LOS CREADORES DEL MITO ENGAÑOSO Y AÑAGAZA PARA COGER DE PENDEJO AL PUEBLO Y AL PAIS DEL TAL "PROFESOR" JUAN BOSCH SUPUESTO EJEMPLO ETICO Y MORAL Y SU COMUN PLATAFORMA ¿Acaso el Pálido pelegato boschista con Leonel Antonio Reyna y Dañino Medina ha sido diferente a la labor oprobiosa y azarosa contra la nación y el pueblo dominicanos seguida por el Perrodé, hechuras y creación del espía pagado de la CIA a sueldo del imperialismo yanqui Juan Emilio Bosch Gaviño? 11-09-2014
Las trayectorias comunes, sembradas de escarnios, seguidas y consumadas hasta llegar al fondo del mismo pantano, el de las peores inmundicias, de los dos corrup-partidos del sistema, creaciones y cultivos directos del espía pagado por la CIA y del agente a sueldo del Departamento de Estado del imperialismo norteamericano, son estremecedoramente reveladoras, como convincentes, de que el felón Juan Emilio Bosch Gaviño, era portador innegable de una naturaleza ideológica, política y espiritual, nada envidiable; por cuanto, si se toma el caso del haitiano José Francisco Peña Gómez, que es su heredero primogénito, o bien el perdulario de todas las miserias humanas, características de las peores crápulas, lo cual es equivalente a la dilucidación de las podredumbres y vicisitudes del quehacer politiquero, bajo la bandera de doctrinas espurias, matizadas todas éstas por las más burdas inconsecuencias anti-nacionales, y contrarias a las masas del pueblo, por la fragilidad de la coherencia y por la inconsistencia interna; lo que, a su vez, quedaba traspasado, en forma indeleble, al comportamiento de sus hechuras y criaturas, que resultaron siempre mostrencas, o productos frankensteinizados; y, sobre todo, que esas aberraciones resultantes, siempre han sido incongruentes y contradictorias, como negadoras de toda moral y de toda doctrina en torno a esa moral, que es equivalente a decir que son contrarias a todo cuanto sea principios éticos; y, por lo tanto, armoniosos y acordes con la ética. José Francisco Peña Gómez, que era un haitiano, portador de los más retorcidos resentimientos nacionales anti-dominicanos; como, por igual, contrapuestos a los derechos democráticos del pueblo dominicano, puede decirse que emitió el canto del cisne; que se dice que éste, lo hace al momento de saber que su existencia llega a su final; y con su canto del cisne dejó sentado, que el proyecto político populista y abigarrado, que hasta ese momento se había llamado PRD, sin que nunca alcanzara los requisitos imprescindibles de lo que es un partido popular, y mucho menos la condición de revolucionario; ya que siempre fue intrínsecamente contrarrevolucionario; logrando sobrevivir sólo por el poco desarrollo del proceso histórico económico-social y político del país; y, de ahí, el poco desarrollo de la lucha de clases; como de la poca conciencia de lo que son las clases y el papel estelar de estas luchas como motor de la historia y de las sociedades; por lo que, llegado un momento estelar del curso del proceso y su historia, el haitiano José Francisco Peña Gómez se confesó, en su naturaleza de animal anti-social y anti-histórico, como contrario a la civilización, que es todo haitiano; cuya idiosincrasia es la del culto a la arbitrariedad, a la barbarie y al despotismo destructivo, depredador, al servicio exclusivo de los bajos instintos animales y de las más asquerosas bajas pasiones, fruto de las aberraciones ancestrales; y, a pesar de que se jactaba de haber concurrido a muchos centros académicos; entre los que, para ejemplo de su orfandad de criterios y de escrúpulos, se cuenta su paso por el centro de adiestramiento y reclutamiento de la CIA, establecido por ésta en Costa Rica, bajo la directa dirección del espía pagado de la CIA, que es su maestro, Juan Emilio Bosch Gaviño, junto al contratista internacional de la CIA, Sasha Volman, un rumano, agente contrarrevolucionario internacional de entera confianza de la CIA, precisamente. Hay que hacer una disección muy minuciosa de su cuento