FRANCISCO CAAMAÑO DEÑO POR SU ADHESION A LA "GUARDIOLOGIA" DE APEGO A LAS PRACTICAS ABORRECIBLES DE LA ARBITRARIEDAD NUNCA FUE UN REVOLUCIONARIO

Sólo pueden asumir tal cosa los del aventurerismo pequeño-burgués, como vía de servir a la burguesía, que es a cuyos intereses responden, como los palmeros o comandos de la resistencia y los disociados guerrilleros adiestrados en Cuba

03-07-2014

 

En ninguna cabeza, con un mínimo de sentido lógico y común, cabría acreditar la creencia, de que un sujeto, de quien su más clara expresión de su carácter de conciencia era la de ser experto sustentador de “la guardiología”; que, conforme su contenido, vendría significando, empedernidamente apegado a todas las prácticas aborrecibles de la arbitrariedad y las formas o maneras de sus prácticas y aplicación; siempre al servicio de la reacción, el atraso y la explotación, ferozmente anti-popular y anti-nacional; lo que conlleva, si se tiene por principio que la práctica es la fuente de la concepción ideológica, la adhesión a una concepción, totalmente contrapuesta, a cualquier concepción revolucionaria, cuyo núcleo sea la más inquebrantable convicción, de que las masas son las que hacen las revoluciones y les impregnan el sello de proceso social-popular; lo que, en forma obligatoria, requiere, a su vez, total y absoluta adhesión a la concepción socialista, y con su contenido de clase proletario popular y su espíritu de Partido Comunista.

Se trata, de coordenadas y contenidos a los que no se acercaba, ni acercaría, Francisco Alberto Caamaño Deñó bajo ninguna circunstancia. Y sólo renegados oportunistas, y transgresores consuetudinarios e inveterados al marxismo-leninismo (socialismo científico), y al papel del Partido Comunista, precisamente corroborando su condición de representantes del oportunismo y el anarquismo aventurero, que es lo mismo que la mas crasa prostitución ideológica y política, podrían imaginarse tal cosa.

Es que, tanto el partido de renegados revisionistas (p“c”d), como los desechos incorregibles del aventurerismo pequeño-burgués, como vía de servir a la burguesía, que es a cuyos intereses responden, como sus fieles e incondicionales sirvientes, en el seno del proceso revolucionario, los palmeros o comandos de la resistencia, como los disociados guerrilleros adiestrados en Cuba, y lo que explica, quiénes y por qué, se arremolinaron alrededor de Caamaño, como supuesto líder revolucionario, popular, nacional y antiimperialista, cosa que ni remotamente lo era. Pero esa era su coartada, como una manera de contraponerse y contrarrestar la política y la táctica de la lucha revolucionaria; que se sintetizaba, y sigue siendo, la bandera general de lucha del proceso en su presente etapa, en la plataforma programática de lucha por la independencia y la soberanía nacionales, por la autodeterminación, por la libertad y la democracia, como por condiciones materiales económico-sociales favorables al pueblo trabajador. Y todo esto, en lucha sin cuartel, ideológica y política, contra la burguesía social-reformista contrarrevolucionaria, anticomunista, traidora, y solapadamente pro-imperialista, sea el de los Estados Unidos, el de la Unión Europea, el de la entelequia religiosa Vaticano o el que sea.

 

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