FEDERICO HENRIQUEZ GRATEREAUX ASUME LA APOLOGIA DEL IMPERIALISMO NAZI-FASCISTA Y SUS GENOCIDIOS Y CRIMENES DE LESA HUMANIDAD EN CONTRA DE PUEBLOS Y NACIONES

Es portador de un sospechoso narcisismo hedonista detrás del que con su figura de amaneramientos encubre su condición de huérfano de dignidad personal y oculta sus orígenes bastardos como sirviente chopo del clan mafioso-clerical-oligárquico de los Ramón Báez Romano Báez Figueroa y los canallas delincuentes de los Pellerano

19-06-2014

 

Para quien no llegue a tener la comprensión y entendimiento, de la infinita condición de crápula inmunda, y fuente de todas las miserias humanas, como de las infamias, ignominias y vilezas, como una estirpe única de invertebrados y canallas miserables, de ese asco que es Federico Henríquez Gratereaux, que presume de intelectual, siendo totalmente huérfano de todo sistema de formación; por lo que encaja a la perfección entre los in-formados; como ocurre siempre con los petulantes de su fauna; y de ahí su carencia de criterio válido, o afín a la lógica de la ciencia y al sentido común, que proviene de no haber trabajado productivamente, nunca, en su perra existencia de mercenario consuetudinario, y operario del denigrante oficio, como su única profesión conocida, de su vocación de mamarle todo lo que le cuelga a los representantes de la industria del ocio, del oscurantismo, de la superstición, del atraso, como a costa siempre de privilegios, a la sombra de los merodeadores de los privilegios alrededor del Estado reaccionario y del parasitismo de la práctica ancestral de la ignominia de la explotación y la opresión, bajo todas las formas, desde la esclavitud primaria, a los horrores del medievalismo feudal católico cristiano, colonial y exterminador, como del capitalismo y sus órganos o apéndices, que son los parásitos burgueses, y, en especial, del imperialismo yanqui.

Portador de un sospechoso narcisismo hedonista, detrás del que, con su figura de amaneramientos con que encubre su condición de huérfano de dignidad personal, oculta sus orígenes bastardos, lo que es común denominador de todos los Henríquez, que muchos ubican en los deshonrosos sefardistas dentro de los cerdos judíos, casi gitanos, de España; repartiéndose entre sí las acciones delatoras, como quinta-columnas y reales colaboradores, por ejemplo, con la dictadura tiránica de Trujillo; ya apelando a poses hipócritas, a lo Ariel, que no quieren ensuciarse las manos en la transformación del mundo real; portadores de envidia congénita hacia el monstruo rojo, que es Calibán, que, a pesar de su fuerza y torpes movimientos, fruto directo de su condición de bestia esclava, a la que lo han sometido siempre a quienes sirven estos señoritos amanerados y adocenados, tipo Federico Henríquez Gratereaux; bien lo encontramos en Chito Henríquez, vengándose, con la delación en Cuba, y entrega a los sicarios del dictador, a su adversario ideológico, de clase y de raza, como de actitud ante la vida, Mauricio Báez, para que corriera la triste suerte de morir desaparecido en tierras extranjeras.

Pocos saben que, de aquella capilla de renegados revisionistas y oportunistas trepadores, el dictador requería de éstos la designación de Henríquez como su diputado; en tanto las bases democráticas, que no estaban contaminadas con el virus del colaboracionismo y el bismarquismo, optaron por dejar, como su diputado ante el tirano criminal, al de la figura más próxima a Calibán, que, por sus orígenes y condición, era precisamente Mauricio Báez, que había nacido en la costa de Palenque, y cuyos familiares fueron de los que Trujillo, como verdugo de los interventores yanquis del ’16, diezmó y sometió al terror y al exterminio; no quedándole otro espacio que emigrar hacia el Este, y perderse en la bestial explotación imperial de los centrales azucareros que, como el de La Romana, siempre han sido propiedad de los monopolios imperialistas.

Había recibido el dictador aquella decisión de los jóvenes dominicanos y del PSP como un desafío a doble escala, puesto que le elegían a uno de los que él había condenado y daba por inexistente.

El Henríquez se creía predestinado, y conocía de las inclinaciones homosexuales del tirano y dictador; que tan perfectamente dejaba patente en su edecán, Manuel De Moya, del que es harto conocido que era un empedernido homosexual marica, que se refugiaba, usando como pantalla, a la lesbiana convicta y confesa, de hermosura exuberante, como era el caso de su “amante” Ileana Kidd, oriunda de Macorís del Este, cuya pareja y sirviente de nombre sólo “Tacó”, emparejaba las afrentas de las apariencias, apelando al foete y al chucho, descargado despiadadamente en las nalgas y las espaldas, luego de que Manuel De Moya la regresaba a su casa.

