EL RENEGADO REVISIONISTA NARCISO ISA CONDE FRACASO EN SU AVENTURA DE USAR A CAAMAÑO COMO PARAPETO PARA DARSELAS DE BELICOSO REVOLUCIONARIO COMUNISTA, CUANDO ES UN ENGREIDO IGNORANTE DEL MARXISMO-LENINISMO Y AMAESTRADO EN EL JRUSCHOVISMO

Preferible para el archi-traidor Fidel Castro era dejar que Caamaño siguiera alucinando y en ese empeño fracasara y de seguro muriera porque ello al fin y al cabo poco significaba en el curso de su proceso de traiciones y diabluras

25-07-2014

 

El renegado revisionista, y oportunista social traidor consuetudinario, Narciso Isa Conde, que fuera la cotorra repetidora de todas las toxinas anticomunistas, antimarxistas y antileninistas del Gordo, José Israel Cuello, y por ello fungiera de secretario general de la cueva pestilente del contrarrevolucionarismo de todos los colores, que hizo de la práctica del seguidismo la bandera de su real mercenarismo, fracasó en su aventura de usar a Caamaño como parapeto para dárselas de belicoso revolucionario comunista; cuando era harto conocido que era un engreído ignorante del marxismo-leninismo como doctrina revolucionaria, puesto que había sido amaestrado en el jruschovismo, que es el peor de los revisionismos contemporáneos de los tiempos actuales y, por lo tanto, la forma superior y más completa de la traición al socialismo; lo que ha quedado grabado en las páginas de la historia universal como el movimiento de abjuración al espíritu de clase proletaria, de Partido Comunista y de la dictadura del proletariado, como de todas y cada una de las leyes de la Revolución Socialista de Octubre, conforme la experiencia y el ejemplo de Lenin y Stalin; movimiento de traición y abjuración, el del revisionismo jruschovista, cuya culminación y desenlace es en la restauración, capitalista e imperialista, de los países de la ex-URSS, y particularmente de Rusia; como se puede palpar hoy, sin necesidad de mayores esfuerzos intelectuales y de propaganda para demostrarlo, una vez que los hechos y la realidad concreta hablan por sí solos.

La pandilla, amaestrada en la teoría y la práctica del jruschovismo que, carente de autenticidad, poseía como único rasgo original, su falta de originalidad; una vez que, en lo teórico, vino a ser la repetición de todas las monsergas de los renegados revisionistas Berstein y Kautsky, sucesivamente, y de cada uno de estos architraidores a la revolución proletaria por separado.

Sus maestros, en esta repugnante labor de adiestramiento y profesionalización como social-traidores y viles mercenarios vividores de sus prácticas, fueron los renegados revisionistas de viejo cuño del antro del oportunismo y la traición del llamado PSP (Partido Sociolisto Popular) de los hermanos Juan y Félix Servio Ducoudray, Quírico Valdez, Justino del Orbe, Dato Pagán, José Espaillat, Tulio Arvelo, Pedro Mir, Niño Ramírez y otros; quienes, al regresar del exilio, tras la desaparición del régimen de Trujillo, entiéndase la dictadura con forma feroz y sanguinaria en extremo, y que, a partir de fines del ’61 quiso adornarse con el disfraz del bonapartismo; una vez que los yanquis y la Iglesia Católica-Vaticano percibieron que no podían seguir gobernando sólo a base de las bayonetas de los policías y de la guardia. Fue en esa coyuntura que los del PSP regresaron del exilio; no a desplegar una lucha abierta y de masas alrededor de la educación, difusión y organización de las ideas del socialismo, sino a organizar células y personas aisladas alrededor del browderismo, que era la versión, al entrar la década del ’50, de la condición de la traición y la abjuración a las ideas revolucionarias de Marx, Engels, Lenin y Stalin.

Las ideas y propaganda de Browder que, para los tiempos post la segunda gran guerra o Guerra Mundial, era secretario general del Partido Comunista de los Estados Unidos, hicieron que fuera expulsado y desenmascarado. No obstante, fue de la doctrina de la traición al socialismo y a su doctrina que la pandilla de Jruschov sacó todas sus basuras anticomunistas para nutrir su traición, que giró alrededor del linchamiento de Stalin y su imperecedera obra.

