EL PRESIDENTUCHO CORRUPTO LADRON Y VENDE PATRIA DANILO MECHINAL NO TIENE CALIDAD PARA EN SU CONSENSO CON LO MAS PODRIDO DE LA SOCIEDAD DECIDIR LA SUERTE DE LA NACION DOMINICANA

Sólo el pueblo dominicano a través del referendo puede determinar el camino a seguir con respecto a quienes son o no ciudadanos dominicanos en pro del avance de la nación dominicana hacia estadios superiores de civilización progreso y cultura

01-04-2014

 

No apoyamos ni respaldamos, y todo dominicano debe rechazar la Ley de Naturalización de haitianos que, para desacatar la sentencia 168/13 del  Tribunal Constitucional, anuncia el gobierno traidor y corrupto como criminal Pálido pelegato boschista del Dañino Medina Gángster Murmullo.

Dicha ley, aunque la respaldo y avale el Congreso, es inconstitucional, puesto que ningún carajo a la vela como el Dañino, ni sus malhechores asociados, pueden decidir por sí solos y con la más olímpica exclusión y aplastamiento de la voluntad del pueblo, los destinos de la nación dominicana.

Por esto sólo apoyamos un consenso resultado de un referendo, pero no el consenso proveniente de la unificación de los puntos de vista de los verdugos, asesinos, corruptos y entreguistas enemigos del pueblo dominicano y del país.

El Dañino Medina se instituye en un traidor a la patria, al que, ni su muerte, lavaría la afrenta en que está incurriendo.

Es inaceptable que, en su traición a la nación dominicana, al pueblo dominicano, el Presidente del Poder Ejecutivo, con truchimanerías y marrullerías propias de un desalmado y en extremo pusilánime, inescrupuloso, corrupto, ladrón, enriquecido con dinero ilícito, cuyo patrimonio oculta, por cuanto no puede justificar su procedencia ante la sociedad y el pueblo dominicanos; que además tenga un gabinete de criminales y ladrones, como es el caso del insignificante Carlos Pared Pérez, sí, sí, de la misma claque esa, violente, el Dañino Medina, la aplicación de la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, llamando a un supuesto consenso, excluyente de la población dominicana, y elitista consenso de los granujas, rufianes y pillos, asesinos, ladrones y criminales que han hecho de verdugos del país y del pueblo dominicanos; y que son los que han llevado al país a este desastre que estamos enfrentando, para someter una Ley de Naturalización a favor de darle la nacionalidad dominicana a los haitianos ilegales, que se sienten los dueños de nuestro país, obviando que es al pueblo dominicano, mediante la puesta en práctica de un referendo, al que hay que consultar si quieren o no a los haitianos aquí, en nuestro país, la República Dominicana.

El referendo, que es una consulta al pueblo sobre cuestiones esenciales, en las que nadie puede sustituir la soberana voluntad del pueblo externada en las urnas, está contemplado en nuestra Constitución vigente, en su artículo 22, concerniente a los derechos de los ciudadanos, cuando establece, como uno de esos derechos: “2) decidir sobre los asuntos que se les propongan mediante referendo” y en el artículo 210, que establece la figura de las consultas populares mediante referendo, que estarán reguladas por una ley. Y que, en cuanto a temas tan trascendentes como son el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, como sobre el ordenamiento territorial y municipal, entre otras cosas, el Art. 272, pauta bien claro, que cuando se establezcan modificaciones en esos asuntos en una reforma constitucional a través de la Asamblea Nacional Revisora debe, obligatoriamente, de acuerdo a la Constitución vigente ratificarse mediante un referendo aprobatorio, o sea, una consulta popular, para poder ser modificada la Constitución en dichos aspectos cruciales.

Así, lo que procede de inmediato es la Ley de Referendo para, acto seguido, efectuarlo con el tema de marras.

