A 54 AÑOS DE LA EXPEDICION DE JUNIO DE 1959 Su programa revolucionario nacional y social mantiene toda su vigencia La Asamblea Constituyente es una cara aspiración que expresa los anhelos de enfrentar y superar de forma soberana los graves problemas que confrontan la población y la nación dominicanas 12-06-2013
Al conmemorarse ahora, en junio, el 54º aniversario de la expedición por la liberación del yugo de la dictadura tiránica de Rafael Leónidas Trujillo Molina, que fuera instaurada en 1930 por la colusión y maridaje espurio del imperialismo norteamericano y la Iglesia Católica- Vaticano, que se propusieron someter al pueblo y a la nación Dominicana a un férreo régimen despótico y absolutista, títere, lacayo y peón de ambos a la vez, y que les garantizara llevar a cabo sus objetivos por largos años añorados, que eran precisamente el adueñamiento de las riquezas nacionales, la explotación de sus recursos en sus exclusivos intereses espurios de subyugadores y colonizadores de países y pueblos, y el sometimiento a un régimen de opresión al pueblo, de conculcamiento de los derechos democráticos de este pueblo y de la nación Dominicana, además de los derechos humanos que son aún más elementales; pues viene a resultar que, al conmemorarse este 54º aniversario de haberse efectuado la gesta heroica y revolucionaria de las expediciones de Constanza, Estero Hondo y Maimón que se produjeron en junio del 1959, es poco o nada lo que la situación ha cambiado respecto a las libertades democráticas y los derechos humanos, así como en el respeto de las leyes y la Constitución por parte de las autoridades gubernamentales. En el terreno social se ha acentuado en forma abismal la separación entre las clases explotadoras y opresoras junto a la Iglesia Católica-Vaticano de un lado, y el pueblo compuesto por la clase obrera, los campesinos pobres, medios, los jornaleros del campo y los campesinos o burguesía rural, los pequeños y medianos empresarios y comerciantes y hasta una gran parte de los que de éstos han pasado a ser parte de lo que cabe llamársele burguesía nacional. Y al pasar revista como un balance de conjunto de la situación nacional y de la población, lamentablemente se ha de concluir que la situación que atraviesa la nación, después de más de medio siglo de la expedición heroica de Junio del 1959, es mucho más precaria y de mayor riesgo hasta para la supervivencia de la República Dominicana como nación libre e independiente, enfrentándose ésta a la amenaza de su disolución y desarticulación como pretensiones de la fatídica colusión que nunca ha dejado de existir entre el imperialismo yanqui y la parasitaria, oscurantista y retrógrada Iglesia Católica-Vaticano, que junto a las demás potencias y países saqueadores y opresores de los pueblos y naciones del mundo, como son los países de la Unión Europea y España, la peor de todas en sus afanes recolonizadores, como Canadá e Inglaterra, conspiran para imponernos a los dominicanos la fusión con Haití y con los haitianos, para que de paso nos echemos encima la haitianidad, que es la definición exacta de ser refractario o rechazante a rajatablas de la civilización. Los expedicionistas de junio del 59 representaron a los dominicanos de ultramar o sea, del extranjero, donde vivían exiliados por el carácter tiránico, criminal y persecutorio del régimen oligarquía de la dictadura de Trujillo, que en realidad era la dictadura de la Iglesia Católica- Vaticano y del imperialismo norteamericano, su embajada y sus cuerpos de espionaje como la CIA. A pesar de que Marx y Engels en sus análisis y estudios desde el punto de vista del materialismo histórico, habían establecido antes del 1848, esto es, de la Proclamación del Manifiesto del Partido Comunista, que ya habían pasado al museo de la historia las expediciones revolucionarias desde un país a otro, habidas cuentas del saldo negativo cosechado, los latinoamericanos y los dominicanos en particular, nos resistimos a abordar los procesos históricos, sociales, económicos y políticos a la luz y bajo la guía del materialismo histórico marxista- leninista. Y de manera pueril como inexplicable, persistimos en repetir las experiencias negativas de los errores cometidos por otros pueblos, otros