han fracasado, han fracasado, y todavía falta lo peor, con su cantidad infinita de capítulos diversos.

 

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