Estando pautada la figura del referendo en la Constitución, y siendo obligatorio para todos los poderes del Estado la aplicación de la necesaria y renovadora sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, que establece quiénes son nacionales dominicanos y quienes no lo son ni tienen derecho a serlo, el truchimán, marrullero y traidor presidente del Poder Ejecutivo, está recurriendo a todo tipo de ardides para darle el tiro de gracia a la nación dominicana, promoviendo una llamada Ley de Naturalización, con la que busca que, sin muchos requisitos, se les dé una especie de amnistía a los haitianos ilegales que invaden nuestro país, y se les otorgue la nacionalidad a todos esos invasores haitianos, que responden a la estrategia de la invasión pacífica implementada por los haitianos desde el 1870.

Y para esto recurre a lo que le ha dado en llamar consenso, pero en el cual el pueblo no cuenta, sino que esas consultas las lleva a cabo reuniéndose e intercambiando con los mismos sectores responsables del desastre actual, incluso copartícipes y auspiciadores de la invasión pacifica haitiana; personeros que son sepulcros blanqueados y contenedores de excrementos pestilentes si no sacos de podredumbre, de hedor repulsivo y nauseabundo, como son los del Episcopado Dominicano de la Iglesia Católica-Vaticano, los parásitos e imbéciles esquizofrénicos de las bandas de protestantes, los Rafael Hipólito Mejía, los Miguel Vargas Maldonado, los Luis Abinader, los Vincho Castillo y sus vinchitos, los Hatuey Decamps, etc.; y todo con el coro de la venal como prostituida prensa amarilla, sobre todo la que está en manos del opusdeísta y franquista fascista Pepín Corripio.

Está sobradamente comprobado que el designado, con ironía y sarcasmo, como el Dañino Gángster Murmullo Medina, como agente podrido y vil de la reacción, del imperialismo norteamericano y europeo, así como prostituido, que carece de la entereza y la hombría patria. ¿Por qué, escandalosamente, al Dañino Medina no le importa la patria y el pueblo dominicano? Es que a un ladrón, entreguista y criminal Pálido pelegato boschista, cuya única meta suya personal y de su desgobierno, lo único que le importa es darle impunidad a sus malhechores socios en el Pálido.

Nada extraño puede resultarnos que, tanto en esta cuestión crucial, que, como se sabe, es casi de vida o muerte para el país y el pueblo, que es el de la naturalización de las hordas de haitianos, como conspiración para la destrucción de la nación dominicana, al igual que en el de la educación, con su estafa del pacto elitista de la educación para servir a los explotadores y opresores, en particular a la parasitaria y oscurantista como corrupta y criminal, Iglesia Católica-Vaticano y al Concordato; lo más sobresaliente es que se omite, se sepulta y se ignora, en forma recalcitrante, la opinión y participación del pueblo.

Y el marrullero y mediocre, huérfano de toda virtud humana, que es un verdadero prototipo de deshecho humano, Dañino Medina, lo hace en lugar de someter al Congreso Nacional una Ley para reglamentar todo lo relativo al referendo y consultar al pueblo sobre lo que realmente quieren los dominicanos en esta materia, pero, discípulo de su maestro, el architraidor y super felón Juan Emilio Bosch Gaviño, al fin y al cabo, todo lo que huele a pueblo, todo lo que representa soberanía popular, es repelido por estos bandidos, encabezados por el Dañino Medina alias el Gángster Murmullo, desde la Presidencia del Poder Ejecutivo.

Los derechos democráticos, reconocidos en la Constitución de la República, como en toda sociedad capitalista, son proclamados, pero se cumplen a medias, y sólo en la medida en que la población exige y lucha para que esos derechos, que le son reconocidos, se hagan realidad en la práctica.

Es así como, de manera demagógica, en la Constitución del 2010 se proclama, se instituye, la figura del referendo; pero haciendo constar que tiene que votarse una ley que establezca los ámbitos, requisitos y condiciones para el ejercicio pleno de la soberanía popular, a través de la celebración de referendos, para tratar temas de vital importancia para el país y la población; como sería en este caso qué realmente quiere la población, el pueblo dominicano respecto a los haitianos, y si está de acuerdo con que se les de la nacionalidad dominicana a las hordas haitianas que invaden el país de punta a cabo.

