EVO MORALES DA LECCIONES DE CÓMO DEBE SER UN GOBERNANTE Rechaza masacrar a su pueblo cuando protesta y exige sus derechos Los regímenes tenidos por democráticos, católicos y cristianos, en realidad al servicio de los explotadores y opresores lanzan, sus fuerzas militares y policiales en contra de sus poblaciones dándoles baños de sangre 06-01-2011
Parece que la historia sigue su curso, siempre bajo la dialéctica ley de elíptica ascendente, en zip zap, o de avances y retrocesos, lo que obliga a que los procesos, en el curso de su desarrollo, se vean obligados a volver sobre sus propios pasos y colocarse, casi exactamente, en los puntos que ya se tenían por superados. Y, como dijera Carlos Marx, en su 18 Brumario, obligando a sus protagonistas a tener que demostrar su valía ante el ineludible dilema de; si eres buen bailador, como dices serlo, he aquí la música, baila ahora y demuestra tu calidad. Dentro de este tenor, en el primer lustro de la década del 1910 al 1920, esto es, antes de iniciarse la primera gran guerra inter-imperialista, que se conoce como la Primera Guerra Mundial, que abarcó desde el 1914 al 1918, Lenin elaboró un curioso artículo, que fue testimonio vivo de su penetrante acuciosidad bajo el titulo “El Asia de avanzada y la Europa atrasada”. En ese comentario, Lenin resaltó el contraste que se estaba escenificando en esos dos polos del planeta, entre el de la suprema civilización, cuyo centro se tenía que era la culta Europa, de un lado, y del otro lado, la región del atraso asiático medieval, como exponente de una obsoleta civilización, cuyas raíces se encontraban con cerca de tres mil años de retraso del nivel de la cultura europea, como faro de la moderna civilización occidental; una vez que, mientras en los países cultos de Europa, se imponía, con la abulia de sus poblaciones, la más cavernaria reacción política, que negaba y aplastaba, sin miramiento alguno y sin contemplación de ninguna índole, todas las manifestaciones y anhelos de libertad y democracia, en los pueblos y países asiáticos, particularmente en la China feudal, como en los países del Sudeste asiático, soplaban vientos huracanados de contenidos populares, reclamando libertad y democracia, y, de hecho, escribiendo páginas heroicas de abnegación y sacrificios, en aras de conquistar dichos elevados objetivos, a los que evidentemente renunciaba y aborrecía Europa. Lenin, con su perspicacia genial, advirtió que se iniciaba una nueva época histórica, como en efecto sucedió, con esas luchas que incorporaban a aquellas viejas naciones asiáticas al moderno torrente histórico de las repúblicas democráticas, en especial a la China Continental, aquel gigante que dormía el sueño de su milenario atraso y medioevo, lo que representaba un giro de consecuencias nunca antes previstas del futuro de la humanidad. No cabe duda, que los engreídos y arrogantes ciudadanos europeos, tomaron aquellas apreciaciones de ese pequeño eslavo, y por demás de origen campesino, con desprecio y hasta con burla. No obstante, su genialidad, inteligencia y talento, le permitían ver cambios trascendentales, que harían que el mundo hasta entonces conocido, nunca jamás volviera a ser el mismo. Hace poco, apenas días, que Bolivia, tenido por todo el mundo como uno de los países cuyo pueblo es de los más pobres y más atrasado, tanto de la región de Sudamérica como del mundo, y cuyo presidente es Evo Morales, un indígena de los llamados originarios, por ser su raza de los primeros habitantes del hoy Continente Americano del Norte y del Sur como de Las Antillas y el Mar Caribe, fue escenario de un episodio histórico sin precedente, que encierra la mas tremenda lección de lo que es ser un verdadero gobernante, no sólo ni principalmente para nuestros países y pueblos tercermundistas, sino para los ciudadanos y gobernantes de los países tenidos por desarrollados y avanzados y, de hecho, imperialistas, y caracterizados por su práctica de ingerencia e intromisión en aras del saqueo y la expoliación, como del sometimiento de nuestros pueblos y países, como si fuésemos seres inferiores y tenidos al menos. Se trata de que Evo Morales, en diciembre, adoptó, con vistas a la salud de la economía de Bolivia, disposiciones impositivas que recaían sobre el precios de los combustibles derivados del petróleo, como la gasolina, el gasoil, el querosén y otros, lo que generó una cadena imparable de protestas y huelgas, indudablemente, además del desafío que representaban, entrañaban una seria prueba para el indígena Evo Morales, indio originario de la raza Aymará, que aún conservan sus legendarias tradiciones en todos los órdenes de la vida. La reacción norteamericana y continental latinoamericana acostumbra a burlarse y gastarse bromas de mal gusto, de menosprecio e hirientes, contra Evo Morales, el indio Aymará, que no usa sacos ni corbata, que asiste y da curso, en las actividades oficiales del Estado de Bolivia, a las creencias y tradiciones de las razas originarias, en pie de igualdad con todas las demás creencias. Tradicionalmente, los gobiernos tenidos por ser representantes de círculos y partidos civilizados y cultos, casi siempre de fervorosa y sospechosa adhesión al catolicismo y al cristianismo, cuando sus pueblos se resisten a aceptar tales tipos de medidas impositivas, ante los primeros vestigios y atisbos de protestas y rechazo, apelan a los ejércitos y a la policía como a todos los mecanismos coercitivos y represivos, a los que lanzan sobre sus gobernados, para darles una ejemplar lección de sangre que los pueblos nunca podrán olvidar. Lo que hiciera el Perrodé en el gobierno de Salvador Jorge Blanco, el 24 de abril de 1984, es un ejemplo. Aquella masacre con ribetes indiscutibles de genocidio, sigue presente en la memoria del pueblo. Carlos Andrés Pérez en Venezuela, repitió una vez más la historia en cuestión, con la masacre y represión bestiales contra los venezolanos, en ese odioso y repugnante episodio conocido como El Caracazo, en 1988. El tirano alimaña Joaquín Balaguer, como ese perdulario ladrón y asesino de Leonel Antonio Reina, en todas sus despóticas administraciones reaccionarias, del 1966 al 1996 y del 1996 a la fecha, han repetido campañas represivas y de masacres memorables en contra de nuestro pueblo dominicano. No obstante, Evo Morales, el indígena, el atrasado, el inculto, que no deja de recordar que los colonialistas españoles y la Iglesia Católica, con la Inquisición a la cabeza, corto las manos y la lengua, como le sacó los ojos, al primer indio Aymará que aprendió a leer y escribir, para que no pudiera jamás leer ni escribir; después de varios días de protesta, concurrió a la radio y a la televisión y proclamó: las alzas en los precios de los combustibles, decretadas por mi gobierno, tenían como objetivo sanear la economía nacional del país de los bolivianos. Pero es una realidad que los bolivianos no comparten ni apoyan mis medidas. Por lo tanto, yo no voy a asesinar ni a masacrar a mi pueblo, que es al que se debe este mi gobierno. Por lo tanto, derogo, desde este mismo instante, todas las medidas del alza de los precios de los combustible y, desde mañana, espero que todos estemos trabajando de nuevo por nuestra amada patria. ¿Que viva Bolivia, la patria de todos y cada uno de los bolivianos! Sorprendente y contundente lección para todos los gobernantes y políticos tenidos por cultos y cristianos que, colocados en una situación como la que tuvo que enfrentar Evo Morales, lanzan los ejércitos a asesinar a sus pueblos.
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