EL CANCERBERO ALDRIN BAUTISTA ALIAS VENENO MORTAL DIRECTOR DEL ESCUADRON DE SICARIOS POLICIALES Se compromete a proseguir la represión y el atropello contra los dominicanos en favor de las huestes corruptas del parasitismo sanguijuela anti-dominicano de la oligarquía y su estado mayor la Iglesia Católica-Vaticano 06-03-2018
Cuando desde una institución, sea ésta de carácter público como privado, como un periódico, medio de información, su personal activo, y que, por lo tanto, asume y carga con las responsabilidades de las actividades de dicha institución, emplea términos, esto es, palabras y símbolos, escritos o verbales, para llevar a cabo su desenvolvimiento frente al conjunto de la sociedad, está, quiéranlo o no, deséenlo o no, expresando la conciencia práctica de la persona, entidad o institución de que se trate, sin importar el carácter o función de la persona, institución o entidad. Así, aunque en general sea válido afirmar que el lenguaje, imprescindible y obligatorio para el desenvolvimiento de cualquier sociedad o de cualquier persona dentro de ésta, no tiene carácter de clase, socio-económica en particular, y que no pertenece a la superestructura de la sociedad, sino a su base económico-material de sustentación; o sea, que es parte de la infraestructura básica de la sociedad, y que está presente en todas y cada una de las actividades que se llevan a cabo en la sociedad como entre los individuos, como el instrumento o herramienta común a toda la sociedad; tal cual lo explica el comprobado lingüista José Stalin en sus estudios al respecto, que tanto les duelen a nuestros adocenados filólogos, semánticos, lingüistas y semiólogos del patio o escenario nacional, que, por respeto a la verdad y a la cultura, se está en la obligación de colocarles el prefijo seudo cada vez que se hace referencia a ellos, ya fuere individual o en conjunto. Así, el flamante cancerbero, que ha sido colocado por el indecoroso y criminal gobierno Pálido Pelegato Boschista del Gánster Murmullo, el Dañino Medina, cabecilla del cartel mafioso de los Barriga Verde, que es la facción del hampa del boschismo en el Poder del Estado, como Director del estado mayor del sicariato y de los escuadrones de la muerte, que es la Policía Nacional, el nombrado Aldrín (veneno fatal) Bautista, quien cometiera todo tipo de delitos, o bien ha estado implicado en éstos a todas las escalas y niveles de la sociedad y la nación dominicanas, tanto de chantaje, asesinatos, secuestros, cobro de peaje, prevaricación, ocultamiento de asesinos y ladrones, encubrimiento de autores de delitos de toda índole, como de vil y miserable mercenarismo para con los monopolios extranjeros que operan en el país y sus agentes, como de proxeneta para los crímenes de lesa patria y sus protagonistas, tipo los abominables miembros de la corporación mafiosa, depredadora y antidominicana de la Casa Vicini, que hoy busca encubrir su imagen cambiando de ropaje, de lo que es un ejemplo, como acción de vil vende patria como de miserable mercenarismo y conculcación de los derechos constitucionales de la ciudadanía, al libre ejercicio de la libertad de conciencia, atropello de la libre expresión y difusión del pensamiento, como flagrante, descarada y arrogante violación a las leyes vigentes de orden público, por su inescrupulosa acción gansteril de Jefe de camorra siciliana, el 26 de Febrero del 2016, en la localidad del Municipio de Los Llanos de la Provincia de Macorís del Este. Allí y ese día, Aldrín Bautista (o coronel veneno fatal), ante el hecho de que, tratándose de una fecha, el 26 de Febrero, aniversario de la partida de la marcha de Los Llaneros hacia la capital, con fines de la proclamación de la independencia nacional, que los duartistas, catalanes y clericales, junto a sus socios, inútilmente buscaron se redujera a la simple separación del yugo de esclavitud nacional sobre la Nación Dominicana que, desde el 1822, el Estado tribal y mercenarista haitiano, en el que siempre ha predominado la condición atávica de hordas y que, con el sátrapa y carnicero Boyer, el ex secretario del mulato e hipócrita criminal redomado Petión, a la cabeza, había subyugado y expoliado a la población y a la nación dominicanas, cuya territorialidad había