LO DE "PROFESOR" JUAN BOSCH FUE UNA CARNADA DE LOS CENTROS DE PROPAGANDA POLITICA DEL IMPERIALISMO PARA METER DE CONTRABANDO ANTE EL ATRASO DEL PUEBLO A ESTE FELON AGENTE DE LA CIA

Este agente político a sueldo del Departamento de Estado era la garantía de la continuidad del dominio del dúo imperialismo yanqui-Iglesia Católica y en su impunidad en su co-responsabilidad de todos los crímenes cometidos por la dictadura como la protección de todos los matarifes carniceros cuyos herederos constituyen los huestes del Pálido pelegato boschista

09-09-2014

 

Lo de profesor, profesor, profesor, fue colocado, como título honorable y de distinción adjetiva, a este rufián, espía pagado por la CIA y agente mercenario político a sueldo del imperialismo norteamericano, a través de su Departamento de colonias, que es su llamado Departamento de Estado, Juan Emilio Bosch Gaviño. Y vino así, lo de profesor, a ser la añagaza, o carnada, colocada, por las agencias o centros políticos e ideológicos del imperialismo y sus lacayos y sirvientes locales, en sus actividades de propaganda, para atraer, como señuelo, la atención de la población cultural y políticamente atrasada, alrededor de semejante truhán y pillo de la peor ralea, que es Juan Emilio Bosch Gaviño.

Al momento de la desaparición del cabecilla de la dictadura tiránica del imperialismo yanqui y de la Iglesia Católica-Vaticano, papel que desempeñaba a título de su títere, el sanguinario Rafael Leonidas Trujillo Molina, la ignorancia general; y, en particular, en lo que respecta a los menesteres del quehacer político, era de un tamaño y peso incalculable, por ser demasiado enorme; por lo que, las masas del pueblo, que habían estado prácticamente subyugadas por la opresión terrorista y criminal, como política oficial y única del Estado, eran las primeras en darse cuenta de ello; como de que, de lo que se liberaban apenas era de la humillante situación a que la dictadura y tiranía del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano les había arrastrado; situación que consistía en aceptar con sumisión, a nivel general, el sometimiento de que eran objeto; y conformarse con ello; hasta el punto de llegar a la fatal falsa creencia de que dicha dictadura tiránica sería eterna; porque, a la vez, las masas del pueblo dominicano, instintivamente percibían que dicha dictadura tiránica era creación y obra del interés y los fines, casi, del maridaje patente y palpable del imperialismo norteamericano y de la Iglesia Católica-Vaticano, que tenían garantizado así todo el régimen de oprobio, cuyo cabecilla lo asumía como su peón, su querido, consentido y admirado carnicero Trujillo.

No obstante, esa mole dictatorial no sería eterna; y, llegado su momento, se desplomaría por el peso de las contradicciones del desarrollo histórico-económico-social; que se resumen y expresan como contradicciones de clases, con carácter económico, político, social e ideológico. Aquella mole dictatorial y tiránica, creada y sostenida por el imperialismo norteamericano y la Iglesia Católica-Vaticano, casi en el mismo momento en que la Iglesia Católica se entregaba, en la condición de guía y representante espiritual del nazi-musolinismo; y así, parte sustancial del fascismo y su eje central de Italia, con el Duce Benito Mussolini a la cabeza, que es el creador el Estado Vaticano, en el 1929, con el Pacto de Letrán; y la firma del Concordato de Benito Mussolini-Italia con la Iglesia Católica-Vaticano, de un lado; y la Alemania nazi de Adolfo Hitler, que dos o tres años después, bajo la recomendación y consejos directos del Duce o líder fascista italiano Benito Mussolini, firmaba sendo Concordato, similar al de su epígono fascista Mussolini, con el mismo Vaticano. Este fue el Concordato de la Iglesia Católica-Vaticano con el Führer alemán Adolfo Hitler y los nazis.

Contrariamente a la imaginería del pueblo, Trujillo y el trujillismo no fueron eternos, y cayeron; aunque sus cadáveres quedaron insepultos y en permanente descomposición, por putrefacción; y de ahí sus terribles efectos contaminantes y perjudiciales para la nación dominicana y el pueblo quisqueyano, como casi inmediatamente empezó a comprobarse; manifestándose ello, ante todo y sobre todo, en lo de empujar al pueblo a seguir a uno de los más viejos e incondicionales, como artero y taimado, pérfido, inescrupuloso y desalmado, del elenco del espionaje y del cuerpo de agentes políticos mercenarios, e informantes del imperialismo y la CIA, quienes les pagaban sueldos, al mismo tiempo y a la vez, por los servicios indistintos que les prestaban; éste, en el capítulo colonial neocolonial de República Dominicana, era Juan Emilio Bosch Gaviño; y, de ahí, lo del título que le endilgaron, y lo repetían como un sonsonete, sin sordina, de, profesor, profesor, profesor, Juan Emilio Bosch Gaviño; sin que nunca se especificara ni concretizara lo de profesor de qué, para qué, cuándo, dónde y cómo.

