Solo un delincuente oportunista, o flamante jurista, como Carlos
Balcácer, Chachito, puede acreditar que Miriam
la P, salió limpia del estercolero que es la Procuraduría y todo el
aparato judicial
Esta se pavonea de estar trabajando, en violación de la Constitución
dominicana, con la DEA con la CIA con el FBI, en su aventura mercenaria
a favor del gobierno del mojón Luis Abinader
La presente alocución mía, es decir, la de hoy, la voy a llevar a cabo
sustentándola en la tesis de Aristóteles, el más sabio pensador de la
ignorante Grecia de la antigüedad. Decía este Aristóteles que los
proverbios son fragmentos de una viejísima sabiduría, preservados dichos
fragmentos de los naufragios y las ruinas del tiempo, gracias a su
brevedad y a la justeza de su tono.
Así hablaba Aristóteles de los proverbios. Pero, ¿qué son los
proverbios? Los proverbios son los refranes, son dichos. Por ejemplo, si
es el valor de los dichos, de los refranes, puedo decir con toda
seguridad que los principios fundamentales del marxismo-leninismo han
devenido, en el transcurso del tiempo, en proverbios. Por ejemplo, Lenin
afirmaba: "Si los axiomas geométricos afectaran intereses de clase,
serían refutados". Con esa expresión, empieza Lenin su trabajo de
explicación sobre lo que es el oportunismo revisionista.
Así mismo hay que pensar cuando Kant, el más eminente materialista
vergonzante, como justamente lo definieron Marx y Engels, decía que hay
básicamente dos filosofías: la filosofía universitaria y la filosofía de
la vida o existencial. Atribuyéndole este vagabundo de la filosofía,
Immanuel Kant, como charlatán e inmundicia del pensamiento alemán, le
atribuía a la filosofía de la vida el papel primordial sobre la
filosofía universitaria. En gran parte Kant podía tener razón, porque la
filosofía universitaria es una filosofía adulterada y ajustada para
defender los intereses de la clase dominante; como precisamente Marx
definía el derecho en su introducción al estudio del derecho de Hegel:
"El derecho no es más", decía Marx, "que los intereses de la clase
dominante ungidos en el velo de la legalidad".
Esto me vino a la memoria en estos días cuando Carlos
Balcácer, el delincuente oportunista,
aventurero y terrorista, o flamante jurista al amparo, claro está, de
los delincuentes que ejercen el Poder, siempre dicen que la par de él,
no pareja, no, par de él, es decir, igual que él, la rufián Miriam la P
(y la P no por procuradora, sino por perra) había salido limpia de su
aventura mercenaria a favor del gobierno del mojón Luis Abinader, un
embeleco con mucho fleco, sin cabeza, pestilente; al que desde un
principio yo saludé designándolo como Luis Guaidó, por la basura esa
venezolana que fue designada presidente de Venezuela por el filibustero
presidente de los Estados Unidos. Pretendiéndose hoy hacer lo mismo con
el agente de la CIA y sicario de la CIA, el inmundo González Urrutia, de
la banda de mercenarios de la oposición venezolana, jauría de lacayos
desarmados y vende patrias; en este caso de Venezuela y de toda América
Latina.
¿Y cómo podía decir Carlos
Balcácer, Chachito, como se le conoció en el
tigueraje de las alturas de la Marco Ruiz o calle 20, donde él inició su
correría de malhechor politiquero de esa izquierda terrorista,
asaltante, mata policías, asalta billeteros, de lo cual nunca ha
renunciado? Porque el que pisa ese camino y da un paso en él jamás se
libera de esa mácula. Chachito Carlos Balcácer
será siempre un delincuente, será siempre un rufián, nunca tendrá ni un
ápice de seriedad; y estoy dispuesto a demostrárselo en cualquier lugar
y como él lo desee.
Carlos
Balcácer ha dicho que Miriam salió limpia.
Miriam la P salió limpia por su paso por la Procuraduría. Señores, a
Miriam la P la encontramos ahora mismo en la prensa, pavoneándose de
estar trabajando en violación de la Constitución dominicana, con la DEA,
con la CIA, con el FBI. Chachito: crápula, hijo de la gran puta, tu par
en perrerías y fechorías, transgresores de todos los principios éticos y
de toda moral, ¿puede decir una persona que, ostentando el cargo de
procuradora general de la República de un estado nacional, sin la
autorización de su Congreso, se brinda, como prostituta que es, a actuar
como mercenaria al servicio de la DEA, de la CIA, del FBI y del
imperialismo norteamericano, como se ha cansado y se le han gastado las
nalgas de servir a los jesuitas y a la Iglesia Católica? ¿Salió limpia?
¿Ha salido limpia de esta aventura? Solamente Chachito puede dar ese
calificativo, porque Carlos Balcácer
no conoce lo que es moral, ni lo que es ética, ni política de principio,
porque es un atracador y asesino vulgar.
Él no ha explicado nunca, porque no puede hacerlo, lo que hizo con los
fondos del atraco, que lo llevaron a tirarse por La Barquita perseguido
por la Policía Nacional, que eran sus cómplices. Y después aparece
varios años después como jurista, al estilo de Ramón Pérez Martínez
Macorís, el carnicero de Lion, versión dominicana. En un país donde se
presentan tales espectáculos y que son protagonizados los mismos por
funcionarios gubernamentales, hay que tener la cara muy dura para decir
lo que dice Chachito. Claro, Chachito es un crápula, es una inmundicia
social, es una carroña; y sus calificativos a Miriam no tienen valor que
no sea el de un gargajo de un tuberculoso. Porque es evidente que a
Chachito le gusta escupir para arriba para que le caiga en su descaro de
rostro.
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