WELLINGTON ASCANIO PETERSON PERTENECE A QUIENES SIEMPRE HA PERTENECIDO Y CON QUIEN SIEMPRE HA ESTADO COMO INFILTRADO PROMOVIENDO LA LINEA DEL CASTRO GUEVARISMO DE RECHAZO A LA TEORIA REVOLUCIONARIA DEL MARXISMO-LENINISMO Los Marte Polanco o Luis Pina, el pelmazo Montandón, Jhonny Weber, etc., están en el redil del imperialismo y sus órganos de espionaje y de persecución a los revolucionarios y hacen lo que se ha ordenado y trazado que hagan para desmoralizar y desorganizar la lucha revolucionaria 09-07-2014
Wellington Ascanio Peterson, al parecer hace un acierto al expresarse diciendo, respecto a los cinco ex-miembros renunciantes del grupo anarco-terrorista y delictivo llamado Comandos de la Resistencia o Palmeros. que, diciéndose revolucionarios y hasta comunistas, a lo Che Guevara, Regis Debray, Fidel Castro, desfachatada y desvergonzadamente, no sólo actúan sobre la base del más recalcitrante programa de rechazo y descrédito del Partido Comunista; en tanto se entregaban a actividades de renegados revisionistas y oportunistas, y así, suplantan la actividad política, que es la principal actividad del Partido Comunista, y que es lo que asigna la doctrina marxista-leninista, por el militarismo, el guerrillerismo y las viejas actividades de las montoneras, de la época de concho primo y del caudillismo burdo y torpe; y así, suplantan toda la doctrina y principios ideológicos, políticos, tácticos, que establecen los clásicos del marxismo-leninismo, por un indiferentismo teórico e ideológico; como, a la vez, instituyen la negación de la actividad y la lucha políticas, basadas en la configuración de la sociedad de explotación y opresión del hombre por el hombre y, por lo tanto, su división en clases contrapuestas, y en luchas constantes y continuas, en los tres terrenos: el teórico ideológico, el político táctico, alrededor del programa político social de los comunistas, y el terreno de las tareas organizativas de los comunistas, así como de las masas trabajadoras y populares; para, a través de tomar la lucha política como el escenario principal y más importante, desplegar todas las formas de luchas teóricas, políticas y económico-sociales reivindicativas; para, al través de esas luchas, educar a las masas trabajadoras y, en particular, a la clase obrera, para que asuma el rol de vanguardia en la lucha política. Mientras que, Francisco Alberto Caamaño Deñó, procedente, no de una familia de militares, sino de una familia de militares troncales, criminales en el ejercicio del despotismo, la opresión y las masacres, con que Trujillo, como peón dictatorial del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano, llegó y se mantuvo 31 años en el Poder, y como tal se comportaba; y, al igual que Rafael Fernández Domínguez y los otros de la rama de Ludovino Fernández, lo que encarnaban era, pura y simplemente, el neo-trujillismo y la bota militar de la dictadura de 31 años. De esta cruda realidad vinieron a percatarse los cinco ex-resistencia, ignorantes, taimados, pervertidos y corrompidos en el oportunismo; y, sobre todo, curtidos e intoxicados con la actitud contrarrevolucionaria de rechazo de la política de principios y del desarrollo de la actividad política como la actividad principal; y así, ya estaban contaminados con un retorcido odio y menosprecio por todo cuanto significara estudios y comprensión de la teoría revolucionaria, que es el socialismo científico; y corrompidos hasta el tuétano en llevar a cabo actividades delictivas, a las que les daban el nombre de "su política"; y para la que tenían estereotipos y clichés como la lucha armada, cuya doctrina en particular, ni Francisco Alberto Caamaño Deñó, ni Claudio Caamaño, ni mucho menos Hamlet Herman, así como tampoco el manco Lalane José, que con el tiempo evolucionó convirtiéndose en maníaco terrorista y blanquista. A los cinco ex-resistencia es acertado llamarlos así; pero, cuando lo hace Wellington Ascanio Peterson, se equivoca e incurre, tanto en un grosero oportunismo como en una aviesa manipulación, propia de gentuzas, como siempre lo ha sido Wellington Ascanio Peterson; quien, contrariamente a los cinco que ya formalmente están en el redil del imperialismo y sus órganos de espionaje y de persecución a los revolucionarios, hasta el punto de que, admitiéndolo, guardan silencio al respecto, no lo niegan, y hacen lo que se ha ordenado y trazado que hagan; y, para quienes los conocemos a todos, como al pelmazo Montandón, con su conciencia de ilota y muchacho de “manda’o”; como a Marte Polanco, o con su otro nombre, Luis Pina, que fuera reclutado e incorporado, en sus actividades de espionaje e información, por el aparato de espionaje de los aventureros y mercenarios revisionistas cubanos de Fidel Castro; y a ese mequetrefe, ridículo y patético, convertido en títere del fantoche e ignorante, insolvente como analfabeto funcional, de un nivel cultural de estudiante de bachillerato de los dos primeros años, los que ni siquiera lograra aprobar, Amaury Germán Aristy, que es el tal Jhonny Weber, cuyas opiniones son las de una víbora cascabel. Marte Polanco, o Luis Pina, jamás ha entendido ni los rudimentos más elementales de la política. Este es un lumpen que destilaba odio anticomunista anti-pacoredo, auspiciador y promotor de agresiones cobardes y alevosas; pero que, cuando había que pelear, huía como un gallina. El que hoy se diga y se le acuse, por parte de sus mismos compinches, de haber sido reclutado por la CIA, en nada nos sorprende; sino que viene a corroborar la olímpica justeza de nuestras denuncias sobre sus actividades y comportamientos sospechosos, como un agente reaccionario, y no como un revolucionario. No obstante, a