del cisne, que puso, definitivamente fin, al rejuego y conjuro de patrañas del partido policlasista, del partido frente de clases y todas esas baratijas, de diseños, corte y significado oportunista, contrarrevolucionario y anti-comunista, que venía arrastrando y contradiciendo. Asimismo, todo concluyó cuando expresó, en charlas o alocuciones consecutivas, durante casi una semana, del programa radial “Tribuna Democrática”; en el que, de manera rotunda y categórica proclamó, que la política y la vida en los partidos políticos sólo tenía por finalidad el "buscársela" para cada quien; esto es, para cada individuo. Lo que, descarada, desvergonzada e insolentemente expresó en los días inmediatamente posteriores al 15 de abril del 1983; al momento en que el corrupto y entreguista gobierno Perrodé Salvador Jorge Blanco, manipulado por el informante de la CIA y del balaguerismo como de los monopolios yanquis, Hatuey Decamps Jiménez, ordenaba y llevaba a cabo el apresamiento y represión de nuestro dirigente, Luis Montás, realizado el 15 de abril del 1983, acusándolo de difamación e injuria; al denunciar que la pandilla del inescrupuloso Salvador Jorge Blanco, apoyaba que Hatuey Decamps y sus familiares, en particular su madre, Orfelina Jiménez, se dedicara a estar desalojando campesinos parceleros del Instituto Agrario Dominicano para adjudicarse las parcelas como de su propiedad; lo que se comprobó palmariamente. Y el mismo Salvador Jorge Blanco tuvo que ordenar la puesta en libertad de Luis Montás, por no haber incurrido ni haber indicio de delito que sustentara la acción represiva y arbitraria, en violación de los derechos democráticos y constitucionales de nuestro dirigente. Lo más penoso de todo ello, fue ver y palpar la degradación moral, política e ideológica del señor Rafael Valera Benítez, nombrado al efecto Fiscal del Distrito Nacional, para llevar a cabo esas acciones persecutorias y anti-democráticas. Hatuey Decamps y los perrodeístas calcularon sus planes partiendo de que Rafael Valera Benítez (Fefé Valera), habiéndose pasado al boschismo y a ser colaborador del imperialismo yanqui, había terminado convertido en un narcómano y alcohólico, o sea, en una verdadera hez de la sociedad y de la política. No obstante, las víctimas fueron dos en este caso. Una, la derrota de los planes persecutorios y represivos contra nuestro dirigente Luis Montás; y, segundo, que Peña Gómez se vio obligado a confesar cuáles eran sus fines personalistas e individualistas de haitiano anti-social y anti-dominicano. Especímenes depravados éstos que sólo son portadores de las peores miserias humanas, esclavos de sus bajos apetitos, dictados por sus instintos animales; y siempre dispuestos a hacer de propagadores de todo tipo de campaña de desmoralización, como de envilecimiento, de la lucha y la actividad política. Así actuaba, a mediados de abril del ’83, esa crápula bestial, aberrado y violador, de José Francisco Peña Gómez, como espía pagado de la CIA y agente a sueldo del imperialismo yanqui; igual que su maestro, el espía pagado de la CIA y agente a sueldo del imperialismo, Juan Emilio Bosch Gaviño, a los que los Estados unidos mantenían por los servicios que les prestaban, a título de viles canallas mercenarios suyos. No obstante, esa vulgarización de la lucha política, le causó repudios y condenas. Peña Gómez, a raíz del 24 de abril del 1984, cuando, espontáneamente, las masas, sobre todo de la capital, se lanzaron a las calles en protesta y rechazo, escenificando la primera protesta del Caribe y de América Latina contra el neoliberalismo, con su privatización, despojo de las riquezas nacionales patrimonio de los pueblos latinoamericanos, la que duró varios días; y, el gobierno lacayo y anti-popular, con fuertes lazos de ataduras y dependencia del imperialismo yanqui y de la Iglesia Católica-Vaticano, pasó a la represión y al asesinato a mansalva de miles y miles de dominicanos, matando a más de un centenar de ciudadanos, acusándolos