revolucionarios y en otros países, e incluso nos mostramos refractarios y reacios a aprender a sacar experiencias positivas de los errores, que para la gente inteligente son mejores maestros y mejores escuelas que los aciertos. Tras producirse la expedición de junio del 1959, que se llevó a cabo en tres partidas, la dictadura de Trujillo sufrió ciertamente un gran desconcierto y una tremenda sorpresa, pero reaccionó, desplegando toda su capacidad represiva y criminal, particularmente contra los heroicos expedicionarios de junio, que en su mayoría fueron exterminados con relativa facilidad, una vez que habían llegado a un terreno políticamente hostil, hasta el punto que aún todavía se le llama los invasores del 1959. El servicio criminal del dictador y sus sociópatas criminales, que saturaban las filas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, se desarrolló con toda la brutalidad sobre los expedicionarios capturados vivos, logrando apenas sobrevivir, además del cubano Delio Gómez Ochoa y el mozalbete cubano Pablito Mirabal, los señores Medardo Germán, Mayobanex Vargas y Poncio Pou Saleta. Como bien enseña Carlos Marx en su genial estudio de la lucha de clases y su expresión en el campo político, el 18 Brumario de Luís Bonaparte, las revoluciones sociales y proletarias que se inician con la instauración del capitalismo, no sacan sus ideales y objetivos como su doctrina del pasado, sino del presente. Estamos colocados de frente a la situación actual lo que bien nos permite comparar esta con el programa de los expedicionarios de junio del 1959. La Dictadura de Trujillo, por ser ésta una indiscutible creación de la colusión del imperialismo yanqui y la Iglesia Católica- Vaticano, puesta en forma incondicional al servicio de sus intereses y objetivos perseguidos y que todavía para el 1930 no habían podido lograr alcanzar, fue un periodo histórico del régimen oligarquía vestido de militar, lo que no era ninguna novedad, pues el de Lilís Heureaux no era otra cosa, como de la misma manera el de Ramón Cáceres; así, la Dictadura de Trujillo era enfrentada por una población y sectores desorganizados y política como ideológicamente sumamente atrasados, pero no obstante, desde los primeros años se manifestaron básicamente dos corrientes contrapuestas en el seno de la resistencia, oposición y lucha contra la dictadura tiránica de Trujillo; una línea revolucionaria, que en los inicios de la dictadura representaba los viejos métodos de los alzamientos de la manigua, al estilo del movimiento de los patriotas contra los interventores norteamericanos del 1916, quienes recibieron el nombre despectivo de "gavilleros", sin que sea siquiera necesario decir de parte de quienes nació esa nefasta y calumniadora designación. Pero con el desarrollo del proceso histórico nacional, continental y mundial, la línea revolucionaria que se enfrentaba a la conciliadora y social reformista, básicamente burguesa y terrateniente, desafecta al régimen oligarquía de turno encabezado por Rafael Leonidas Trujillo Molina y su séquito de criminales y ladrones desalmados, se fue definiendo y tomando cuerpo y fisonomía una oposición revolucionaria a la dictadura de Trujillo, que como era de esperar se desenvolvía de manera contradictoria y no pocas veces en forma inconsecuente. Se ha querido decir y han dicho gentes y grupos típicamente oportunistas y huérfanos de una clara concepción científica de la lucha de clases, de la que la política es su expresión más completa y elevada, y como lo es la lucha militar, que es la forma más elevada y completa de la lucha política, que esa expedición, aunque sus integrantes fueron exterminados y capturados, no por eso fue una derrota política; y llegan hasta el extremo de sin reparos afirmar que militarmente, con la expedición el antitrujillismo recibió una dolorosa derrota. E incluso llegan esos sectores desaprensivos a afirmar, que les da la razón el hecho de que ya en enero del 1960 fue descubierto y aplastado el Movimiento Clandestino 14 de Junio, que fue alentado por la Iglesia Católica-Vaticano la que de hecho asumió la defensa de dicho movimiento, como lo viene a comprobar la conocida carta pastoral de crítica a la Dictadura de Trujillo del 21 de enero