Wellington Ascanio Peterson no lo consideramos un ex de la resistencia; y eso, hasta él mismo lo confiesa y reconoce, cuando ni siquiera toma en cuenta con quién está, a quién sirve y por lo que lo hace, ésta, de su parte, es una formal aceptación de que, efectivamente, Wellington Ascanio Peterson está hoy día, y pertenece, a quienes siempre ha pertenecido y con quien siempre ha estado como infiltrado; que le asignaron ese papel desde cuando Manolo Tavárez Justo impuso el aventurerismo armado, que aniquiló definitivamente las perspectivas, en el 14 de Junio, para poder desempeñar un auspicioso papel a favor de los derechos democráticos, de las libertades democráticas, de la creación de la conciencia popular al lado de esos objetivos, y de la lucha por la emancipación social, como por la liberación nacional. Wellington Ascanio Peterson confesó así que, cuando el 14 de Junio, después de muchos vaivenes de aventurerismo, foquismo, golpes de mano y todo tipo de actividades, contrarias a la lucha política, de organización de las masas y de su educación en torno al papel histórico llamadas a protagonizar, colapsó y, definitivamente, dejaron de jugar a la lucha armada, comprendió que, para lo que la CIA lo había infiltrado en el 14 de Junio, a través de Fidelio Despradel, ya había perdido vigencia; por lo que, si quería seguir teniendo el empleo, tenía que pasarse para el lado de los que aún estaban en las aventuras armadas y anarco-terroristas, como delictivas, so pretexto de que estaban haciendo la revolución; y así, se enganchó con la bandita de Amaury Germán Aristy y Los Palmeros, un grupito cuyos cuatro cabecillas, muertos el 12 de Enero del 1972, al los forenses y agentes de la CIA analizar sus cadáveres, se sorprendieron por el reducido tamaño de sus respectivos cerebros, teniendo todos malformaciones que permitían explicar su atolondrado y torpe comportamiento delictivo. Conocimos a profundidad a los cuatro, como al quinto, que se había ya declarado confidente policial, que es Billo Gómez Suardí, y ese denigrante oficio fue lo único que hizo todo el tiempo, y de lo cual fingían no darse cuenta, ni en el 14 de Junio, gentuzas como Roberto Duvergé, y el bandolero Osvaldo Vásquez (El Chory), que, como es conocido, terminó como agente del tirano alimaña Joaquín Balaguer, así como servidor incondicional de esa abominable criatura, sólo equiparable con las mas asquerosas sabandijas, de Ramón Pérez Martínez (alias Macorís). Wellington Ascanio Peterson no fue ni era marxista ni leninista, era un lumpen, igual que su madre, una bailarina de cabaret amiga de Lesbia, aquella proxeneta de las proximidades de la París con Duarte, asiduamente visitada por Francisco Alberto Caamaño Deñó, cuando era oficial de la Marina de Guerra, igual que por Euclides Gutiérrez Félix, como miembro activo del SIM. Y de ahí que Caamaño se sintiera, con Wellington Ascanio Peterson, como en su familia, y le dispensara un trato tan afable. Se puede decir, que el renegado revisionista, y vil mercenario de siete suelas, Narciso Isa Conde; el hijo del técnico de espionaje y espía él mismo, Hamlet Herman, igual que el capitán del SIM, su hermano Dardo Herman, junto a otros oscuros personajes que irán apareciendo, han creado un club, que bien puede llamarse el club de los adoradores de los héroes inmolados y auspiciadores de su culto; con lo que vienen a reconocer, que nunca han compartido absolutamente nada con la concepción marxista-leninista y, sobre todo, con el materialismo histórico; que consigna, que el culto, y las apologías a ultranza, de los héroes y super-héroes, que es el núcleo de la concepción común de gente como Carlyle, Spengler, Nietzsche, Wilfredo Pareto, Bertrand Russell, Arnold Toynbee, y que ostentaron Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Francisco Franco y especimenes genocidas y criminales por el estilo. El materialismo histórico reivindica que el papel estelar en la historia lo desempeñan las masas populares. Como por igual, al momento de caracterizar la sociedad, Marx y Engels, como Lenin, Stalin y Mao Tse Tung, enseñan en común, el punto de vista elaborado por Marx, y que dice así: “El conjunto de las relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se edifica una superestructura jurídica y política, a la cual corresponden formas de conciencia social determinadas. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser; es, por el contrario, su ser social el que determina su conciencia”. Mientras que, el no ex-resistente, porque en realidad siempre fue de lo contrario, de la misma manera que sigue siendo hoy, esto es, Wellington Ascanio Peterson, ofrece una caracterización de la sociedad actual dominicana que, tras leerla, nos llegamos a creer que estamos leyendo a Rosario Espinal o a Eduardo Jorge Pratts, recitando disparates de sus lavados cerebrales, como lo es el siguiente de la autoría de puño y letra de Wellington Ascanio Peterson: “Nuestra sociedad actual, víctima de un proceso acelerado de degradación ética y moral, de pérdida de sus más sagrados principios, delincuencia desenfrenada y generalizada, alta criminalidad organizada, corrupción impune, tráfico y consumo de drogas, sociedad arrastrada por vicios de toda índole, en particular las juventudes muy afectadas. Y ahora cuando la sociedad demanda urgente del ejemplo de sus héroes y heroínas, exaltarlos y seguirlos, en contraposición a ese ideal, aparece el lunes 23 de junio un grupo de cinco ‘ex miembros de los Comandos de la Resistencia, que revelan detalles de su vida en Cuba y su tormentosa relación con el héroe de la Revolución de Abril de 1965’.” Continuaremos
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