EL JESUITA FRANCISCO I, ASESOR DE LAS BESTIAS GENOCIDAS EN ARGENTINA

Decreta la impunidad para el depravado pedófilo y violador Wesolowski amparándose en la inmunidad

Continúa así la práctica y la filosofía de la parásita Iglesia Católica-Vaticano de ser la fuente principal de tales abominaciones contra natura

14-01-2014

 

Fue el miércoles 8 del presente mes de enero del año 2014, que el Vaticano, por medio de su Ministerio de Información, dio a conocer la infame decisión del alias Papa y del comité de la inquisición, que ahora le dan el nombre de Orden de la Doctrina de la Fe, de que rechazaban que su alias monseñor obispo Wesolowski, su ex-Embajador y ex-Nuncio en nuestro país, representante personal del mismo presunto Emperador, encubierto con el sambenito o alias de el Papa Francisco I, fuera extraditado y enviado a nuestro país para responder ante la justicia, la sociedad y la nación dominicanas, por su grosera transgresión a la moral y a la ética como a las leyes, que reivindican la moralidad basada en el respeto a las normas del buen comportamiento, como del trato respetuoso, considerado y digno a los semejantes, particularmente con sus aborrecibles y abominables, además de repugnantes, prácticas de violador sexual de niños como de la sodomización de adolescentes, al igual que su conocida depravación homosexual; como lo señala el diácono de Higüey, que guarda prisión bajo las mismas acusaciones que pesan sobre la persona del representante papal y del Vaticano, como Embajador de lo que llaman la Santa Sede, queriendo hacer con esto la falsa idea de que aquello es la casa-morada de lo que no existe, que es el supuesto dios o Jesucristo; lo que, además, es un contrasentido carente de lógica y de asidero en la realidad, que es la fuente de todo lo que es verdad, ya que, si de verdad fuera omnipresente, que está en todos los lugares y sitios a la vez, omnisapiente, que todo de antemano lo sabe, puesto que le atribuyen ser el compendio, síntesis y resumen de todas las verdades y conocimientos habidos y por haber, además de que también en sus alucinaciones y divagaciones, muy propias de la esquizofrenia y de la paranoia, que indudablemente satura todo cuanto es iglesia, religiones, pero, por sobre todo, ésta, que es el cristianismo, de la que se ha dicho, sin que sus fanáticos partidarios puedan refutarlo, que es tanto opio de los pueblos, como la más auténtica creencia de culpables impunes, se dice que es todopoderoso, esto es, supuestamente omnipotente.

Los alegatos que estructuran para evitar que su funcionario Wesolowski responda por sus fechorías de corrupción y violación sexual de centenares de niños, preferiblemente blanquitos y bien presentados, aunque no desperdiciaba hacérselo a un negrito, a lo que aplicaba la máxima de ¡a falta de pan, venga casabe!, son que Wesolowski es súbdito-ciudadano de la entelequia El Vaticano y monseñor católico de dicha Iglesia, además de que posee inmunidad diplomática, de la que quedó exento una vez que fuera cancelado del cargo diplomático.

Es indudable que se tratan de vulgares coartadas, que en este caso se basan en que lo que es la Iglesia Católica-Vaticano; así como nunca ha estado de parte de la democracia ni del ejercicio democrático o los derechos universales del hombre y de los ciudadanos, jamás han aceptado ser parte, en igualdad de condiciones, con todos los demás ciudadanos de la sociedad secular; y siempre han dicho y se han creído que los ciudadanos no somos más que ovejas, o ensarta de los más grandes pendejos, destinados a facilitarles el goce de la vida sin tener que sudar, ni las espaldas ni las bolsas, que les cuelgan en sus condiciones de inútiles güevones y parásitos viciosos redomados. Ovejas que su dios habría creado para darles la leche y el queso, como la lana para abrigarse, la carne para alimentarse y el trasero para su esparcimiento espiritual; como lo hace constar José Saramago en su célebre estudio titulado “El Evangelio según Jesucristo”.

La Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo, como opio incorregible de la humanidad, aberradamente, no pueden dejar de creer que la democracia hay que entenderla como el sistema del gobierno de la mayoría de las exclusivas élites; de lo que es el mejor ejemplo su designación, una vez que ni locos ceden hacerlo de otra manera, la forma y manera como designan al jefe de su cartel parasitario y oscurantista como supersticioso y, sobre todo, parasitario, de lo que llaman la fe cristiana. Un execrable y mínimo, como insignificante componente, de una, su supuesta élite, compuesta de alias cardenales, que los hacen equivalentes a los príncipes de la antigüedad, son los únicos que participan de la designación del cabecilla del hampa de la fe católica, apostólica y romana, mientras que el 99.99%, o de zánganos y zánganas, curas y monjas, ni cuentan ni suman, sino que están ahí, como verdaderos e innegables mojones, que sólo hieden, pero no cuentan.

Así, la inmunidad del diplomático se torna, como se palpa en el caso del representante papal Wesolowski, en impunidad.

Pero, en el caso particular y concreto de la República Dominicana, se le da vigencia a un adefesio que llaman Concordato, además  de otro asunto indigerible e inexplicable, como lo es ese de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica-Vaticano; cuando es una sucursal, apéndice y parte, de una institución extranjera internacional, el cartel Iglesia Católica, y perteneciente a un Estado, que sería el llamado Vaticano. Fue en aras de lograr estos dos adefesios, totalmente absurdos, que la Iglesia Católica-Vaticano pactó, luego de que Mussolini le creara dicho Estado Vaticano en el 1929, la entronización de la dictadura sanguinaria y despótica de Trujillo, en el 1930. La naturaleza falsa y apócrifa, carente de toda legitimidad, tanto de El Concordato, como de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica-Vaticano, es que no se trata de un pacto igualitario, sino de un pacto o acuerdo en que República Dominicana pierde su calidad de Estado y nación soberanos, para reducirse a una neo-colonia, pero de viejo tipo, de una metrópoli de la ignorancia, la superstición, el oscurantismo, la esclavitud, el crimen y, sobre todo, de su ultra-condición de parásita inveterada e incorregible como tal.

Al cura violador Alberto Wojciech Gil, que operaba en sus siniestras actividades amparado en Benito de la Rosa Carpio, como protegido, y cometiendo abusos sexuales contra niños, con el representante del Papa en el país, se le sacó del país, y tampoco se le hará justicia porque era polaco; no obstante, aquí llegó y actuó como parte de la Iglesia Católica-Vaticano, y a nombre y al amparo de quienes hizo todo el desastre que llevó a cabo.

Ya está bueno. Ya el pueblo consciente dominicano, como la nación y la sociedad responsables, demandamos que se le ponga fin a la estafa del Concordato y de la personalidad jurídica de una institución extranjera, que así pasa a ser, artificialmente, un órgano infiltrado de un Estado extranjero -El Vaticano-, como de una institución mágico-fantástica y de hechicería, como es la Iglesia Católica-Vaticano.

¿Saben ustedes lo que entendemos que deben hacer con el Concordato y la personalidad jurídica de esa vaina que es la Iglesia Católica-Vaticano? Bueno, anularlos. Pero que se les aplique la figura cruda de que los cojan y se limpien con ellos sus sucios culos, que ya estamos “jartos”, “jartos”, ¡carajo!

 

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