PENOSO Y ASQUEROSO PAPEL DEL BABOSA CON HECHURA DE PAJA PODRIDA DAÑINO MEDINA ANTE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU

Ya entre la gente del pueblo se oye y toma cuerpo la consigna: ¡Que maten al bizco! ¡Que maten al maldito y azaroso bizco!

25-09-2014

 

Es repugnante, vergonzosa, rastrera, inmunda, desvergonzada, descarada, una exhibición de la peor prostitución del alma, y hasta por amor al arte; tal fue el penoso y asqueroso papel del babosa, con hechura de paja podrida, ante la Asamblea General de la ONU.

Dañino Medina y su banda Pálido pelegato boschista no cansan, ni se cansan nunca, de llevar a cabo todo cuanto signifique llenar de oprobio y conlleve la denigración y desmoralización del pueblo dominicano y de la nación dominicana.

Los afanes de este tipo de gentuzas, desalmadas e inescrupulosas, provenientes de los más oscuros hoyos de la inmundicia, y portadores del vademécum completo de las peores miserias humanas; que nadie se preste a engaños ni se haga falsas ilusiones, son criaturas retorcidas, cuyo único afán es hacer riquezas a cambio de la existencia del pueblo y la República Dominicana; que, por desgracia, les dio la vida; y son, pueblo y República, blancos de su ignominia.

Desearle la muerte, cuanto antes y por cualquier vía, no es un delito; es un deseo de amor y patriótico sentimiento hacia el país y nuestro pueblo. ¡Que lo maten! Que la gente entienda, quiera y desee, y esté presta y dispuesta a llevar a cabo la empresa.

Que un rufián, apoyado por una banda de facinerosos y amorales, ladrones y asesinos, se hayan puesto de acuerdo para entronizarlo en el más alto cargo de la República, ni lo hace invulnerable ni lo exime de su espuria y podrida condición.

Ya entre la gente del pueblo se oye y toma cuerpo la consigna: ¡Que maten al bizco! ¡¡Que maten al maldito y azaroso bizco!!

Eso, de presentarse ante la Asamblea General de la ONU, para, con todo descaro, llamar a la más grosera injerencia e intromisión en los asuntos internos de nuestro país, no tiene punto de comparación en la historia.

Es que sólo el más envilecido de los canallas puede concurrir a la Asamblea mencionada, a pedir que todo el que lo desee y quiera, que venga al país a financiar la nacionalización de las hordas haitianas.

¿Qué bestias desconocedoras de todas las virtudes cívicas y del patriotismo pudieron engendrar esta repugnante criatura?; carente de toda dignidad, afrentosa, repugnante, abominable; hasta el punto de que, hasta las más inmundas sabandijas y alimañas se sentirían humilladas, si se les iguala a este retorcido aborto de la naturaleza.

 

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