Claro que, al instituir la figura del referendo, las clases en el Poder tuvieron especial interés en hacer constar que dichas consultas populares no podrán tratar sobre aprobación o revocación de mandato de ninguna autoridad electa o designada; y que para la aprobación de la celebración del referendo debe tenerse la aprobación de las dos terceras partes de los presentes en cada Cámara del Congreso Nacional.

Aunque, una cosa importante que sí contempla la Constitución es que, para realizar una reforma constitucional que verse sobre el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, sobre los derechos, garantías fundamentales y deberes, sobre el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de la moneda, y sobre los procedimientos de reforma instituidos en la Constitución vigente, se requerirá de la ratificación, a través de un referendo aprobatorio (o sea, de una consulta popular), que convocará la Junta Central Electoral, una vez votada y aprobada por la Asamblea Nacional Revisora, la reforma que sólo será aprobada y publicada si el referendo aprobatorio fuera afirmativo.

Pero, aunque esta Constitución está vigente desde principios del año 2010, a la fecha, empezando el segundo cuatrimestre del año 2014, todavía no ha sido presentada una iniciativa legislativa en torno a la aplicación real y efectiva de la figura del referendo, del plebiscito o consulta popular.

Pero tenga en cuenta, señor Presidente del Poder Ejecutivo, que no saldrá impune del crimen de lesa patria que está cometiendo con su pusilanimidad y rastrerismo ideológico de vendepatria y de traidor, que, con truchimanerías y marrullerías (por lo que bien ganado tiene el nombre de Gángster Murmullo), quiere darle el golpe mortal a la existencia y al derecho a la existencia de la nación dominicana. Ese crimen, señor Dañino Medina Mechinal, no perime; y tarde o temprano tendrá que responder por ello, lo cual puede llevar hasta a la pena de muerte.

Está violando la Constitución y las leyes de la República respondiendo a fines espurios de los monopolios imperio-capitalistas, de las megamineras y sus planes de convertir el territorio nacional en un gran desierto, destruyendo su flora y su fauna, y de la gran prostituta y parásita Iglesia Católica-Vaticano, en especial de los jesuitas por los que tan complacientemente está arropado.

La propia Constitución de la República establece, en su Art. 73, que son nulas de pleno derecho las acciones o decisiones de los poderes públicos, instituciones o personas que alteren o subviertan el orden constitucional.

Las decisiones del Tribunal Constitucional, de acuerdo a la misma Constitución, en su Art. 184, “son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado”.

No se juegue con candela, de violar y pisotear la Constitución de la República Dominicana, que no saldrá impune en este caso; porque lo que está en juego es la existencia misma de la nación dominicana, de nuestro país y de su pueblo, los dominicanos.

Este gobierno de engaño, este gobierno mediático, de truchimanes, de lacayos incondicionales del imperialismo norteamericano, del parasitismo de la Iglesia Católica-Vaticano, y de los usureros y estafadores que expolian al pueblo y venden la patria, que encabeza el señor Dañino Medina Mechinal, alias el Gángster Murmullo, en quien por sus venas, en lugar de sangre, corre la traición, como buen engendro de su profesor Juan Emilio Bosch Gaviño, profesor del engaño, del mercenarismo, de ser agentes de los enemigos de la patria, del imperialismo norteamericano, y opuesto a todo lo que sea popular y nacional; con su afán, el del Presidente del Poder Ejecutivo, de socavar la esencia de la sentencia patriótica, en base a truchimanerías y marrullerías, lo que está es buscando la paz de los cementerios, en base a usar a las hordas haitianas para que aplasten a los dominicanos, para que destruyan la nación, y él, y la banda de inescrupulosos, corruptos, desalmados, poder disfrutar de los millones y millones de pesos y dólares que han amasado por vía de la corrupción a la sombra del Estado.

Ya esta bueno de estos estafadores y traidores.

El referendo es lo que va. Y eso es lo que tenemos que exigir todos los dominicanos que amamos nuestra patria y estamos dispuestos a defenderla en todos los terrenos.

 

Volver a la Página Principal