de ser parte de una conspiración tumba-gobierno, y de Golpe de Estado, de los grupos balagueristas y de los movimientos revolucionarios. Fue así cuando, tanto Peña Gómez, como el hoy convicto y confeso agente contrarrevolucionario franquista Hugo Tolentino Dipp, montaron un aparatoso espectáculo de cintas grabadas de sujetos que, habiéndoles dado unos miles o cientos de pesos, declaraban, que los reformistas y otros les habían pagado para que provocaran y/o participaran de las protestas. Ya, con este otro paso, se erigía una deuda de sangre y asesinato de las bandas perrodeístas peñagomistas y jorgeblanquistas con el pueblo dominicano; cuya responsabilidad recaía en el haitiano, que gozaba con que el Perrodé matara, reprimiera y asesinara a dominicanos que reclamaban sus derechos, y ejercían sus facultades constitucionales de protestar y demandar, que se le pusiera coto a la acentuación del proceso de empobrecimiento y miseria, de que se les acababa e hacer objeto, de manera descomunal, con el paquetazo o palo acecha’o en el último día de la llamada Semana Santa del año 1984. Pero, finalmente, el mismo haitiano José Francisco Peña Gómez, y espía pagado de la CIA como agente a sueldo del Departamento de Estado norteamericano, a raíz de las discusiones, para el año 1985, de los préstamos leoninos de la banca internacional para la construcción de la cuestionable Presa de Madrigal; a la que, Jacobo Majluta, en gesto indudablemente patriótico, se opuso, alegando, con justicia y apego a la verdad, que se trataba de un préstamo que seriamente lesionaba la soberanía nacional dominicana; a lo que, el haitiano anti-dominicano, anti-social y resentido; que durante toda la gestión conservadora católica de Guzmán Fernández había estado despotricando contra el Estado, la Nación Dominicana y la República Dominicana; acusando al país de ser una creación, nada menos y nada más, que artificial hechura, en el 1930, por obra y gracia del imperialismo norteamericano; respondió, exactamente chillando y escandalizando, en una acción típicamente de un haitiano, e histéricamente proclamó, haciendo suyas las disquisiciones coloniales y esclavistas de naciones del imperialismo, de su maestro, el primer espía pagado de la CIA, y agente a sueldo del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño; de que, un país que no tuviera soberanía no podía ser una nación; por lo que la República Dominicana no era en verdad una nación (1972. Una Carta, dirigida al trujillista y agente de la CIA Jottin Cury, que luego se le llamó la carta perdida); y, su primer discípulo, repitiendo a su maestro, vociferó: Es que República Dominicana no es ni una nación, ni un país, ni una República; puesto que su endeudamiento hace que no pueda hablar de su soberanía ni pretender siquiera defenderla. Esas canalladas, del infame e ingrato haitiano, de la CIA y del imperialismo, José Francisco Peña Gómez, todavía resuenan en el edificio de lo que fuera su gestión municipal del 1982 al 1986, Santo Domingo, República Dominicana. Ahí, con esos tres hechos y tres proclamaciones cardinales de carácter programático, lo que fuera la expectativa de un partido, pasó a ser un amasijo inescrupuloso y desalmado de perros sabuesos, cegados por la ambición desenfrenada y los más bastardos sentimientos, de usar la política y el Estado como fuente de enriquecimiento. Y, desde entonces, no vale hablar ni siquiera de corrup-PRD, sino de corrup-Perrodé; pues aquello, definitivamente, es una jauría de perros, con rabia de filo-riqueza, robada al pueblo y al Estado dominicanos. Pero, ¿acaso el Pálido pelegato boschista, con Leonel Antonio Reyna y Dañino Medina, ha sido otra cosa, o en algo diferente, al destino y la labor, oprobiosa y azarosa, contra el país, la nación y el pueblo dominicanos, seguido por el Perrodé; hechura y creación del espía pagado de la CIA y agente político mercenario a sueldo del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño; manejado, hasta su descalabro y