sido demarcada, respecto al enclave de esclavos negros originarios del Africa y centro de comercialización propiedad de los bestiales y crueles colonialistas esclavistas franceses, llamado colonia francesa de Saint Domingue, desde el Tratado de Aranjuez del 1777. Para ese mismo día, los ancestrales traficantes de haitianos hacia el territorio dominicano, pertenecientes a los grupos católicos opusdeístas y recalcitrantemente enemigos de la autodeterminación, soberanía e independencia nacionales de la República Dominicana, y que ahora abogan por la desaparición de ésta para dar paso a la fusión con el Estado de hordas tribales haitianas y proceder, en contubernio con las corporaciones monopolísticas norteamericanas y europeas, a la depredación y aniquilamiento de la flora y la fauna en la República Dominicana; puesto que el territorio de las hordas tribales de Haití son los 27,750 kilómetros cuadrados de la parte occidental de la isla, y que, claramente, el territorio de los haitianos, como de su Estado tribal, no es la isla en su totalidad, sino exclusivamente los 27 mil y tantos kilómetros cuadrados en la parte Oeste de la isla de Santo Domingo; que ya, de hecho, y casi con carácter irreversible, ha sido convertido en un páramo o desierto, sin vida vegetal ni animales silvestres, pocos domesticados y, por igual y lógicamente, poco agua dulce o muy poco agua dulce; y que viene objetivizándose es uno de los objetivos de los monopolios del imperialismo norteamericano y de la entente imperialista de la Unión Europea, como de Canadá y sus canallas mercenarios de México, convertir el territorio dominicano en un desierto donde sea imposible toda vida botánica y zoológica, es decir, sin flora ni fauna y, por lo tanto, sin seres humanos, por cuanto aire, agua y tierra dominicanos, según los planes haitianos, de la Iglesia Católica-Vaticano y los imperialistas y colonialistas mencionados, deben ser envenenados, como ya se ve, en los entornos de Bonao y Cotuí, con la Falconbridge y la Barrick Gold respectivamente. Para esos fines anti-dominicanos y atentatorios contra la existencia de la República Dominicana, la corporación antinacional de los Vicini CxA, ha constituido un adefesio que, en su falta de escrúpulos de desalmados y carentes de todo sentimiento dominicanista, pues lo de mafioso es una tara que, como una marca corre por su sangre y de la que son portadores sus degenerados genes, esa entelequia, a la que llaman “Quisqueya Binacional”, con la que dicha corporación fomenta la fusión de la República Dominicana con las hordas tribales haitianas. Dicha corporación corporativa conspirativa anti-dominicana tiene como sus socios al degenerado homosexual Juan Vicini, (El Oso) y al más grande narcotraficante oligarca haitiano, Marc Antoine Acra, junto con el ladrón compulsivo y ex gobernador de entonces de Macorís del Este, los Vicini y su debida representación, la diócesis del maricón, hoy alias arzobispo de Santo Domingo, el parásito, vividor haitiano y maricón, alias obispo Francisco Ozoriá, cómplice del pedófilo embajador papal, el alias nuncio polaco Wesolowsky, como del sustituto de éste y tan homosexual pedófilo o más que este Wesolowsky, que es el rufián africano Okolo, que sustituyó a Wesolowsky como alias nuncio del Papa en el país. Junto a ese tinglado de hampones se destacaban, el jefe del ignominioso escuadrón de la muerte de la Policía Nacional en la región Este, con rango de general, así como el carnicero y delincuente de siete suelas Aldrín Bautista, entonces cabecilla jefe del aparato de lastimera historia delictiva llamado Dirección Central de Investigaciones Criminales del sicariato de la Policía Nacional o Dicrim. Para ese mismo día, el Movimiento Patriótico Independiente (MPI) había programado una exposición patriótica en el parque de Los Llanos alusiva a la existencia y creación del núcleo original de donde surgiera la República Dominicana, que es la colonia de España en la Isla de La Hispaniola, cuya capital, Santo Domingo, fuera fundada en el 1496 por Diego Colón, uno de los cabecillas de aquellos aventureros que, al apersonarse en territorio de este continente y de esta isla, se autoproclamaron sus descubridores, como si los habitantes originarios que, a la