Browder, igual que Jruschov y Miguel Gorbachov, pasó a ser un estrecho colaborador e informador del imperialismo yanqui, de la CIA y del FBI. Como colaborador y sirviente de los centros de propaganda anticomunista del imperialismo yanqui, como asiduo colaborador e informante de la CIA y del FBI, en su célebre y aborrecible campaña, de carácter inquisitorial, llamada del macarthismo, que consistió en una demencial campaña policial, coercitiva y persecutoria contra todos los que se identificaran con la doctrina comunista y que profesaran ideas revolucionarias de izquierda, por identificarse y ser solidarios con la lucha contra la explotación y opresión, tanto de los trabajadores norteamericanos, como sobre las minorías de inmigrantes, de la segregación y la discriminación racial; todo lo que hizo del macarthismo una herramienta de la llamada guerra fría, con la que el imperialismo le escamoteó el papel de vanguardia y decisivo, de la URSS y de Stalin, en la derrota del eje nazi-fascista alemán-italiano de Hitler y Mussolini, respectivamente.

Soplaban entonces, hacia el seno de la sociedad dominicana y por todo el país, fuertes movimientos en busca de una bandera teórica que guiara el ímpetu transformador, que se abría paso después de la camisa de hierro que fue la dictadura del imperialismo yanqui y de la Iglesia Católica-Vaticano, por 32 años.

El imperialismo, la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), su Embajada, la CIA, la Iglesia Católica-Vaticano, la Alianza para el Progreso, desarrollaron una estrategia encaminada a sembrar confusión, y a hacer provocaciones, para que el pueblo y el país no encontraran el camino correcto por el que debería encauzarse la lucha democrático-popular, por la independencia nacional (liberación nacional) y las libertades democráticas.

Coordinadamente actuaban los espías de la CIA y pagados, como los agentes a sueldo del Departamento de Estado, que dirigía y manejaba Juan Emilio Bosch Gaviño, como el primer espía pagado de la CIA y agente a sueldo del Departamento de Estado norteamericano.

Juan Emilio Bosch Gaviño, a través de sus relaciones e influencias, hizo que gente como Corpito Pérez Cabral, Dato Pagán y otros, cuya entereza revolucionaria siempre estuvo rodeada de la más perspicaz sospecha y suspicacia, pasaran a trabajar a su favor, una vez que eran viejos relacionados, y, particularmente, desde el establecimiento en Venezuela del funesto pacto, ordenado por la CIA y el imperialismo yanqui, llamado de Punto Fijo, cuyo secretario pasó a ser el mismo Juan Emilio Bosch Gaviño.

Ha de saberse que la divisa del Acuerdo o Pacto de Punto Fijo, firmado en el 1958, tras la caída del dictador Pérez Jiménez en Venezuela, cuyo contenido era cerrarle el paso a todo cuanto fuera revolución, y repartirse en el Poder los firmantes, Acción Democrática, de Rómulo Betancourt (reconocido agente de la CIA), Copey, de Rafael Caldera, otro agente de la CIA subalterno del procónsul de la CIA y del imperialismo, que era Rómulo Betancourt, y Jóvito Villalba, de un partidito llamado Unión Republicana Democrática, del que su Secretario de la Juventud es José Vicente Rangel, el mismo que viste y calza, como gran ideólogo del chavismo patriotero y la demagogia politiquera.

Jóvito Villalba se las daba de honesto y serio. Sin embargo, jamás logró limpiarse de la afrenta de la corrupción suya conocida de que, habiendo ganado las elecciones presidenciales en el 1952 contra Pérez Jiménez, general golpista contra Rómulo Gallegos en Golpe de Estado orquestado por el mismos Rómulo Betancourt, por orden de la Embajada norteamericana en Venezuela, lugar en que se asiló 6 ó 9 horas antes de anunciarse el Golpe de Estado militar de Pérez Jiménez contra el humanista y escritor Rómulo Gallegos, autor de la célebre novela “Doña Bárbara”, procedió a vender su victoria al déspota Pérez Jiménez.