del 1960, cosa que por primera vez hacía la Iglesia Católica-Vaticano y sus altas instancias, contra el dictador y tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina. El penoso balance de la llegada de los expedicionarios, cargados de los más elevados y puros ideales libertarios, de junio del 1959, nos enseña, que para un movimiento armado revolucionario establecerse y lograr sus objetivos por vía armada o insurreccional, debe contar con el respaldo del más amplio y sólido movimiento político enraizado en la conciencia y la práctica de las masas populares. Esto quedó, por vía negativa, comprobado con lo de Junio del 1959. Tomando de nuevo el aspecto de la línea política revolucionaria dentro del anti-trujillismo, que se había ido conformando durante los últimos 15 ó 20 años de la Dictadura, y de lo que bien podría ser manifestación la creación de la Juventud Democrática, la creación del Partido Socialista Popular (PSP), que ya en el exilio, desde el 1948-49, asumió la línea oportunista de renegados revisionistas, seguidores de Brouder aquel traidor que fuera Secretario General del Partido Comunista de los Estados Unidos, así como los círculos sueltos que siguieron operando tras la declaración de ilegal del PSP y las persecuciones a sus miembros, lo que se recrudeció con la huelga azucarera que en La Romana encabezara Mauricio Báez. Con estas huelgas encabezadas por Mauricio Báez y su equipo se puso de manifiesto el potencial revolucionario y el papel que está llamada a desempeñar la clase obrera dominicana. No hay dudas de que el dictador y sus sostenedores, el imperialismo yanqui y la Iglesia Católica-Vaticano, sintieron pánico, y así optaron por el endurecimiento de su dictadura, lo cual fue muy notorio en la década del 50, en la que la Iglesia Católica-Vaticano desplegó una frenética labor de fanatización a favor de la firma del Concordato -firmado por el Dictador en el 1954- la embestida para desterrar hasta las expresiones de salutación sin carácter religioso como sucedió con el “abul, abul” contra el que la Iglesia Católica-Vaticano desató una pérfida y oscurantista campaña de calumnia atribuyéndole a esa expresión de saludo la condición de satánica, en tanto promovía que en su lugar se dijera “adiós, adiós”. La derrota de la expedición de junio del 1959 la asumió la línea revolucionaria dentro del anti-trujillismo. En ese hecho además de la pasión contra el dictador y el atraso ideológico y político general y predominante, gravitó la desesperación, y fue estimulada por el triunfo que recién en rnero del mismo 1959, había obtenido la revolución cubana, cuyo foco había sido una expedición de México a Cuba en la embarcación llamada el "Gramma”, pero los resultados alcanzados en uno y otro caso son diametralmente opuestos, como ni siquiera se hace necesario comentar ni entrar en pormenores. Se ha dicho que de por medio hubo un compromiso, de parte de los dirigentes de la revolución cubana, entonces insurrecta en Sierra Maestra, de que, tan pronto alcanzaran el poder en Cuba, ésta le prestaría todo el respaldo necesario a los revolucionarios dominicanos, y en particular al movimiento anti-trujillista, para la lucha contra el tirano y dictador Trujillo, sostenido y amparado por el dúo siniestro del imperialismo yanqui y la Iglesia Católica-Vaticano. Pero, la responsabilidad de lo del 59 es exclusiva del anti-trujillismo revolucionario. Resalta el hecho de que los expedicionarios que arribaron a Constanza, Estero Hondo y Maimón, procedentes de Cuba, llegaron a nombre del Movimiento de Liberación Dominicana que operaba en los Estados Unidos así como en casi toda América Latina y particularmente en Cuba y Venezuela. El Movimiento de Liberación Dominicana (MLD) era un agrupamiento político anti-trujillista expresión de la línea revolucionaria- progresista y social dentro del genérico anti-trujillismo, al que concurría además un amplio sector conservador y de derecha, como es el caso del grupo del hoy comprobado espía pagado de la CIA y agente político a sueldo del Departamento de Estado norteamericano, y así mercenario del imperialismo yanqui, que depositaban sus esperanzas como buenos derechistas y agentes del imperialismo yanqui, en que éste y la Iglesia