llegada de los españoles aventureros a estos territorios, ya tenían añales y siglos de estar poblándolos, no existieran y poco o nada les importaran, como viniera a demostrarlo su inmediato sometimiento a sangre, espada y fuego, a la condición de esclavos de los españoles, quienes, con el mayor sarcasmo y dechado de crueldad reveladora, denominaron aquella maquinaria de ignominia e infamia criminales, como proceso de evangelización y cristianización del Nuevo Mundo; cristianización y evangelización que son exactamente sinónimo de esclavismo, extorsión, subyugamiento y aplastamiento extremos; por lo que le agregan, a lo de evangelización y cristianización de los nuevos territorios conocidos para ellos, europeos, o bien, elementos del Norte de Africa y, por lo tanto, semisalvajes cuando menos, su proceso de descubrimiento y colonización para la evangelización y la cristianización. La exposición patriótica del Movimiento Patriótico Independiente (MPI) posee la explicación detallada y pormenorizada del proceso de creación, orígenes y desarrollo de la Nación Dominicana, cuando menos 280 antes años antes de que se produjera, por parte de la Iglesia Católica-Vaticano, a través de España, controlada por el hampa de los jesuitas y previa manipulación incluso del tratado colonial de Ryswick, la entrega de la parte Occidental de la isla a la voracidad del brutal colonialismo esclavista de Francia. Los recursos empleados en la exposición son el resultado de las combinaciones de breves explicaciones en torno a los acontecimientos más notables de cada momento o episodio histórico, con fotos o dibujos de la época, así como los rasgos más ilustrativos de la situación económico-social, la explotación y opresión sobre la población; y, junto a ese cuadro, la función y características particulares de las fuerzas colonialistas esclavistas evangelizadoras y cristianizadoras; por lo que, obligatoriamente, se resalta el criminal y pérfido papel del imperio tenebroso del opio de la humanidad que es el cartel del cristianismo, en especial del cartel criminal llamado Iglesia Católica-Vaticano, romana y cristiana. Aldrín Bautista, entonces con rango de coronel, junto con el jefe policial, un matón inescrupuloso y desalmado de apellido Morales, con asiento en La Romana, bajo las órdenes del monopolio yanqui, dueño de dicho emporio agrícola-industrial cañero, de quien tanto los funcionarios civiles del Estado Dominicano y de la justicia, como de la fiscalía, son cancerberos y miserables lacayos redomados, como sus mercenarios, lo que es muy propio, como característica, de esos depravados y degenerados integrantes del Pálido pelegato boschista y de su cartel gansteril en el Poder, el Cartel de los Barriga Verde, cuyo capo es el Gánster Murmullo, el Dañino Medina. El cancerbero y verdugo de la Iglesia Católica-Vaticano y de la reacción, como de los grupos de sicarios, que pululan y predominan en la Policía Nacional, que es Aldrín Bautista, valiéndose de un guanajo con rango de coronel, de apellido Bell, que se dijo abogado y jefe de la dotación del Municipio de Juan Dolio, no respetó los derechos constitucionales de los ciudadanos dominicanos que, llenando todos y cada uno de los requisitos que, ilegítimamente, imponen los gobiernos títeres y lacayos, como éste del Gánster Murmullo, Dañino Medina, aún por encima de la Constitución, urdió una trama, consistente en enviar a un oficial subalterno, que, como un verdadero genízaro simuló indagar el permiso otorgado por el entonces síndico y miembro del PRM y debidamente comunicado e informado al departamento policial con varios días de anticipación al 26 de Febrero; y, cuando el portador del permiso se lo mostró, lo tomó el oficial en sus manos y lo rompió; acción que sólo se atrevería a llevar a cabo con la orden previa de Aldrín, el venenoso asesino y verdugo de los derechos democráticos y patrióticos de los dominicanos, como a la vez copartícipe del lacayismo y la sumisión ante las fuerzas del imperialismo y de la oligarquía, cuyo principal incumbente es la corrupta, parásita, retrógrada, estafadora, asesina, terrorista, supersticiosa, oscurantista, colonialista, esclavizadora, como inescrupulosa, depravada y degenerada Iglesia Católica-Vaticano, la que