La antológica traición a Rómulo Gallegos por Rómulo Betancourt, quien fue admirado y tenido siempre como el gran maestro del archi-espía pagado de la CIA y agente a sueldo del Departamento de Estado del imperialismo yanqui, fue un standard, modelo y arquetipo, de Bosch, para traicionar, traicionar; y enseñar a todo su discipulado y discípulos, de los perrodé, con el haitiano Peña Gómez a la cabeza, y a los pálidos pelegatos, con Leonel Antonio Reyna a la cabeza, también, y ambos, espías pagados de la CIA, como agentes a sueldo del imperialismo, y sus lacayos incondicionales, por lo tanto, a ser lo que son y no pueden dejar de ser: asesinos, vendepatrias, ladrones, corruptos y basuras pestilentes, moralmente ceros a la izquierda y, éticamente, olímpicamente huérfanos de todo principio.

Tras la Guerra de Abril, por un espacio pagado en “Patria”, periódico que editaba el Chino Ferreras en la Zona Constitucionalista, quedó constituido el partido capitulacionista dominicano (p“c”d), fruto de un Golpe de Estado (siguiendo el modelo de los renegados revisionistas Jruschov y compañía), a los renegados revisionistas de viejo cuño de la dirección de los Ducoudray y comparsa, muchos de los cuales pasaron a apoyar a los renegados revisionistas de nuevo cuño, o renegados revisionistas de nacimiento, en los que los renegados revisionistas del PSP habían invertido mucho trabajo de adiestramiento y amaestramiento como los continuadores de su asqueante labor de traidores de tomo y lomo; además de que así recibirían su tajada del suculento subsidio monetario, y otros privilegios, provenientes de los zares social-imperialistas del Kremlin. Tulio Arvelo, José Espaillat, Justino del Orfe, entre otros, fueron de esos.

Los viejos renegados revisionistas del PSP, encabezados por los Ducoudray, Quírico Valdez y otros, no reconocieron el Golpe de Estado de que habían sido objeto por los delincuentes y social-traidores que habían empollado y amaestrado; repitiéndose lo de, cría cuervos y te sacarán los ojos.

Así, los viejos renegados revisionistas, o de viejo cuño, desplegaron, hasta entrada la década del ’70, una campaña contra los usurpadores y golpistas del partido capitulacionista dominicano (p“c”d); a los que acusaron, perspicazmente, de oportunistas, trepadores y mercenarios, aventureros y hasta de “maoístas” vergonzantes; esta última acusación, por dos o tres razones, puesto que, como renegados revisionistas, no iban a acusarlos de castristas, ya que los zares del Kremlin eran los amos del aventurero traidor y carnicero Fidel Castro; como el Partido Comunista de China había incurrido en tales errores oportunistas que llegaron, en el 1965, a publicar el adefesio aventurero “Guerra de guerrillas un método” del Che Guevara, que es la contraposición directa al pensamiento de lucha armada del presidente Mao Tse Tung.

La pandilla de renegados revisionistas de nuevo cuño o de nacimiento, que usurpó el nombre de Partido Comunista, siendo en realidad el partido capitulacionista, el partido colaboracionista dominicano (p“c”d), desde el 1965 hasta el 1971, sembró todo tipo de ideas y prácticas, de puro contenido y significado anti-marxista, anti-leninista, anti-proletario, y de franco corte social-reformista, que era su real naturaleza, la que envolvían con lo de sus actividades disfrazadas de aprestos insurreccionalistas, que pretendieron culminar con la figura de Francisco Alberto Caamaño Deñó y sus pocas luces de inteligencia, como total y absoluta ignorancia de la dialéctica de la revolución y de los movimientos revolucionarios; habiéndose formado, hasta Abril del ’65, como un belicoso oficial de contra-insurgencia y masacrador de la población civil y de los obreros y campesinos, cuando se lo ordenaron sus amos de los expoliadores burgueses, terratenientes y de las cúspides de la fascista, parasitaria y criminal Iglesia Católica-Vaticano.

