DESCARADOS PLANES DE POTENCIAS IMPERIALISTAS A FAVOR DE LA FUSIÓN DE REPUBLICA DOMINICANA CON ESTADO TRIBAL HAITIANO RESPALDADOS POR LOS CHAVISTAS, CASTRITAS, CORREISTAS, PERONISTAS Y DEMAS

Hay que elevar la vigilancia y conciencia de la dominicanidad ante la gravedad y el peligro que representan para la supervivencia de la República Dominicana

01-04-2014

 

Ante la grosera conspiración internacional, con la participación de un sector de los grupos de países latinoamericanos que, diciéndose los abanderados (como Venezuela, Cuba, Ecuador, Argentina, Brasil, etc.) en el empeño de la defensa de su propia soberanía, como del principio de no injerencia y de la no intervención en sus asuntos internos, al igual que de los otros países, al tiempo que reclaman para sí mismos que se les respeten tales principios y derechos, agreden permanentemente la soberanía nacional dominicana, e intervienen en nuestros asuntos internos, practicando así la más descarada y desvergonzada acción, tanto injerencista como intervencionista en nuestros asuntos internos de República Dominicana; no cabe más que no reconocerles sinceridad ni honradez en sus reiteradas proclamaciones demandando respeto a su soberanía, cuando ellos mismos no se las respetan a los otros.

Y, no sólo esto pone al descubierto la real naturaleza tan hipócrita como calumniadora y mentirosa de cubanos, venezolanos chavistas, como argentinos, ecuatorianos, brasileños y demás, sino que, en particular, hacen un muy penoso y denigrante papel, tanto el Embajador venezolano en la ONU, el chavista y ex-jefe de PDVSA, Rafael Ramírez, como la flamante Ministra de Relaciones Exteriores venezolana, la nombrada Delcy Rodríguez, hermana del influyente alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, que, al defender a su país de la atroz acusación del imperialismo yanqui y de su presidente Barack Obama de que Venezuela se había erigido en un peligro para los Estados Unidos de América, lo que, de hecho, constituye una cruda y directa amenaza de agresión e intervención por parte del imperialismo yanqui contra Venezuela, afirmaron que su país, que es Venezuela, y su ejército, nunca habían llevado a cabo intervenciones, incursiones ni practicado injerencia en otros países, lo que resulta del todo falso, puesto que, en la actualidad concreta, tanto Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Argentina y Brasil, comparten una intervención e intromisión en Haití en conjunto, nada menos que con el imperialismo norteamericano, que dicen es su gran e irreconciliable recalcitrante enemigo.

Gran paradoja, como tremendo espectáculo de amoralidad y falta de todo escrúpulo, como de principios éticos, lo de todos estos flamantes países, por partida doble y hasta por partida triple.

Ni la Delcy Rodríguez, Ministra de Asuntos Exteriores de Venezuela, ni el Maburro Maduro, como tampoco Rafael Ramírez, embajador ante la ONU de Venezuela, pueden decir esto sin faltar groseramente a la verdad, ya que su país tiene tropas militares que comparten intervención en Haití junto a los imperialistas yanquis; como tampoco pueden negar que asume aquel país el nombre de bolivariano por el mal hábito y la sicosis de Simón Bolívar, el mantuano, que hizo de precursor de la teoría de la exportación de la revolución. Y dan al mundo el inconsecuente espectáculo de proclamar su soberanía y su autodeterminación, pero no reconocérselas a la República Dominicana, ante sus acciones y desmanes injerencistas e intervencionistas contra nuestro país; a la vez que incitan, apoyan, promueven y respaldan el expansionismo haitiano y la invasión de las hordas haitianas contra la República Dominicana y el territorio nacional; todo lo que se sintetiza y expone como una flagrante falta de moral por partida doble, exactamente igual a como hacen los imperialistas norteamericanos, los de la Unión Europea y de la OTAN a todo lo largo y ancho del mundo.

Los servicios de espionaje, tanto cubanos como venezolanos, y no dudamos que por igual acontezca con los argentinos peronistas, que han reclutado, junto con los traidores a la patria dominicana, a contingentes de espías e informantes de las filas de los dominicanos pro-haitianos, se callan, guardan silencio y, al mismo tiempo, instigan a que, por ejemplo, los agentes de la Unión Europea, encabezados por su actual Embajador en nuestro país, el nombrado Alberto Navarro, estén llevando a cabo reuniones, nerviosas y desesperadas, con su personal mercenario acreditado en territorio dominicano, exhortándolos a hacer hasta lo imposible por imponer, a como dé lugar y para seguidas, la fusión de Haití con la República Dominicana, eliminar la frontera y borrar el territorio nacional dominicano; bajo el logos propagandístico, falso, de que haitianos y dominicanos compartimos en común el territorio de la isla; que es un estereotipo que han erigido en su bandera todos los pro-haitianos, como los perrosdé, principalmente los del hijo de la gran puta Rafael Hipólito Mejía, un agente yanqui y espía de la CIA y del Mosaad sionista-israelí; y tal y como, con su retorcida boca de sodomita, semejante a las tripas y su contenido, repite el crápula inmundo de Juan Taveras Hernández (Juan TH).

Esas informaciones, de gran interés nacional para los dominicanos, los espías cubanos y venezolanos, así como sus respectivos gobiernos, no lo comparten con el pueblo dominicano, sino que las callan, las ocultan y, a la vez, se suman a las conspiraciones anti-dominicanas.

Otro indicio, lo suficientemente importante para que los patriotas dominicanos nos mantengamos alertas y vigilantes, al pie del cañón, tomando conciencia de la gravedad de la agresión de parte de Haití, de los haitianos y de los imperialistas y sus secuaces, es la forma descarada e insolente con que la prensa amarilla y pro-haitiana ha tratado de enlodar y desacreditar las victorias de las tropas y del pueblo dominicano sobre los invasores y subyugadores haitianos, en el período de la proclamación de la refundación de la República Dominicana, tras los eventos patrióticos de Febrero del 1844; afrenta e ignominia que comparte la prensa amarilla con la Iglesia Católica-Vaticano y su Conferencia Episcopal, cuando han callado, y le han ocultado al pueblo, que, tanto las batallas del 19 y 20, como la del 30 de marzo, las fuerzas patrióticas de la República Dominicana derrotaron a las hordas armadas de Haití y los haitianos, que pretendieron, con la intervención de sus ejércitos, prolongar más allá del 1844 el yugo de opresión y dominio que mantuvieron desde que, en el 1822, intervinieron militarmente, con el general mulato Boyer a la cabeza, como heredero y continuador del otro perverso e hipócrita déspota haitiano, Petión, que siempre le dio por disfrazarse de mansa ovejita.

Al extremo último que llegó el degenerado, pedófilo y homosexual, Benito De la Rosa Carpio, rehuyendo recordar las acciones interventoras y de violación a la autodeterminación y la soberanía nacionales dominicanas, vueltas a proclamar por segunda vez en el 1844, por parte de Haití y su soldadesca anexionista y ambiciosa de engullirse el territorio de la República Dominicana, fue el de evadir este asunto, y refugiarse en un tremendismo ultra-neoliberal proclamando, fuera de tono y de lugar, que en el país lo que falta es libertad económica; o sea, que el neoliberalismo actual no le es suficiente, y pide por más libre comercio, por más desbarajuste, en definitiva e indudablemente, por la destrucción total de la nación dominicana.

 

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