Un ardid, que le rindió grandes frutos al imperialismo yanqui y a los grupos oligárquicos, que siguieron desempeñando su papel bajo el régimen oligarquía de la dictadura tiránica trujillista, recién descabezada, fue el de lanzar una campaña de acusaciones prefabricadas, hasta de comunista, sobre el espía pagado de la CIA y agente a sueldo del Departamento de Estado yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño. Lo que perseguía era darle continuidad a la farsa montada por el mismo tirano y sanguinario dictador, de coqueteos con el bloque socialista de entonces; lo que, de paso, le permitía al taimado y astuto espía de la CIA, y agente político de los gobiernos yanquis, congraciarse con el cuerpo y el régimen trujillista descabezado; debiendo recordarse, que fue el mismo espía de la CIA y agente político del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño, quien se lanzó a la calle del medio, pregonando que el proceso de transición del trujillismo a la democracia representativa debía ser encabezado y dirigido, nada menos y nada más, que por el mismo tirano alimaña Joaquín Balaguer, que era el Presidente títere del dictador Trujillo al momento de éste ser muerto.

Además, cabe subrayar, y hacer del conocimiento de los que eran ignorantes, o de los que no habían nacido, o que no tenían edad para entender ni interesarse por tales asuntos, que, como parte del libreto, que la CIA y el Departamento de Estado le había elaborado a su espía y agente, Juan Emilio Bosch Gaviño, era el presentarse como el protector, y la tabla de salvación, de las legiones de esbirros y asesinos de la dictadura tiránica de Trujillo; lo que explica el hecho y los fenómenos, de por qué el 90% de los dirigentes y seguidores del Pálido pelegato boschista son hijos y descendientes de aquellas bestias criminales de los servicios secretos, la Policía Nacional y los militares más sanguinarios de la dictadura trujillista.

Desde Leonel Antonio Reyna, Euclides Gutiérrez Félix, caterva infinita, hasta Joaquín Gerónimo, Superintendente de Pensiones, que era hijo del matón y asesino del SIM que laboraba en el CEA para la contratación de la mano de obra en Haití.

Y, entre esas actividades, de las que ese rufián y traidor, espía y agente mercenario yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño, nunca dejó atrás, está la de montar provocaciones para causar escándalos y permitir que, por ejemplo, las hienas, tiburones y buitres, junto a otros depredadores y bestias carroñeras de la Iglesia Católica-Vaticano y de los malditos jesuitas-opusdeistas, desplegaron terribles campañas anti-comunistas; que fueron pavimentando el terreno para, en caso de ganar la Presidencia, hacer que lo derrocaran los reaccionarios y los yanquis, llevando a cabo una labor de exterminio y represión sobre los grupos y movimientos revolucionarios; al tiempo que se le enaltecía (a Juan Emilio Bosch Gaviño), y se le tomaría, equivocadamente, como lo que nunca podría ser de verdad; esto es, como una fuente y garantía de la democracia y de la existencia de la República Dominicana; para, desde ahí, poder hacer todo el daño que desde el 1965 prosiguió haciendo, tanto desde el Perrodé, como desde los pálidos pelegatos boschistas, como en su estrecha e íntima, como permanente colaboración con el tirano alimaña Joaquín Balaguer.

Así, antes de las elecciones del 1962, el felón espía de la CIA, y agente político mercenario del Departamento de Estado, recurrió al sofisma, y a la especulación inescrupulosa y desalmada, a costa de la ignorancia y el atraso del pueblo dominicano; y publicó la afrenta fascista imperdonable, hechura del más pernicioso comportamiento y concepción sofistas, tipo los jesuitas, de decir, que el peón y mayordomo sanguinario, criminal, ladrón y déspota, Rafael Leonidas Trujillo Molina, era el prototipo, arquetipo y figura epísteme, de lo que es saber gobernar; puesto que, según escribió, saber gobernar es saber mantenerse en el Poder.

Ninguno de los conceptos e ideas contenidos en tal planteamiento, del espía pagado de la CIA, Juan Emilio Bosch Gaviño, y agente político a sueldo, como mercenario político del Departamento de Estado, tiene afinidad con la sociología democrática, sino netamente nazi-fascista.

Esas tesis absurdas, como son todos los eslabones de una cadena interminable de basuras, del prototipo de espía y agente, Juan Emilio Bosch Gaviño, fueron capitalizadas por los jesuitas, con el agente opusdeista-franquista Láutico García; para hacer campaña anti-comunista, y trillar el camino de la falsedad, de la afinidad entre comunistas y trujillistas; cuando. en realidad. eran la Iglesia Católica-Vaticano y los curas, los que eran una de las dos columnas de sustentación de la dictadura tiránica, católico-yanqui, del régimen de Trujillo.

Si se escucha, o se ve, la cinta de la mentada polémica, entre comillas, del jesuita Láutico García, de un lado, y el espía pagado de la CIA, como agente mercenario de los gobiernos yanquis, Juan Emilio Bosch Gaviño; Láutico García, por su parte, insistía, subrayaba y repetía lo de profesor Juan Bosch, profesor Juan Bosch, profesor Juan Bosch.

Y, durante todos los mítines de reafirmación cristiana, en la preparación del Golpe de Estado contra el gobierno de éste, los cabecillas persistían y persistían en el sonsonete de profesor Juan Bosch.

 

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