Su historia, la de Caamaño, paso a paso corrobora todo esto, en particular la masacre de Palma Sola, en diciembre del 1962, el llamado Día de los Santos Inocentes.

Agotado todo el baúl de los disfraces y estratagemas, como trucos para engañar y embaucar al pueblo y al movimiento revolución dominicano, que siempre ha adolecido de un pordioserismo teórico terrible, que lo ubica como indigente ideológico y rastrero político; pues, a raíz del movimiento bonapartista, bismarkiano o stolipiniano, del tirano alimaña Joaquín Balaguer, de sus tristemente célebres leyes agrarias, el partido “colaboracionista y capitulacionista dominicano” se quitó el disfraz y se declaró abiertamente reformista, a lo Balaguer, y balaguerista a ultranza; manejos turbios que no se detuvieron ni con el hecho de que el benjamín y francotirador suyo, el oportunista y renegado revisionista Orlando Martínez, que desde los puestos de la prensa burguesa liberal de derecha, integrara y propiciara las querellas entre los grupos de la reacción cívico-militar oligárquica del régimen, fuera abatido, en un ajuste de cuentas, mediante una celada que le armaron, a título de darle informes con abundantes datos como material de sus escritos insidiosos, que editaba en la prensa amarilla y venal “El Nacional”, propiedad formal del viejo espía del dictador Trujillo, como confidente y parte del espionaje de la dictadura de Francisco Franco, Rafael Molina Morillo, pieza clave de la logística para el asesinato del exiliado español y agente de la CIA, como ex-secretario de Trujillo, José Almoina Mateos, ocurrido en México en mayo del 1960,  un año antes de la ejecución del mismo dictador y peón de los yanquis y de la Iglesia Católica-Vaticano, a la manera de sus propios amos. El p“c”d siguió colaborando con el tirano alimaña Joaquín Balaguer y su dictadura sanguinaria.

Habían sido Fidel Castro, Piñeyro, alias el comandante Barba Roja, el arquetipo de todas las aventuras insurreccionales fracasadas de América Latina, así como un espía del aparato cubano, que funge de su principal historiador colonial, los que habrían ultimado los detalles para formalizar, en el 1971, la colaboración del partido “capitulacionista o colaboracionista” dominicano, como parte incorporada a dicha dictadura bonapartista de Balaguer.

Y fue como parte de esta nueva maniobra de traición y engaño, que el renegado revisionista y oportunista archi-traidor de nuevo cuño, Narciso Isa Conde, en su desesperación y acorralamiento, recurre a Fidel Castro para que haga que Francisco Alberto Caamaño Deñó abandone su ofuscación militarista de montar un foco guerrillero en República Dominicana; lo que sería, como en efecto fue; y lo que era sabido hasta por los más ignorantes o desconocedores de los intríngulis de la política y su dinámica. Pero, el miedo y el temor, del farsante y simulador fantoche, renegado revisionista de nacimiento, Narciso Isa Conde, era, que del suicidio, de crónica anunciada, de Francisco Alberto Caamaño Deñó, gracias al cual había acumulado un suntuoso patrimonio y una falsa aureola de “comunista” y “luchador” revolucionario, el hundimiento suyo y de su negocio partido capitulacionista y colaboracionista dominicano (p“c”d), no se detendría hasta su desaparición.

Concurrió, desesperado y angustiado, ante el Moloch de las aventuras guerrilleras fracasadas y sangrientas, como de efectos contrarrevolucionarios tangibles y evidentes, que es Fidel Castro; y éste, conciente de que el renegado revisionista y social traidor de la peor laya, Narciso Isa Conde, lo que buscaba era su propia salvación, con arrastrar a Caamaño al colaboracionismo con Balaguer, que, de hecho, era con el imperialismo yanqui y la CIA, en el que el partido “capitulacionista y colaboracionista” dominicano (p“c”d) estaba inmerso, preferible para el archi-traidor Castro, era dejar que Caamaño siguiera alucinando y, en ese empeño, fracasara, y de seguro muriera; porque ello, al fin y al cabo, poco significaba en el curso de traición y diabluras que su proceso había tomado.

 

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