Católica- Vaticano resolvieran con Trujillo. Y como agrupación política, el Movimiento de Liberación Dominicana, tenía un importantísimo programa con metas y objetivos establecidos a realizarse tras el derrocamiento revolucionario del dictador y su tiranía. Es digno de leer y estudiar ese programa, que dicho sea de paso posee total vigencia en la actualidad, lo que es completamente lógico una vez que no fue el anti-trujillismo revolucionario el triunfante, sino el contrarrevolucionario, anti-popular y anti-nacional, el que terminó triunfando con Juan Emilio Bosch Gaviño a la cabeza, inaugurando éste el período del trujillismo sin Trujillo, pero de igual modo el régimen oligarquía de Trujillo, pero sin Trujillo. En el programa político y social del Movimiento de Liberación Dominicana, hay material suficiente y de sobra para comprobarse en forma rotunda y categórica que ese programa no se ha llevado a la práctica y que de hecho ha sido traicionado y con ello, por igual, se ha traicionado el contenido y el significado del movimiento anti-trujillista. El programa político consta de tres puntos que son los siguientes: a) Derrocamiento por todos los medios a su alcance del régimen de opresión y sangre establecido en la República Dominicana por Rafael Leonidas Trujillo desde el año 1930. b) Establecimiento de un gobierno provisional democrático revolucionario. que en un período de dos años ponga en marcha el programa de la revolución, y cree las condiciones necesarias para que el pueblo dominicano ejerza libremente sus derechos políticos y sociales. c) Convocatoria dentro de un término prudencial de una Asamblea Constituyente, elegida por medio del sufragio universal, directo y secreto, encargada de elaborar la nueva Constitución de la República, con sujeción a los principios que rigen la concepción de la organización democrática del Estado, e inspirada en los postulados de la justicia económica y social. d) Derogar toda la legislación antidemocrática de la tiranía. Seguido del programa social, que no es menos revelador, en el que aparecen cinco objetivos que a continuación queremos detallar: a) Implementación de una amplia Reforma Agraria, que garantice al campesino la posesión de la tierra y le otorgue el derecho de propiedad correspondiente en la proporción que determine la ley, de acuerdo con el principio que establece la función social de la propiedad. b) Reforma de la “Ley de Tierras” que confisque las propiedades que se obtuvieron por fraude o violencia. c) Garantía de la libre organización de la clase obrera y campesina como medio de defensa de sus intereses, y reconocer el derecho de huelga como instrumento de lucha del proletariado. d) Inicio de una efectiva campaña de alfabetización y reforma íntegra de la enseñanza, a fin de que la nueva escuela, desde la primaria hasta la universitaria, sea la forjadora de una conciencia nacional avanzada y libre que contribuya a darle impulso a los reclamos y derechos del pueblo. e) Establecimiento de un amplio sistema de seguridad social que ampare a la niñez, la ancianidad y al desempleo y ofrezca los servicios imprescindibles para la protección de la salud y una vivienda adecuada. Hay además un 3er. capítulo que es el programa económico, en el que se resalta el espíritu de defensa del patrimonio y las riquezas nacionales, lo que lo ubica en el seno del nacionalismo y patriotismo antiimperialista, al igual que otros puntos que forman el capítulo IV que atañe a la política internacional como son: a) Respaldo al ejercicio continental de la democracia representativa y el sistema de convivencia pacífica y de mutua ayuda, especialmente entre los pueblos del Caribe y Centroamérica. b) Fomento de las mejores relaciones con los demás pueblos, basadas en la comprensión y el mutuo respeto que inspira la igualdad jurídica de los estados y la libre determinación de los pueblos. La demanda de la realización e institucionalización de la Asamblea Constituyente, elegida tal y como deseaban los expedicionarios de junio del 1959, es la cuestión prioritaria y de primer orden que tienen por delante y pendiente la población y la República Dominicana como nación independiente, libre y soberana.
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