conversión en jauría de perros salvajes, por el primer discípulo y espía pagado de la CIA como agente mercenario a sueldo del Departamento de Estado yanqui, José Francisco Peña Gómez? En un comentario anterior, hablamos de una plataforma de cuatro patas, común, para los renegados oportunistas revisionistas, los castro-guevaristas y los huérfanos de ideología y moral, que forman las legiones de la prensa venal y mendaz, como mercenaria y amarilla, por lo tanto. Pero sólo, deliberadamente, hicimos mención de tres; y dejamos la cuarta pata para mencionarla ahora. Y, entre el común denominador, de los creadores del mito engañoso y añagaza, para coger de pendejo al pueblo y al país, del tal profesor, profesor Juan Bosch; supuesto ejemplo ético y moral; que se tambalea y rueda por el suelo como lodo pestilente, ante la pregunta: ¿de qué ejemplo moral y ético puede ser portador un espía y un agente político mercenario, como es ese truhán de Juan Emilio Bosch Gaviño? La cuarta pata de la mesa, de la plataforma común de esos canallas, que, por orden del imperialismo y la reacción, crearon e impusieron el mito del profesor Juan Bosch, como un político honesto, serio, honrado, e interesado por el país y el pueblo dominicanos, está en el ocultamiento de su recalcitrante balaguerismo, retrógrado y reaccionario. Como se ve, lo del ejemplo ético y moral, del usurpador de la condición de profesor, carece de fundamento cierto; y es huérfano, de arriba hasta debajo, de alegatos honestos y honrado, para corroborar lo de sus imaginarios ejemplos moral y ético. Esta cuarta pata es con la que el Pálido pelegato boschista llega al Poder, como todo el mundo sabe y la historia corrobora: su recalcitrante balaguerismo retrógrado, amoral y anti-ético. ¿De qué moral, y de qué ética o principios éticos, pueden hablar, del socarrón espía pagado de la CIA, y del desvergonzado agente mercenario del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño? Y es, esta cuarta pata de la plataforma común del engaño y estafa del boschismo, lo que crea y da amparo a la justeza múltiple de la designación del Pálido pelegato y boschista, con todas sus acciones de podredumbre, pus, carne descompuesta, leprosos morales y legiones de goliardos, proxenetas, homosexuales y degenerados. Apenas a los 75 días de haber llegado al Poder, el 1ro. de Noviembre de 1996, ya anunciaba su vendaval de asesinatos, so pretexto de poner coto a lo de vivir, por más de 30 años, como chivos sin ley. ¿Acaso hay alguna real y tangible diferencia, que marque el poder distinguir, al Pálido pelegato boschista de Leonel Antonio Reyna y Dañino Medina Gángster Murmullo y sus legiones de canallas y heces de la sociedad, verdaderos goliardos y perdurables vergüenza y bochorno para la sociedad, el Estado y el país, de un lado; y los perros de Peña Gómez; Salvador Jorge Blanco; de Rafael Hipólito Mejía, el más abyecto y repugnante de todos, y por lo cual es el más grande hijo de la gran puta de la jauría entera; Milagros Ortiz Bosch; Miguel Vargas Maldonado; o del benjamín de la jauría, y tan podrido como los cabecillas de las distintas divisiones de la jauría de perros sarnosos, Luis Abinader; diferente a lo que hoy exhibe un crápula y rastrero, como el babosa hecho de paja podrida, hipócrita redomado, retardado mental, mediocre, inepto, pusilánime, cobarde, entreguista y genuflexo ante los enemigos del país, y, en especial, ante las hordas haitianas y los monopolios imperialistas, como lo es Dañino Medina, Gángster Murmullo? Pero, en defensa de todos esos amasijos de inmundicias, perrodés y pálidos pelegatos boschistas, hemos de reconocer que ellos son hechuras alegres y, dada su falta de dignidad y escrúpulos, se sienten hasta orgullosos, de ser hechura fidedigna de su maestro y guía, el espía pagado de la CIA y agente a sueldo del imperialismo yanqui, vía su Departamento de Estado, el felón, amoral y anti-ético, Juan Emilio Bosch Gaviño.
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