ahora ha hecho de la homosexualidad, el lesbianismo del entorno femenino y de monjas y oblatas, que, dado su atraso o aberración, se arremolinan alrededor de la ignominiosa Iglesia Católica-Vaticano, su blasón y estandarte; y cuya práctica, no cabe duda, es promovida y fomentada desde las más altas instancias de ese antro abominable de miserias humanas, de mezquindades, antro de pus y excrementos, que son la reproducción de esas alimañas que son las sanguijuelas. Cada cura no es otra cosa que un pervertido homosexual y un pedófilo, como es esta obsoleta cueva abominable, que nada positivo aporta a la sociedad en el orden cívico-ciudadano, pues es un coto recalcitrantemente esclavista, que se ha convertido en un atajo de esquizofrénicos adictos a la situación patológica de dados irrefrenablemente a embriagarse en sus propias alucinaciones, y cuyo núcleo es su iluso e inventado dios y Jesucristo; siendo este núcleo de su tal dios o Jesucristo, y quien sabe cuántos cuentos de falsas denominaciones, le asignan, en su estado de locura paranoica, es lo que, precisa y exactamente, representa el prototipo que enuncia como alucinación. Ante tan grosera, burda y bestial acción, violatoria y desconocedora de los derechos democráticos constitucionales básicos, de carácter democrático y cívico, por los sicarios mercenarios uniformados de la mal llamada Policía Nacioal, se procedió a elevar un recurso de amparo ante los tribunales de la prostituida y envilecida justicia dominicana, en la provincia de Macorís del Este, para, en los tribunales, volver a comprobar que la Iglesia Católica-Vaticano, y gente, si es que se puede llamar así a semejante carroña inmunda, como haitiano despreciable, de Francisco Ozoriá, alias obispo, y cabecilla de la diócesis prostituida, a la vez, de dicha Provincia, bajo el estandarte suyo, y generalizado, de la Iglesia Católica-Vaticano para todos los degenerados de sus curas de: “hacer voto de homosexualidad para no incurrir en el pecado de acostarse con mujeres”, que es un fanático enemigo recalcitrante de la dominicanidad, como partidario de la haitianización y de la invasión masiva de haitianos al territorio nacional dominicano; con hipócrita y ladina apariencia, solo falsas apariencias, subrayamos, de pacífica, puesto que la experiencia enseña que ninguna violación a la Constitución de una nación, hecha República, tenga por núcleo la voluntad ni la búsqueda de paz, sino que esa transgresión encierra, en su forma como en su contenido, la más incontrolable violencia, y no la paz. Ese Ozoriá fue el que hizo de padrino y protector de aquel facineroso y bastardo español inglés, el cura Christopher Hartley, que se cagó y se limpió su sucio trasero con la dominicanidad, quedando todo en la más humillante impunidad; pero, estén ustedes seguros de que el hampa jesuita, de la Iglesia Católica-Vaticano, como sus prelados, que, como no pueden dejar de estafar y embaucar con mentiras, falsificaciones e imposturas de las peores cataduras bajas; que ahora bailan alrededor del sonsonete, hecho a su entero acomodo y capricho, de poner fin a la corrupción y a la impunidad; no obstante, callando y ocultando asuntos tan esencialmente importantes al respecto, como que la holgazanería de parásitos y sanguijuelas de la Iglesia Católica-Vaticano y sus legiones de ensotanados es, además de la más solemne forma de corrupción, que responde y obedece directamente a la existencia de privilegios, que es la otra cara de la corrupción, las cuales ameritan los más severos castigos y no la impunidad, como tampoco su ocultamiento; que es en realidad el fin buscado y perseguido por los curas y ese faro de podredumbre y canalladas que es la Iglesia Católica-Vaticano. Hoy, de nuevo, se juntan para seguir propagando su hipócrita y perversa práctica antisocial, antidominicana, inconstitucional como ilegal, ilegítima, amoral y antiética y, de hecho, forma y manera criminal y homicida, como resultan las actuaciones de ese degenerado y depravado haitiano de Ozoriá que, como haitiano, ha llevado la mansión principesca que el Estado, indigno de la República Dominicana, le construyera al depravado alias Cardenal, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, para meter allí a la haitiana que