A esa estirpe de sabandijas sin sangre es que corresponde la fauna de Federico Henríquez Gratereaux.

Mucha gente desconoce que éste es un aventurero, vendedor de seguros; igual que ese otro canalla de Jorge Subero Isa, que, además, tiene, con Federico Henríquez Gratereaux, el denominador común de ser sirvientes, chopos y muchachos de mandados, sin descartar el papel de celestinos o de proxenetas, del clan mafioso-clerical-oligárquico antinacional, anti-dominicano y ultra-reaccionario, de la podrida sangre, conocida en nuestro medio, de los Ramón Báez Romano, Báez Figueroa y los canallas delincuentes de los Pellerano, que ya se retuercen con los Hazoury Peña, con los Pellerano Peña; y que los encontramos entroncados con los préstamos bancarios que hipotecaron el destino nacional, en mutuo acuerdo con el parasitismo obsceno de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, como con el Vaticano; y parte del ignominioso clan mafioso nazi-fascista de los Vicini, con los que han compartido toda suerte de correrías anti-dominicanas y anti-populares; pasando por el gobierno oprobioso y ladrón del lacayo de la ocupación yanqui, Juan Bautista Vicini Burgos, en el 1921.

Tras la caída del régimen dictatorial-tiránico, del peón de la Iglesia Católica-Vaticano y del imperialismo yanqui, Rafael Leónidas Trujillo Molina, ese granuja, presuntuoso, y de un sospechoso hedonismo narcisista, que hace agua al llegar a la vejez, y prestarse para hacerle coro a las aberraciones homosexuales y mariconiles de un imbécil reaccionario español, llamado José Ortega y Gasset, quien, en sus prácticas aberrantes, quiso llegar a creer, que el alemán de origen judío Heidegger, le inoculaba analmente, por su trasero, las concepciones del decadentista existencialismo, como la ideología del imperialismo en franca decadencia.

No dudamos nada de la malignidad intrínseca, hija de la oscuridad sin fronteras, del aberrado renegado revisionista y agente de la CIA, José Israel Cuello Hernández, y que operara como su consejero para desquitarse la estafa y el engaño de que le venía haciendo objeto el rufián Federico Henríquez Gratereaux, y por lo cual, al parecer, terminaron uno, como consumado estafador, engañador y otro como estúpido estafador y engañador que, en dado caso y según las apariencias, vendría siendo el repugnante social-traidor y renegado revisionista, como agente de la CIA, José Israel Cuello (El Gordo).

Orondo, presuntuoso, presumido, y dándose una aureola de erudición, casi igual al ultra-fascista Menéndez y Pidal, dio en publicar, en su letrina-columna, Federico Henríquez Gratereaux, una conmemoración alrededor de José Ortega y Gasset, en torno a un folleto de un poemario de un maricón árabe del siglo XI, del que José Ortega y Gasset le habría escrito un prólogo, en los años en que el imperialismo y la CIA querían hacer creer que el franquismo había abandonado su naturaleza fascista y de criminal de lesa humanidad, lo mismo que su cabecilla Francisco Franco, que murió bajo la protección del imperialismo, de la CIA y la Iglesia Católica-Vaticano, como con la colaboración de sus pillos como Manuel Fraga Iribarne.

“El collage (tornasol) de la paloma”, como símbolo de la homosexualidad, sería el título del aciago poeta homosexual árabe, que el Gordo Cuello hizo que Federico Henríquez Gratereaux se hiciera eco; lo mismo que como apologista de las aberraciones de José Ortega y Gasset, que le habían granjeado la prohibición de escribir y publicar, por maricón, en España.

Con ello, en realidad, el siniestro José Israel Cuello (El Gordo), quería desquitarse el engaño y la estafa económicos de que había sido objeto por parte de Federico Henríquez Gratereaux; de quien, quiso así dejar sentado que es lo menos que podía esperarse, de éste, ya que, al fin y al cabo, era un maricón reprimido que no se atrevía a salir del closet.

Eso le sucede a todo el que presume de intelectual, sin tener vocación siquiera para discernir con cabeza propia. Y es que, el que con lo ajeno se viste, en la calle lo desnudan.

