TRUJILLISTA JOSE JOAQUIN PEREZ SAVIÑON DEL INSTITUTO DUARTIANO Evita mencionar la Constitución de la República para abanderarse de las monsergas del cretinismo de la hechicería católico-cristiana de las llamadas “buenas costumbres” 17-07-2009
El Presidente del llamado Instituto Duartiano, el trujillista convicto y confeso, José Joaquín Pérez Saviñón, consideró que para alcanzar la Patria que quiso el invento sincrético de la Iglesia Católica-Vaticano al que llaman Juan Pablo Duarte, supuesto Padre de la Patria, se debe sancionar ejemplarmente a los que denomina “malos dominicanos” que se apartan de la ley y las buenas costumbres. Esas declaraciones, emitidas el día 16 de julio para quien, al parecer, dada su colaboración directa con la sangrienta tiranía de Trujillo, el ejemplo de “buenos dominicanos”, no corruptos, vendría a ser el de los funcionarios trujillistas de esa dictadura de la Iglesia Católica-Vaticano y aquel sátrapa que fuera descrito con precisión exacta por el libre pensador dominicano Corpito Pérez Cabral como el “ladrón de San Cristóbal”, resultan reveladoras, cuando este farsante de Pérez Saviñón insiste en que los “malos dominicanos” y los corruptos son los que “se apartan de la ley y las buenas costumbres”. Primero, porque llama la atención que, siendo la Constitución la ley de leyes, de manera expresa evite mencionarla, mientras, en cambio, insiste en “el apego a las leyes y las buenas costumbres”, porque, efectivamente, y esto sería lo segundo, las leyes pueden ser, y de hecho son, manipuladas, cosa que no es tan fácil de hacer en el caso de la Constitución, por ejemplo, por organismos estatales narigoneados por la Iglesia Católica-Vaticano, como es el caso de la Suprema Corte de Justicia usurpada por Jorge Subero Isa y su jauría de cínicos, que son capaces de atreverse a producir las coartadas para que la organización mafiosa, cartel internacional, que es la Iglesia Católica-Vaticano (que encarna y es la beneficiaria directa del monumento insuperable de corrupción que es el Concordato, junto a sus aditamentos el Vicariato Castrense y el Patronato Nacional San Rafael), quede como una institución “apegada a la ley y las buenas costumbres”, no así a la Constitución. Y, en efecto, esa Suprema Corte de Justicia usurpada y por ello ilegal, ilegítima e inconstitucional, haciendo a un lado el derecho civil y adoptando en su lugar el llamado derecho canónico de la Iglesia Católica-Vaticano, declaró como legítimo, legal y constitucional el Concordato, de manera que el saqueo parasitario masivo y total del Estado dominicano como de la nación dominicana así como su injerencia, que se lleva a cabo amparándose en el Concordato, queden como “apegados a la ley y las buenas costumbres” a pesar de que son los hechos los que demuestran que tanto el parasitismo como el vividorismo de la Iglesia Católica-Vaticano constituyen los actos de corrupción supremos en este país, de donde provienen y se amparan todos los demás. Así mismo, en el acto celebrado en esa fecha para dizque conmemorar los 171 años de la llamada Sociedad La Trinitaria, invento creado por el perverso, borrachón y violador de jamonas de la oligarquía, Fernando Arturo Meriño, alias obispo, invento hecho, incluso, después de la muerte del Duarte histórico, personaje de donde parte el sincretismo llamado Juan Pablo Duarte, supuesto Padre de la Patria, el tal Pérez Saviñón pidió castigo para los que “no acatan el ejemplo de honestidad de Duarte”. Y uno se pregunta: ¿A qué Duarte se refiere? ¿Al personaje histórico que tuvo que salir huyendo para no ser fusilado por los patriotas restauradores que le pedían rendición de cuentas ante sus traiciones (igual que Pepillo Salcedo), en contra de la nación dominicana y a favor de los españoles invasores, o al Duarte sincrético inventado por la Iglesia Católica-Vaticano, que todo lo que hace es para justificar su parasitismo y vividorismo de los pueblos y naciones, expresiones de la más grande forma de corrupción?
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