SINDROME LEONELETIS

Represión anti-popular contra las protestas populares como el paro de Bonao es la aplicación de los métodos criminales que el disoluto Leonel Antonio Reyna acaba de importar aprendidos del genocida nazi-fascista Netanyahu de Israel

21-07-2009

 

La respuesta que el gobierno pálido-pelegato ha configurado respecto a la creciente ola de protestas populares, provinciales y comunitarias, a juzgar por la opinión del Presidente del Poder Ejecutivo de que las denuncias y campañas sobre la corrupción, que campea por sus fueros, obedecen a fines conspirativos buscando ambientar para un Golpe de Estado, y por las acciones prácticas de franco corte represivo-criminal escenificadas por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, que patrullan en conjunto la Ciudad de Bonao, donde se ha declarado un paro cívico por dos días, a partir del martes 21 de Julio, parece que dicha respuesta obedece a que, de regreso de la visita que hiciere el incumbente del Poder Ejecutivo al Estado criminal y terrorista de Israel, donde declaró que el objetivo de su visita era ver y aprender cómo Netanyahu, el ultra-fascista judío, ejercía su gobierno para, de regreso, venir a implantarlo aquí en República Dominicana, y ya lo estamos viendo que nuestro sub-formado e informado gobernante ha venido transformado en un nuevo espécimen sionista terrorista recalcitrante, que corresponde al nombre de leoneletis.

En la Ciudad de Bonao, ya en el primer día del paro hay por lo menos un joven valioso asesinado, llamado Gregorio Santos Hernández, de un disparo de arma larga en pleno pecho, lo que indica que fue expresamente con carácter criminal, así como dos periodistas heridos por disparos hechos con fines criminales de parte de las patrullas mixtas de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.

La campaña represiva de carácter criminal y asesino parece haber sido ordenada por el incumbente del Poder Ejecutivo, ahora subyugado por el mal ejemplo de los gorilas hondureños, con lo que vuelve a dar pruebas inequívocas de su falta de madurez, así como de su acentuado carácter influenciable y de reconocida falta de entereza y verticalidad, por lo que ahora asume la desafortunada impostura de recurrir a la acción coercitiva y persecutoria en contra de la población que, por su parte, cada vez está más decidida a manifestarse en las calles en reclamo de sus reivindicaciones sociales y de servicios que le fueron prometidas, sin que el gobierno se las haya cumplido; así, ya la población dominicana, que está más empapada de los sucesos mundiales y continentales de lo que cualquiera pudiera pensar, empieza a percibir que tiene ahora por delante a leoneletis que, al igual que el usurpador Micheletti, de los gorilas hondureños, ha acentuado su frenético reaccionarismo procurando desconocer la voluntad popular y sus justos reclamos, como se ha puesto de relieve en toda su magnitud en el paro cívico de Bonao.

Y resulta paradójico, como por igual  incomprensible, que si leoneletis se ha aventurado a prejuzgar los reclamos generales y crecientes de que se le ponga fin a la corrupción gubernamental, como el producto de una campaña política, cuyos protagonistas están movidos por el interés de asumir la dirección del Estado mediante lo que vendría siendo un Golpe de Estado, y extrañamente parece que cree que lo más conveniente, y no lo más imprudente, es medir con el mismo rasero que a los sectores conspiradores a los sectores populares que, bajo los efectos de la desesperación por la acentuación de su pobreza y sus padecimientos por insatisfacción de sus necesidades más perentorias como de empleo, salarios adecuados, carencia de servicios de electricidad, agua potable, calles y vías de transporte adecuadas, de salud, de transporte, como de educación, han venido escenificando una multiplicación de sus acciones de protestas y reclamos que, cuando menos, de hecho, se han multiplicado por dos en número y como por diez en su intensidad.

Desde todo punto de vista, esa igualación de intenciones e intereses entre los que, por estar afectado de leoneletis, el incumbente del Poder Ejecutivo califica de obedecer a planes conspirativos para asaltar la dirección del Estado, de un lado, y del otro los sectores populares de todo el país, que a pesar de que la prensa venal y adocenada, por soborno, los venía ocultando para que no trascendiera a la opinión pública general, no han cesado de estar en pie de protestas a todo lo largo y ancho del país, desde mucho tiempo atrás, por lo que habría que pensar que desde el mismo inicio o continuación de la actual administración ésta ha venido cosechando el más pertinaz rechazo popular.

Resulta extraño y muy paradójico, por otro lado, que el incumbente del Poder Ejecutivo, al parecer bajo los efectos de leoneletis, que tiene síntomas precisos de fascistización y acentuación del terrorismo de Estado, esté reprimiendo, a los sectores populares, en forma exactamente idéntica a como lo hiciere el desafortunado Juan Emilio Bosch Gaviño en el período que precedió al Golpe de Estado que lo derrocara, el 25 de Septiembre del 1963, por lo que, como perfectamente se recordará, al momento de dicho Golpe de Estado, ningún sector popular salió a respaldarlo. Pareciera como si el paciente de leoneletis del Palacio Nacional estuviese deseando que le sucediera lo mismo, tal vez para así poder disfrutar de su cuantioso patrimonio personal y de sus numerosas inversiones extranjeras a lo largo de la globalización. Fortuna, patrimonio personal y cuantiosas inversiones que, de ser ciertas, lo que es muy poco dudable, vendrían a acreditar la validez y justeza de la campaña contra la corrupción gubernamental y que, en tal caso, el incumbente del Poder Ejecutivo, no hay dudas, sería el pontífice y protagonista estelar de la descomunal corrupción imperante.

 

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