El disoluto Leonel… Reyna y sus sicarios en el Banco Central estrangulan la economía nacional y popular, reduciendo la actividad productiva y el consumo de los de abajo al mínimo sacando de las calles el circulante

14-07-2008

 

En la apología llevada a cabo por los sicarios financieros del desgobierno del disoluto desgobernante Leonel Antonio desde el Banco Central a la política económico-financiera desplegada durante los últimos años, y en particular desde la farsa electoral del 16 de mayo hasta la fecha, como hemos resaltado, ni siquiera se mencionan indicios de crecimiento de actividades productivas o de intercambios de compra, venta, consumo y circulación en el seno de la población, lo que bien perfectamente podrían, si ese fuese el caso, dar cifras de aumentos en la compra y venta de carne de pollo, de cerdo o de vaca.

Los sicarios del Banco Central, que cuando desmonetizan, por ejemplo, el equivalente a 100 millones de dólares, que resulta igual a 3,400 millones de pesos de los circulantes, saben que provocan una reducción de estos 3,400 millones de los que circulan en el mercado interno y las actividades productivas y comerciales en la sociedad, y saben que ello equivale a sacarle agua al charco donde y del que viven los peces, por lo que a éstos se les hará más difícil la supervivencia, quieren simular que eso equivale a favorecer las condiciones de vida de los peces. Pero ello resulta imposible de demostrar como cierto.

La realidad, que es la fuente de lo verdadero, y la vía para descartar lo falso y la mentira, da cuenta de que la gente ha reducido en forma drástica el nivel de compra de lo poco que adquiría como su fuente de proteína animal, esto es, de carne, de pollo, cerdo y vaca, principalmente.

Otro tanto ocurre con la compra de los comestibles de otra índole como víveres, arroz y granos.

Los productores de empanadas y yaniqueques de gran demanda han visto bajar sus ventas en un 75%; así, los que en sus pequeños puestos vendían 1,000 pesos por día, desde hace 30 días apenas llegan a vender 250 pesos por día.

Los vendedores de productos agrícolas que le compran a los camiones que los compran y transportan desde el interior, nos dicen que si anteriormente, con pequeñito capital de trabajo de unos 5 mil pesos, éste se reciclaba en cosa de 48 horas, resulta que ahora logran reciclarlo en el curso de los cinco días laborales de la semana y la mañana del sábado, lo que sirve para ilustrar de manera bien gráfica y a nivel de la gente de abajo, cómo ha decaído la velocidad o la rapidez con que se repiten las transacciones de alimentos de primera necesidad.

Y es por ello que esa defensa de la política económica de constreñimiento del circulante del desgobierno de Leonel Antonio, aplicada por sus sicarios financieros del Banco Central, llevado de paso a la quiebra, no menciona la situación que recae sobre la población con su política de reducción del circulante. Es que la pura verdad es demasiado dura, y ésta dice que la población está próxima a un proceso de casi morir por inanición.

 

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