En su malhadada práctica de presuntuoso intelectual-escritor, lo que habría asumido, como hemos dicho, de una larga práctica de bregar habitualmente con trivialidades, y la práctica de la in-formación, palabra compuesta en la que el prefijo in no significa innato ni nada por el estilo, sino casi exactamente lo contrario; como hipo es un prefijo que significa lo inferior, más elemental o más simple, en contraposición a hiper, que significa lo máximo y más elevado.

Federico Henríquez Gratereaux tiene una formación hipo, y de ahí que sea dado calificarlo y tenerlo como un patán, de hipo o de insignificativa formación intelectual, porque, en realidad, a duras penas lograría traspasar la barrera del impensante.

La trivialidad y la banalidad insustancial, carente de todo contenido real y concreto, respecto a sus alegres y carnavalescos juicios insípidos, sobre Vladimir Putin, y su indiscutible papel estelar que en la historia contemporánea de los tiempos presentes ha desempeñado, a pesar de sus apenas 63 años; sentando precedentes indiscutibles de sus notables dotes de gran estadista; sin las añagazas de lo que la bisutería de la política imperialista y sus círculos de propaganda oscurantista y supersticiosa trafican, a título de lo que han dado en llamar “carisma”, como el equivalente al don del encantamiento de serpientes, que los lambe-culos y proxenetas de la politiquería del patio le atribuían al paranarco-terrorista, y pontífice de la corrupción y del hampa, como del bajo mundo, Leonel Antonio Reyna, quien hoy día, y a la luz de la verdadera realidad, está reducido a ser un embaucador y títere del capital financiero internacional y del hampa mundial; por lo que, a nivel del espacio vernáculo nacional, ha quedado reducido al capo di tutti cappi, dedicado a las cuestiones de los albañales, de las cosas sucias y las peores miserias humanas.

Vladimir Putin, que nació 1 ó 2 años antes de la muerte del más grande estadista ruso, aunque de nacimiento era georgiano, que fue José Stalin; al cumplir los 40 años, como oficial de la KGB, encontró que los renegados revisionistas y social-traidores que, con Jruschov y Brezhnev, habían sólo sabido destruir a la gloriosa URSS, y con Gorbachov y Yeltsin, llevarla al colapso y a la humillación, que permitió a los gángsteres de Wall Street, de la City de Londres y de los monopolios internacionales, como exportadores de capital financiero mundial, creerse los amos y señores únicos del mundo.

Descuartizaron, con la guerra de rapiña y agresión, a Los Balcanes y Yugoslavia, desarticularon a la próspera y culta Servia; imponiéndole el yugo humillante de las hordas albanesas de apátridas kosovares, que son especie de haitianos, cuyas hordas, a la vez, son desarraigados gitanos que, con su aliento y sus manos, infestan cuanto tocan; y todo por cuanto, a los Estados Unidos, a la Unión Europea y a la OTAN les interesaba crear una ruta del opio y de los más terribles alucinógenos, con los que saturan Europa, como han venido haciéndolo allí, al igual que en Afganistán y en toda América Latina, donde, en el caso patético de México y Centroamérica, los gobiernos imperialistas, como el del negro degenerado Obama, llaman a la guerra contra el narcotráfico, y al mismo tiempo disponen la venta del mayor volumen de armas sofisticadas y de todo tipo, como se palpa en el genocidio que tiene como escenario México.

Lo de Irak, desde los primeros años de la década del ’90 del pasado siglo XX, lo de Siria, lo de los palestinos y, a la vez, la consolidación de Israel como un Estado criminal de lesa humanidad; para ahora querer adueñarse del arsenal nuclear que está en manos de Rusia, de la Federación de las Repúblicas Rusas, y por lo que lanza el imperialismo norteamericano, junto a la OTAN y los quebrados países de la Unión Europea, una campaña de ocupación de Ucrania, como cabeza de playa directa para el asalto final del arsenal termonuclear ruso.

Sólo un imbécil chupa-media y con el mal hábito de mamar todo lo que les cuelga a los cabecillas y representantes del imperialismo y del parasitismo, como de los privilegios de la Iglesia Católica-Vaticano, tal cual es Federico Henríquez Gratereaux, puede recurrir al infantil y pueril argumentajo, con la peregrina esperanza de hacerse creíble, de que Vladimir Putin es una especie única de canalla, de esos que le roban las muletas a un inválido por el sólo placer de robárselas.

Indudablemente que, Federico Henríquez Gratereaux, de tanto practicar la holgazanería y la estupidez, gracias a la práctica de los más ignominiosos privilegios, ha terminado convertido en un estólido de la peor calaña, y un cretino, del que no cabe sentir ni siquiera conmiseración, sino repugnancia y asco.

 

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