lo parió, sin conocer que pato la preñó, como a su secuela de hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, y ¿por qué no? varios de esos púberes adolescentes de los que, en sus votos de homosexualidad dice: “sólo basta que sean jóvenes para yo amarlos”. Pero veamos lo que, como perro huevero, lleva a cabo Aldrín Bautista, el jefe del escuadrón de la muerte, y cartel de todo tipo de delitos, que es la Policía Nacional, la que ahora, por disposición expresa del cancerbero hidrofóbico de Aldrín Bautista, entra a las escuelas públicas para imponer la caprichosa voluntad de la Iglesia Católica-Vaticano, por encima de la educación nacional y de los profesores, a los que, la infame prostituta, la babilonia y fornicaria Iglesia Católica-Vaticano emplea como sus chivos expiatorios. Maestros atropellados, directores de escuelas públicas abusados y humillados en su dignidad profesoral por esos trozos de yuca, batata y víveres policialmente uniformados; muchos de los cuales no son dominicanos, sino haitianos, sí haitianos; porque, hasta para tales infamias se presta el rufián Aldrín Bautista. Por ello Francisco Ozoriá concurrió solícito a la catedral de la Iglesia Católica-Vaticano en Santo Domingo a dar una misa de acción de gracias del aniversario de la fundación de esa institución criminal, que es la Policía Nacional, o escuadrón nacional del sicariato y el crimen a escala nacional, en la que Aldrín Bautista pudo ofrecer una exhibición del carácter de bandolero y antisocial que es en realidad. Una letrina infame, de una olímpica pestilencia nauseabunda, como lo es la letrina “Hoy” de Pepín Corripio, el Opus Dei y las peores sabandijas religiosas de este país, no pudo ocultar su profundo beneplácito y rebosante satisfacción, destacando en la primera página, y a todo lo ancho, de su edición del día sábado 3 del presente mes de marzo, las desfachatadas palabras de un bandolero de la peor estofa, que evacuara el cuestionable uniformado Aldrín Bautista, un pájaro que cuenta con una larguísima historia delictiva como su trayectoria en la Policía Nacional, en la que se sindica como el líder de grupos delictivos que operan en el seno de la Policía Nacional. Aldrín Bautista proclamó el viernes, al momento de rendirle cuentas al bribón y evasor de pago de impuestos, como uno de los protagonistas estelares de la estafa de Punta Catalina, en sociedad con los gánsteres de los Vicini, desde la empresa de su común propiedad CORVI (Corripio-Vicini), y allí reafirmó Aldrín Bautista, que seguiría como matón al servicio de la oligarquía, de su corrupción, de su impunidad y de todos sus privilegios, diciendo: la Policía ha golpeado y seguirá golpeando a los criminales organizados. Dicho, proclamado y defendido tras los atropellos cometidos contra los directores de escuelas públicas arbitrariamente cancelados por la Iglesia Católica-Vaticano y su parasitismo entronizado en el Ministerio de Educación, para lo que sirve el inútil supersticioso Andrés Navarro, el cuñado apócrifo del Gánster Murmullo, el Dañino Medina. Para más adelante concurrir a ensuciar el Teatro Nacional con sus legiones de lobos, hienas y buitres, a un concierto de música clásica en la reproducción del viejo decir: Tocar el laúd para hienas, zopilotes y depredadores. De donde la bestia, simulando haberse así sensibilizado, saldría afirmando: Ojalá que este momento sirva de regocijo espiritual. -¡Oh sorpresa! Las bestias torturadoras y depredadoras ya dicen poseer espíritu- para que, de aquí, vayamos a abogar por una cultura de paz. Efectivamente, a juzgar por sus declaraciones, sinceras y francas del viernes 2 de marzo, y de las que la letrina “Hoy”, en su primera página se hiciera eco, de que Aldrín Bautista dice que ha golpeado, masacrado, y que seguirá haciéndolo, Aldrín Bautista, como perro rabioso de la represión y las torturas al servicio incondicional de la explotación y opresión neoliberal globalizada y teocratizada es también un perro huevero, por cuanto sus hipócritas palabras de abogar por una cultura de paz, terminaron sonando como aquella truculenta filosofía del criminal y depravado Petán Trujillo de que la paz viene de palo y la tranquilidad de tranca.
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